viernes, 29 de septiembre de 2017


...Que me hace tu maldad feliz
 Carta abierta a Leonardo Padrón

Siempre fui llevado por la mala
y es por eso que te quiero tanto.
Más si das a mi vivir la dicha,
con tu amor fingido.
Miénteme una eternidad,
que me hace tu maldad feliz.

En su más reciente columna sobre los gobernantes del régimen, Leonardo Padrón asevera: Mienten. Lo hacen sin pudor. Cada vez que se acercan a un micrófono. Cada vez que los enfoca una cámara. En cada rueda de prensa. Fuera y dentro del país. No importa el tema. Puede ser sobre la crisis hospitalaria, la escasez, la hiperinflación, la epidemia de asesinatos, la desaparición del dinero en efectivo, la ausencia de gasolina. Cualquier tema obvio y visible. Y a pesar de eso, de lo irrebatible y manifiesta que es nuestra miseria, mienten […] Mienten cuando hablan de guerra económica y conspiraciones universales. Mienten para sentirse libres de culpa. Mientras tanto, la gente, el ciudadano común, el mismísimo pueblo, busca sobrevivir entre los escombros de un país arruinado y saqueado por los insignes prohombres de la revolución.
Lamento decirte, Leonardo, siendo como soy tu admirador y seguidor, que si hubieses leído mis tres últimos blogs sobre las mentiras, tu magnífico y citado ensayo habría saltado de bueno a óptimo.
Si no los míos pues, como dice mi entrañable amigo Alfredo Coronil Hartman, los medios donde opino se limitan a las redes sociales, te recomiendo revisar lo que Gloria Cuenca ha publicado en Últimas Noticias y El Regional del Zulia sobre el desaliento, la mentira y la negación.
Lo importante –a mi parecer– no es que mientan, sino por qué y para qué lo hacen. Además, de dónde sacan el racional para trocar la verdad por mentira.
Voy a darte mis conjeturas, en 5 casos, del por qué mienten que no es, precisamente para sentirse libres de culpa.

Los sentimientos de orfandad y bastardía

El ex chofer del Metro de Caracas miente porque está falto de las necesidades que preconizaba Simón Bolívar como primeras. De moral, muy poca, si es que alguna; de luces, ninguna. Por eso lo eligió Raúl, para que ejecutara sus órdenes sin chistar.
El 25 de julio de 1977 pereció en la Disip, a los 34 años de edad Jorge Rodríguez, padre de Jorge y Delcy, presuntamente a causa de las torturas infringidas por los agentes Braulio Gudiño La Cruz, Guillermo Zambrano Salazar, Itamar Ramírez y Juan Álvarez Día. Gobernaba Carlos Andrés Pérez, y su Ministro del Interior era Octavio Lepage. El resentimiento antidemocrático de los ahora líderes del chavo–madurismo pudiera haberse originado en el sentimiento de orfandad, generado por la cuestionable muerte de su progenitor, aunado a la reprochable costumbre venezolana de sacudirse el muerto.
No me cuesta trabajo imaginar a la viuda de Jorge educando a sus hijos en el odio hacia el puntofijismo, a Carlos Andrés, a Rafael Caldera ­­­–el primero que lo mandó a aprehender cuando subvertía el orden público en la UCV– a Lepage y, por supuesto, a los autores materiales del hecho. Lo que no entiendo es cómo los Rodríguez, cuyo padre tenía una sólida formación ideológica, no conozcan las diferencias entre el modelo productivo capitalista y la doctrina política del marxismo–leninismo, sobre todo cuando China y Vietnam, que siguen siendo comunistas, han desechado por inservible al modelo productivo socialista.
Por eso, me da un poco de pena –de pena ajena, se entiende– cuando Delcy asegura en sus discursos que el régimen de Maduro está acabando con el capitalismo en Venezuela. Lo cierto es que está acabando con Venezuela a secas.
También puedo concebir por qué Elías Jaua y Oscar Schemel actúan como lo hacen. Pese a que, en ambos casos, hubo padres adoptivos que les dieron sus apellidos, priva en ellos el sentimiento de bastardía.
De ahí a sentirse víctimas de la injusticia social y rebelarse contra ella, no hay más que un paso. Uno que dio Adolf Hitler y le llevó al mito de la raza superior –u hombre nuevo del Che Guevara– la guerra con más de 100 millones de bajas mortales y pérdidas económicas todavía incalculables y el holocausto de millones de eslavos, gitanos, judíos y demócratas.

Una mentira mil veces citada…

Citándome a mí mismo, en mi blog opinaticonsinoficio@blogspot.com del 8 de los corrientes,  escribí–: Basándose en el marxismo, el antisemitismo, la marginación y la opresión en Europa, Theodor Adorno y Max Horkheimer detectaron un sentimiento que desarrollaban los nazis entonces, para lograr el apartheid y exterminio de grupos específicos: judíos, socialdemócratas, minusválidos.
Adorno y Horkheimer intentaban desvelar la ideología nacionalsocialista, para emplearla –según ellos– en un propósito positivo: la enseñanza y aprendizaje del marxismo–leninismo […] para liberar a los pueblos oprimidos por el capitalismo. Por eso, se atrincheraron en la Universidad de Fráncfort, cuando dicha –con apenas 10 años de existencia– necesitaba  ser promovida. Allí fundaron el Instituto de Investigación Social (1923) […] El socavar la cultura de los países democráticos se volvió en una fijación típica el izquierdismo global, gracias a la nefasta influencia de de la Escuela de Fráncfort.
Tras haberlo logrado en la frágil República del Weimar, llevaron su fuerza destructiva a EEUU, país que les había dado generoso asilo, después de que el monstruo que habían ayudado a procrear, el Tercer Reich, se les reviró.
En EEUU añadieron nuevos venenos y condimentos, entre ellos sus “Estudios sobre los prejuicios” (1950) […] donde sostenían que “el pueblo norteamericano posee muchos rasgos fascistas, y que todo aquel que crea en el “American way of life” (estilo de vida o sueño americano) está demente.
Hete aquí el origen proviene del uso indiscriminado del vocablo “fascista”, que los comunistas atribuyen a sus opositores, así como también la justificación de los sórdidos tratamientos psiquiátricos con que la KGB victimó por décadas a los rusos y otros opositores de los países satélites.
Sin embargo a ninguno de estos canallas le tembló el pulso para ponerse a las órdenes de los supuestos “bobos, fascistas y locos” de EEUU. Marcuse, por ejemplo, comenzó su carrera paralela como espía de la Oficina de Servicios Estratégicos  –OSS antecesora de la CIA–, mientras que Horkheimer y Adorno, se enquistaron en Hollywood  para buscar idealistas quienes catequizar con su “Biblia de la Maldad”.
Lo que sí obtuvieron estos pseudo–intelectuales fue el macartismo contra actores, escritores y técnicos de Séptimo Arte, que echó a la calle a más de 10 mil profesionales-
Fráncfort quiso probar que el pueblo alemán era más bueno e inocente que Blanca Nieves, y la culpa de su silencio y pasividad colectivas frente al holocausto fue de Joseph Gobbels, Ministro de Propaganda del III Reich, creador de un patuque nazi que empleó a fondo los medios masivos existentes para su diseminación: prensa, radio y eventos públicos.
Con esta falacia sembraron el terror en las democracias europeas, creando enemigos siniestros como las marcas comerciales, el consumismo y una potencial rebelión de las masas al no poder adquirir los productos publicitados; tendencia que se agudizaría mucho más si llegaran a distribuirse las frecuencias televisivas a concesionarios privados. La idea caló a fondo, y para que hubiera televisión alternativa, Europa tuvo que esperar más de medio siglo.
Pero no hay duda de que habrá siempre otro a quien echarle el sambenito, pero siempre que no se metan con el pueblo.

La Programación neurolingüística, ¿una nueva Fráncfort…?

Destruida por falaz la tesis de Fráncfort, y tras la formalización de la neurolingüística por Harry Whitakeren 1985, descrita como análisis de la fisiología con la que el cerebro procesa la información, valiéndose de la afasiología, la tomografía, la electrofisiología y la informática; y los vínculos existentes con el lenguaje, las lingüística y la psicolingüística; Richard Bandler y John Grinder lanzaron una Estrategia de comunicación, desarrollo personal y psicoterapia, denominada Programación neurolingüística –PNL–.
Bandler y Grinder plantearon que había un nexo entre la neurología, el lenguaje y el comportamiento experiencial, afirmando que podían ser modificados para lograr objetivos específicos.
Asimismo afirmaron que la PNL podía habilitar a las personas excepcionalmente, con cualidades adquiribles por cualquiera. También sostuvieron que la PNL puede curar males como fobias, depresión, trastorno de movimientos estereotípicos, enfermedades psicosomáticas, miopía, alergia, resfriado común y trastornos del aprendizaje, a menudo en una única sesión.
La PNL también fue promocionada por sus técnicas de replanteo​, con las que , supuestamente, se podían lograr el modificaciones conductuales modificando el contexto o significado de la experiencia, cambiando a positivo un pensamiento o comportamiento negativo.
Empero, la evidencia reveló que la PNL es, esencialmente, una pseudo–ciencia desacreditada. Revisiones prolijas demostraron que contenía numerosos errores fácticos, y no producía los resultados esperados.
Aunque a Chávez y a Maduro les vendieron la PNL como el secreto comunicacional de Noah Chomsky, Karen Stollznow escritora y lingüista estadounidense, expatriada en Australia, aseguró lo contrario–: Aparte de los sustantivos de su vocabulario, la PNL no tiene semejanza alguna con ninguna de las teorías o filosofías lingüísticas, cognitivas o políticas de Chomsky […] En su tristemente célebre obra, los autores se jactan de que la PNL es una “panacea universal” que cura todos los males hasta en una sola sesión: dificultades de aprendizaje, epilepsia, miopía, dislexia. Con sus promesas extendidas al tratamiento de la esquizofrenia, la depresión y el trastorno de estrés post–traumático, se parece la Cienciología y la Comisión Ciudadana por los Derechos Humanos[1]​.
En el criterio del hipnólogo André Müller Weitzenhoffer (1921–2004): La mayor debilidad del análisis lingüístico de Bandler y Grinder es que, en su mayoría, se basa en sobre hipótesis no probadas y con soporte factual totalmente inadecuados […] Además, hacen uso indebido de la lógica formal y las matemáticas, redefinen o malinterpretan términos de la lingüística –substantivación, por ejemplo–, crean una fachada científica complicando innecesariamente los conceptos de Erickson con afirmaciones infundadas,  cometen errores objetivos y desprecian o confunden los conceptos fundamentales del enfoque-

Auge y caída del PLN

EL PLN se desarrolló en Instituto Esalen de California. Bandler y Grinder afirmaron allí que además de sun método terapéutico, la PNL también servía para la comunicación y comenzaron a comercializarla como App de trabajo, afirmando que–: Si cualquier  persona puede hacer cualquier cosa, tú también puedes.
Después de que 150 estudiantes pagaron un mil dólares por 10 días de taller en Santa Cruz, Bandler y Grinder produjeron libros de divulgación de autoayuda, como Ranas en Príncipes, que vendió más de 270 mil copias.
Bandler ganó  más de 800 mil dólares en 1980 a con sus talleres y libros. También hizo esfuerzos infructuosos para excluir otros de la explotación del PNL, pues el creciente número de egresados de Esalen disminuyó paulatinamente los ingresos delinstituto.
Ante la declinación de la PNL, los investigadores comenzaron a cuestionar sus fundamentos teóricos. Así se determinó que había falta de sustanciación para las teorías fundamentales del  PNL.
En la década de los 90 , las mentiras en las cuales se basaba la PLN se fueron revelando, y esta metodología que –según se creía–era la substituta de la Escuela de Fráncfort, se vino abajo con todo su andamiaje; no sin que muchas personas pagaran millones por escuchar lo que querían oír… entre ellas, Chávez y Maduro.
Por eso, volviendo al inicio, Leonardo, tus personajes mienten pues creen que, mintiendo, se atornillan al poder. De allí esa basura de las cadenas de Maduro, el Noticiero de la Patria y el vil garrote de Diosdado. También mienten porque, de tanto hacerlo, olvidaron cómo decir la verdad.
Creen, Leonardo que, al pueblo, les hace su maldad feliz.
[1] El escepticismo y lo paranormal: Una rosa por cualquier otro nombre, Bonett, W. (Ed.), 2010

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