domingo, 3 de noviembre de 2013

No creo que sea por mucho más tiempo…


La segunda parte del culebrón
Nada peor que la segunda parte de un culebrón, trátese de un largometraje o una telenovela. El ofidio al cual me refiero es el capítulo dos del gobierno castro-comunista, iniciado por el fracasado y difunto comandante golpista, a quien Dios lo tenga donde lo debería tener para la correspondiente expiación de sus pecados.
Ayer me volví a sentir frustrado de ser venezolano, al ver al ilegítimo, ignorante e inmaduro procónsul de Cuba en Venezuela hablando sobre la supuesta aparición de la imagen de su finado camarada en una fábrica del sur del país.
Según lo relató a la televisora del Estado, mostrando una supuesta fotografía que le fue tomada, la espectral fotografía apareció y desapareció por el foro. A este mutis final, el portavoz doméstico del Foro de Sao Paulo le dio especial énfasis.
La última foto del G2
Sólo a Jorge pudo perdonársele su esquizofrenia estética
Al único personaje al que pudo perdonársele la triple condición de comunista, santero y católico es a Jorge (1912-2001), novelista brasileño, autor entre muchas obras de Cacao, Doña Flor y sus dos maridos y Gabriela, clavo y canela. En Bahía de San Salvador, durante el año de 1925, una de las mayores sequías de la historia del Brasil obligó a numerosos pobladores a huir de la ciudad.
Tales acontecimientos fueron la inspiración de Amado al escribir Gabriela, clavo y canela, donde relata la historia de una chica quien, con su belleza, conquista a todos, y trabaja en un bar, cuyo dueño se enamora de ella. Tras una intensa relación, se casan; pero todo se desmorona cuando Gabriela le pone los cuernos. La obra fue llevada al cine, protagonizada por Sonia Braga y Marcelo Mastroianni, y se convirtió en una película súper taquillera.
También su banda sonora obtuvo récords de venta como disco, interpretada a dúo por Gal Costa y Tom Jobim. Con Doña Flor y sus dos maridos (1976) ocurrió algo semejante, pues su canción, ¡Oh, que será!, ha sido traducida a varios idiomas y vendido millones de copias, sobre todo en la versión de Celia Cruz y Willie Colón.
La única mujer que hizo el amor con el fantasma de su difunto marido
 Independientemente de si Amado degüella gallos o no, tiene como libro de cabecera al Dieciocho brumario de Luis Napoleón Bonaparte y se arrepiente los domingos en misa de lo que ha hecho los fines de semana, se trata de un gran artista, con una obra muy fecunda, capaz de reaccionar, asimismo, productividad en cadena en múltiples áreas de la creatividad.
Nada que ver con el infeliz norsandanteriano que desgobierna a Venezuela, aspirante a caudillo por la desgracia de los Castro. Ni con su triste intento de beatificar al fiambre, o, peor aún, de ponerlo al nivel de la Virgen de la Coromoto.
Independientemente de que uno crea o no en los hacedores de milagros que son elevados a la santidad por la Iglesia, hay numerosísimos creyentes que así lo creen, y a ellos les piden en las malas. Una sinergia que debe ser respetada, y no contaminada porque convenga, pragmáticamente, atizar la ignorancia y la superstición para mantenerse en las alturas del poder.
Los mejores emprendedores del país
Desde luego que, con o sin su santo, el régimen se derrumba. Y lo hace porque, por primera vez en este culebrón, los boliburgueses, la generación boba y los bolichicos ganan más guisando divisas, narcotraficando y contrabandeando combustible y artículos de la cesta básica a Colombia que con las comisiones tradicionales generadas por la renta petrolera y la compra de armas a los mercaderes de la muerte.
De ahí que los emprendedores venezolanos de mayores ingresos sean los narcocarteles -el de los soles y el otro, el que, según Alberto Nolia, compró a la Cadena Capriles-, los deportistas a quienes el despacho respectivo les entrega dólares sin control y la Guardia Nacional y las Farc en los estados fronterizos.
No fue coincidencia que, tras decomisar significativos alijos de bienes ilegalmente extraídos de Venezuela, las Farc volaran el oleoducto a través del cual Ecopetrol envía gas natural a Pdvsa.
El otro nivel de emprendedores afortunados resulta más policlasista, porque incluye a diversos especuladores. Desde el bodeguero de la esquina, que vende la botella de refresco de 2 litros a 35 bolívares -mientras en el supermercado o la droguería lo venden a 24-, hasta el frutero del Mercado de Chacao -que elevó el precio de la uva criolla, en una semana, de 45 a 100 bolívares el kilo-, pasando por el concesionario quien, para entregarte un automóvil chino, te cobra 10 mil bolívares bajo la mesa.
También cayeron en esta última lista las aerolíneas, que ahora cobran los pasajes al exterior a www.dolartoday.com. En razón de lo cual volar a lima se puso a valer 18 mil, y a Nueva York 20 mil. Y los concesionarios de la cafetería de la universidad donde trabajo, que ahora venden las empanadas a 17 -pero no de molida o mechada, porque no consiguen según dicen el insumo-, los jugos a 15 y los cafés a 18; con cuya alza lograron superar el costo de un menú ejecutivo, que en el primer trimestre del año ascendía a 50, con sopa, seco y postre. 
Las empanadas, sin carne y a 17
¿Hasta dónde pueden las amenazas del actual desgobierno frenar la corrupción galopante, evidente e impune -pues sólo se persigue a los enemigos internos y diminutos del des-gobernante, no, verbigracia, a quienes desfalcaron trillones con los bonos de Bandes, Ferrominera y Pdvsa-; hasta dónde pueden los medios controlados por la hegemonía, los enanos y el otro cartel cambiar la escasez e inflación por entretenimiento banal y embustero; hasta dónde puede la oposición tolerada seguir ejerciendo su colaboracionismo haciéndoles creer a los electores que el 9 de diciembre si van a defender sus votos; hasta dónde van a seguir los colectivos, pranes y motorizados robando y matando gente a sus anchas?
No lo sé.
No creo que sea por mucho tiempo.

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