viernes, 17 de febrero de 2017

La voz de la justicia

Franco... tuya es la hacienda...
la casa, el caballo y la pistola...
Mía es la voz antigua de la tierra.
Tú te quedas con todo
y me dejas desnudo y errante por el mundo...
mas yo te dejo mudo... ¡mudo!...
Y cómo vas a recoger el trigo
y a alimentar el fuego
si yo me llevo la canción?

León Felipe: Franco... tuya es la hacienda...

Mira con quién te metiste…


La dueña de CNN

Hoy, en la encuesta que los viernes hace CNN entre sus espectadores, ganó la censura de las televisoras noticiosas de Time Warner en Venezuela –el segundo lugar lo ocupó la declaración del Secretario de EEUU sobre Tarek El Alssami, a quien acusó de terrorista y narcotraficante–.
Aunque algunos televidentes no lo sepan aún, ahora también Time Warner es propiedad de American Telegraph & Telephone (AT&T), quien la adquirió por US$ 85 mil 400 millones, en la operación más cuantiosa conocida en EEUU, aprobada hoy por sus accionistas y los entes reguladores.
La lista de compañías que integran el holding de AT&T probablemente llenaría los espacios que usado en todas las entregas de mi blog éste y el año pasado. Aún clasificándolas por categorías, sería larguísima. Por lo cual, voy a mencionar sólo a los medios más conocidos: 20th. Century Fox, Cadena Caracol Radio, (Colombia), Cadena Radio Latina (Francia), Cadena Radio y TV Ser (España), Grupo Clarín (Argentina), HBO, Metro Goldwyn Mayer, Sony Corporation, Time Magazine, Walt Disney Corporation, Warner Bros, Grupo Prisa (España); así como todas sus filiales. No incluí aquí otras compañías infotecnológicas y científicas de AT&T, las cuales fabrican el hardware y manejan las redes globales de comunicación, tanto satelitalmente como por fibra óptica.

Andrés Eloy Méndez, ¿si no es censura cómo se llama a lo de CNN?


De manera que si el capitalismo actuara de manera salvaje como tú, Andrés Eloy Méndez, y otros sicofantes del régimen castro comunista creen, la revancha contra lo que no es censura pero sacó de las cabreas a CNN, pudiera acelerar el conteo final del narco régimen  chavo–madurista. ¿Cómo? He aquí algunas ideas –que no son ni mis propuestas ni mis incitaciones–.
1.    Eliminación de las frecuencias donde  Telesur envía su propaganda comunista al resto de Iberoamérica
2.  Prohibición de que alias El Tuerto Walter Martínez siga usando al Galaxy 5 para recabar la información que transmite por VTV
3.    Supresión de todas las comiquitas programas infantiles, Fox y HBO en Venezuela
4.   Prohibición de exportar largometrajes al país producidos y/o distribuidos por 20th. Century Fox, Walt Disney y Warner Bros, así como los de sus filiales y asociados
5.   Generación de una campaña radial, sistemática y reiterada, contra el castro–comunismo venezolano, a través de la Cadena Caracol Radio, que cubre localmente 2/3 de la superficie del país
Etcétera, etcétera.
Lo que sucede, enano cerebral al frente de Conatel, es que la democracia no funciona así. Que los regímenes fascistas del mundo siempre han sido enemigos de la libertad de información y expresión, pues saben que, frente a la verdad, quedarían desnudos como el Rey de la fábula. Que el trabajo de los guerreros del teclado ha sido tan esencial para desmontar cualquier tiranía como la mejor bomba molotov; lo digo con orgullo, contra de la estupidez de algunos políticos cuyo compromiso con Venezuela pudiera ser cuestionable, que intentan ahora descalificar a quienes usan como arma la palabra escrita.
Así lo asevero, y para ello me apoyo en la historia, remontándome a las transmisiones de la BBC de Londres, cuya pena por escucharlas era la muerte, donde no sólo se alentaba y esperanzaba a los pueblos oprimidos por los nazis, sino que se le daban instrucciones precisas a los miembros de la resistencia para sus operaciones tácticas contra los ocupantes germanos y los colaboracionistas.
Recuerdo también a los valientes dominicanos de la época de su abominable dictador Rafael Leónidas –alias Chapita– Trujillo, que arriesgaban el pellejo por oír las voces libres que les llegaban a través de las ondas radiales desde Caracas, San Juan y La Habana; una época aciaga donde los esbirros recorrían La Española provistos de estetoscopios y a todo el que no estuviese en sintonía con La Voz Dominicana, le aprehendían y, lo menos que le salía, eran palos y cuerazos.


Alessandri Solzhenitsin: Otro "guerrero del teclado", pésele a quien le pese

También destaco a los cubanos radioyentes de Radio Martí. A los peruanos que escapaban de la hegemonía televisiva impuesta por el general y dictador castro comunista Juan Velazco Alvarado, yendo a las cinematecas y a las bibliotecas públicas. A los soviéticos que copiaban, página por página, para su distribución clandestina, las obras prohibidas de Alessandri Solzhenitsin, cuya frase más contundente es, a mi parecer–: Si somos siempre prudentes, ¿podemos seguir siendo humanos? Y, asimismo, a los subversivos contra la dictadura de Marcos de Jesús Pérez Jiménez, que reproducían la información en mimeógrafos y multígrafos de alcohol y las repartían, puerta a puerta, en una Caracas que no alcanzaba al millón de almas.
De lo que se trata, ministrito  Andrés Eloy , es de los valores democráticos, algo de lo que tú sino y comparsa de fariseos comunistoides del gobierno de Maduro carecen. Y uno de esos valores, irrenunciables, es en el cual se basan las libertades antes mentadas.


María Alejandra Requena: La pesadilla de 2 censuras,  RCTV y  CNN

¿Qué es lo que han hecho tú, Andrés Eloy, y los tuyos? Como asegura Miguel Henrique Otero, comprar, con los dineros del pueblo, a medios como Últimas Noticias, Panorama y El Universal para lograr que sus periodistas que duerman con el enemigo. Cerrar a Radio Caracas TV. No suministrarle papel a El Carabobeño, El Impulso y El Nuevo País. Encarcelar al director–propietario del El Correo del Caroní por sus denuncias contra el gobernador del Estado Bolívar, ampliamente confirmadas durante los sucesos ocasionados por la crisis de los billetes de Bs. 100. Cerrar decenas de radioemisoras, censurar ye imponer la autocensura a las restantes; así como lanzar emisoras comunitarias que, al igual que los canales del estado, nadie escucha.


Elizabeth Pérez: ¡Qué diferencia entre los comentaristas de Teves y tú!

Como aficionado al béisbol, me tuve que calar el lamentable espectáculo de la transmisión de la Serie del Caribe, por Tevés, ya que ninguna otra televisora lo difundió. La imagen, procesada por México, era impecable. Los presentadores, enviados al lugar, deplorables. No sabían un carajo de lo que estaban hablando, en un país que se había enorgullecido siempre de sus locutores y comentaristas deportivos. Parecían que disertaban enratonados con tequila –enguayabados, para mis lectores de afuera–. Eso sí, aduladores de oficio. Le halaban las pelotas a Winston Vallenilla, el director de la emisora, a Maduro, a Diosdado. ¡Cuánto extrañé a la buena moza y paisana de Elizabeth Pérez, de CNN, a las chicos y chicas de Meridiano TV! Había hasta un idiota que cantaba, cada vez que alguien mencionaba un lugar como Valencia, Maracaibo. Y, además, desafinaba como su maestro, el comandante interno Hugo Chávez. Ese es tu lumpen, directorcito de Conatel.


Fernando del Rincón y su esposa venezolana. Censura, pero sin desmentidos

Empero, en todo este desmadre, lo único que no han sido desmentidos son los contenidos publicados por CNN, lo de los pasaportes de la Embajada de Irak y los negociados de Tarek y su carnal Lope Bello. Lo cual es suficiente no sólo para quitarles un realero, en EEUU, el Reino Unido y la Unión Europea., sino para ponerle los ganchos donde menos se los esperen. Lo trágico es el silencio de los presidentes y primeros magistrados del Hemisferio, con la excepción de Costa Rica. Del Caribe ex británico, era de esperarse, pues allí las autoridades tienen el alma del color del petróleo con el que les han comprado su apoyo y silencio. Pero de los países que acaban de extirpar dolorosamente el cáncer del foropaulismo, como Argentina, Brasil, Panamá, sus bocas cerradas duelen. En fin. termino con otra frase del autor de Archipiélago Gulag: Quienes reconocen claramente la voz de su propia conciencia por lo general también reconocen la voz de la justicia.

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