jueves, 5 de mayo de 2016

Haz de tripas corazón ¡Vota por Trump!
A las ocho del día en febrero
aún es de noche.
No hay aún luz en los vagones, sólo
oscuridad y aliento.
No nos vemos: sentimos
la compañía y el silencio.
En el andén estalla la campana.
Nos sobresalta la crueldad de un silbido.
Tiemblan las sombras.
Todo vuelve
a un antiguo sentido
Antonio Gamoneda: Ferrocarril de Matallana
I
¿Desde qué año Chávez abrazó el comunismo?
Tanto mi amigo y tocayo Luis como mi hermano Rafael creen que Venezuela no tiene remedio.
Luis, de formación jesuita, asegura que Chávez se volvió comunista tras los sucesos del 2002, y se niega a aceptar que esta conversión haya sido anterior.
Empero,  revisemos la historia.
En 1982, Chávez fundó el Movimiento Bolivariano Revolucionario. El 17 de diciembre de ese año con el aniversario de la muerte de Simón Bolívar, juró bajo el Samán de Güere, junto a Felipe Antonio Acosta Carlés, Yoel Acosta Chirinos, Francisco Arias Cárdenas, Jesús Urdaneta Hernández y Raúl Isaías Baduel, reformar el Ejército e iniciar una lucha para construir una nueva República.
El MBR-200 estaba compuesto por comecates cuya ideología bolivariana, mezclada con algunas ideas de Simón Rodríguez y de Ezequiel Zamora, había sido denominada como El árbol de las tres raíces.
En esos días, Hugo Chávez inició una relación sentimental e ideológica con la historiadora comunista Herma Marksman. Asimismo, mantuvo contactos con extremistas izquierda venezolana.
En 1985 fue destacado en Elorza, en estado Apure. En 1986 fue ascendido a Mayor y en 1988 fue designado ayudante del secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, ubicado en Miraflores. En 1991 asumió el mando de la Brigada de Paracaidistas Coronel Antonio Nicolás Briceño, basada en Maracay. Escribió, en secreto, el Proyecto de gobierno de transición y el Anteproyecto Nacional Simón Bolívar. En ambos documentos, se revela su sesgo hacia el comunismo, especialmente la fábula guevariana de Ave Fénix: Destruirlo todo para que, de las cenizas, renazca el Hombre Nuevo. En el siguiente febrero vino el golpe frustrado, y, lo demás, usted lo sabe…
II
Rasgarse las vestiduras
Para el tocayo, todos fuimos culpables y hasta que no hagamos un proceso de autocrítica (nos rasguemos Las vestiduras en actos de contrición, supongo que así se dirá en jesuítico), ni Dios nos perdonará ni nos iluminará para que se nos ocurra una forma creativa de hacerle daño a la nomenclatura; las huestes de Maduro seguirán dominando y asolando los escombros de lo que queda de la República, sin importarles un carajo lo que le pase al pueblo.
Por supuesto, Luis no tiene ni peregrina idea de cuál sería esa forma creativa. Y si la tiene, la calla.
En cuanto a la culpabilidad colectiva, él cree que todas las fuerzas vivas de la nación fueron infiltradas, durante la IV República, por el comunismo del Siglo XXI, cuyo nombre es foropaulismo, y así logró empoderar mandatarios en Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Chile, Honduras y Nicaragua con los recursos de Venezuela.
Según el Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB): Chávez comenzó a desarrollar una agenda en extremo ambiciosa que, cual ofensiva geopolítica, perseguía alterar la balanza del continente y construir una Iberoamérica a espaldas de EEUU. Enfrascada en sus guerras en Irak, Afganistán y contra Al Qaeda, la superpotencia, de hecho, facilitó los planes de Chávez. En el 2004 Fidel Castro y Chávez, quienes habían establecido un íntimo vínculo paternofilial, presentaron la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), marco de integración hemisférica, más allá del ámbito sudamericano e incluso el latinoamericano, que era radicalmente político y estaba impregnado de la ideología antineoliberal y antiglobalista de sus creadores. La Bolivia de Evo Morales (2006), la Nicaragua de Daniel Ortega (2007), la Honduras de Manuel Zelaya (2008) y el Ecuador de Rafael Correa (2009) fueron sucesivamente reclutados para el ALBA, desde 2006 inseparable del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), formulado por La Paz.
Para hacerlo tangible, Chávez, hiperactivo, dotó a este foro de una pléyade de consorcios interestatales, algunos muy exitosos, donde Venezuela se reservaba la voz cantante y que tenían la virtud de atraer a países, como la República Dominicana, no miembros del ALBA-TCP aunque conscientes de sus ventajas prácticas. Chávez ofrecía fondos al desarrollo, créditos a intereses simbólicos y petróleo a precios muy por debajo de los del mercado, prácticamente regalado. Surgieron así Petrosur, Petrocaribe, Petroandina –concebidas como tres iniciativas subregionales de integración energética para conformar la llamada Petroamérica–, TeleSur, el Banco del Sur, Opegasur y el proyecto del Gran Gasducto del Sur, por citar sólo los más importantes instrumentos de esta vasta red cooperativa. Por otro lado, la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) en 2007 y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), sucesora del Grupo de Río, en 2011 echaron a andar en sendas cumbres que tuvieron como anfitrión a Chávez, el cual veía a estos organismos como los complementos necesarios del ALBA dentro de una integración latinoamericano-caribeña de geometría variable. La emergencia del ALBA, la UNASUR y la CELAC restó influencia y protagonismo a la Cumbre Iberoamericana y a la propia OEA.
Al mismo tiempo, Chávez cultivó otro alineamiento estratégico con el Brasil de Lula y la Argentina de Néstor Kirchner, convergencia que para Venezuela supuso renegar de la Comunidad Andina y apostar por el MERCOSUR, aunque la plena adhesión a este bloque aduanero se retardó por la oposición de los congresos brasileño y paraguayo. El común rechazo del ALBA y el eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires a las pretensiones librecambistas de EEUU echó a pique el ALCA, un proyecto de desarme arancelario concebido por Washington para todo el continente. Los diferentes intereses nacionales en cuestiones complejas como el suministro de gas arrojaron algunos disensos en este círculo regional de amigos. El propio Chávez tuvo sus roces con Lula porque el gigante brasileño, visto desde fuera como el verdadero líder regional, apostaba por los biocombustibles mientras que él fundaba su estrategia en los hidrocarburos.
III
El muerto se fue de rumba
Al haberse muerto Chávez como se murió y haberse derrumbado el precio del petróleo como se derrumbó, ¿qué quedó en Venezuela?
Una nación en escombros, incapaz de pagar por sus alimentos y medicinas. Dominada por mafias, donde la del extinto José Antonio Tovar Colina, alias Picure, no es la más peligrosa ni poderosa.
Para quien lo recuerde, el Picure, de apenas 27 años, impuso toque de queda, de 6 PM a 6 AM, en el barrio El Cementerio de Caracas y prolongado hasta la Cota 905. Prohibió el paso de policías por sus dominios, y pagaba en dólares por cada agente muerto. Además, dominaba el atraco y el secuestro exprés en el Estado Guárico, y servía como sicario a las órdenes del gobernador de dicha entidad. La semana pasada, aparentemente, se le fue la mano y se cargó a dos oficiales de la Guardia Nacional. Los uniformados prepararon una emboscada, anteayer, y cargaron con el Picure y 7 de sus compinches. Aparentemente, el Picure estuvo de suerte pues, De cien tiros que le dieron, uno sólo era de muerte.
Continuamos con el análisis de Luis, mi tocayo.
A él le duele (igual que a mí) la destrucción del Partido Socialcristiano Copei, cuyo tragicómico final lo puso Eduardo Fernández, alias el Tigre, Presidente del Ifedec (Instituto de Formación Demócrata Cristiana), porque a su hijo, Pedro Pablo, no lo habían colocado como número uno en la lista de candidatos a la Asamblea Nacional. Entre gallos y media noche (y con el apoyo del nauseabundo Tribunal Supremo de Justicia) preparó una nueva directiva de Copei, y una lista de candidatos (cuya mitad eran comunistas).
Al respecto, Roberto Enríquez, defenestrado Presidente de Copei le dijo al Tigre 23/10/15: ¡No se puede ser más cara dura! Quienes supuestamente condenaban golpe del 92 hoy celebran golpe a Copei. Solo cuidan sus intereses. Le pido a Dios que Ifedec deje de ser un laboratorio de intrigas y conjuras, y vuelva a ser la casa de luces de Calvani y Pérez Olivares. Los primeros representantes de la junta ad hoc provisional que designó el TSJ ante la MUD fueron Pedro Pablo Fernández y Antonio Ecarri. No conforme con eso, la demanda contra la MUD para imponer candidatos incluye nombres distintos a la maqueta original como el de Pedro Pablo Fernández, Antonio Ecarri, Miguel Salazar, Luis Carlos Solórzano y Pedro Urrieta. Todos , absolutamente todos, trabajan en el Ifedec.
Además del abjurado felino, Luis señala a otros destructores de Copei, que se enriquecieron con el gobierno de Caldera II, pero que no les bastó con lo que agarraron entonces, y quieren más.
IV
El imperio de las mafias
Concuerdo con el tocayo en que las mafias políticas han jodido al país.
Pero hay otras mafias que también lo han hecho, con igual cinismo t desparpajo, y se esconden en bajo perfil. Las económicas, por ejemplo, como el Grupo Cisneros, uno de cuyos líderes, Ricardo, supuestamente ha negociado con algún mayol general para apoderarse del mercado cervecero de Venezuela, sacando a Polar del juego.
Por último, Luis cree que no hay ejército. Que, en su mayor parte, los oficiales están dedicados a la delincuencia organizada: narcotráfico, bachaqueo al por mayor, contrabando de extracción, comisiones por debajo de la mesa sobre todo lo comisionable; desde línea blanca hasta taladros petroleros, pasando por automóviles Orinoco. Que se ha perdido en principio de autoridad, y que lo que pasó en el Táchira y ocasionó el cierre de fronteras fue un pleito territorial entre uniformados. Como pelean los perros. Y, finalmente, que si ejército no hay golpe, y sin golpe no sale el cucuteño.
V
La degradación del pueblo
¿Qué cree Rafael, mi hermano? Que el foropaulismo ha degrado al pueblo. Que la gente es feliz cuando, tras 5 horas de cola, sale del mercado con 2 bolsas de Harina Pan, una caja de Margarina Mavesa y 1 litro de Aceite Vatel. Que no hay líderes capaces de movilizar las masas como lo hicieron Lech Wałęsa en Polonia y Mijaíl Gorbachov en la URSS y, finalmente, que sin una gigantesca movilización (como del el 11-A), no hay ejército que dé un golpe, y que, sin golpe, no sale el cucuteño.
VI
El Noriegazo
Yo estoy de acuerdo con ambos.
Pero veo una opción: El Noriegazo. Existe la Lista de los Setenta. Las cantatas de los mayoles generales y otros jerarcas quienes, para disfrutar de sus bienes mal habidos, decidieron saltar la talanquera y dedicarse al género vocal, ante la DEA, el FBI el Servicio Secreto. Han sido tantos, que quienes ahora desean hacerlo deben pasar por una suerte de pre-confesión en Puerto Rico, a ver si  la partitura es, en verdad, buena.
Pero, para que se dé un Noriegazo, hay que rogarle a Dios para que el próximo Presidente de EEUU sea Donald Trump, y no Hillary Clinton.
He seguido, con bastante interés, la polémica electoral Clinton–Trump. El precandidato republicano asevera que el peor error cometido por la senadora fue aprobar la invasión a Irak.
Pero esa fue una metida de pata menor, si se la compara con el asesinato del embajador Christopher Stevens, ocurrido en Bengasi el 11 de septiembre del 2012. ¿Por qué? Porque Stevens poseía todas las claves para acabar con el terrorismo yidahista y detener las guerras religiosas del Levante. Clinton mandó desprotegido a Libia, y todo lo que está ocurriendo ahora es culpa suya.
Tengo la impresión que, de ganar Clinton, se calará la incontinencia verbal del cucuteño, y dejará que Venezuela siga bailando al son de Bambilandia. Mas percibo que, si el elegido es Trump, bastará un par de provocaciones para que el republicano se acuerde de Ronald Reagan.
Por eso, le pido al latino con derecho al voto en EEUU que, haciendo de tripas corazón, vote por Trump. Sobre todo, si ama a Venezuela…


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