domingo, 6 de enero de 2013

La mano de Dios


La falla de nuestra época consiste en que sus políticos
no quieren ser útiles sino importantes

Winston Spencer Churchill

¡Que viva España!
Ayer fue el poco celebrado septuagésimo quinto cumpleaños de Don Juan Carlos de Borbón, Monarca de España y descendiente directo de Isabel y Fernando de Castilla y Aragón, quienes, hace más de medio milenio, bajo la ideología de la cruz y el idioma español, unieron en una especie de cobija de retazos a pueblos muy disímiles, descendientes de 20 mil leches.
No fue para el Borbón su cumpleaños más feliz, porque a un porcentaje muy significativo de la sociedad le cayó muy mal la crisis económica que sufre el país; las corruptelas de su yerno, Iñaki Urdangarín, esposo de la Infanta Cristina, en libertad bajo fianza tras pagar 8 millones 200 mil euros; las amenazas secesionistas de Cataluña, desatadas para velar los tejemanejes del gobierno, acusado de malversar fondos de la Unión Europea; y, finalmente, el caso del elefante, la amante tudesca y la rodilla aplastada en Kenia.
Empero, la matriz de opinión ibérica se muestra terriblemente injusta con Don Juan Carlos, ya que lo único que puede achacársele es su romance con Corinna Sayn Wittgenstein, cuyo karma ya lo pagó rapidito él con su Eisbein rodilla de cochino en alemán-. Además, como lo demostró el presidente Bill Clintonco su pasante, un mal paso cualquiera da en la vida.
Echarle la culpa al otro
Lo de Cataluña ha sido obra y gracia del capo mafioso Jordi Pujol Soley, presidente de la Comunidad, quien carga consigo con un expediente de peculado, donde están incluidos desde el Partido Socialista Catalán –que ya no quiere llamarse PSOE-  hasta una de las instituciones financieras más publicitadas en el mundo.
No fue el Rey de España quien seleccionó a los pretendientes para sus hijas quienes, aparentemente, sufren de ese instintivo mal que los romanos denominaban error in eligendo. Las infantas, como Yacumbele, se mataron ellas mismitas con esposos que no quieren servir para nada.
Y tampoco puede inculparse al Jefe del Estado la crisis económica, desatada globalmente con premeditación y alevosía por el poder detrás del poder.
La gente sufre desempleo y pérdida de calidad de vida en España y otros países de Europa, porque estas naciones cumplen con las reglas que acordaron para su integración. Para poder revisar dichas normas, habría que identificar, encausar y despojar de su riqueza mal habida a los verdaderos culpables de este crimen de lesa humanidad.
Y esta  es una acción que ningún gobierno o conjunto de ellos puede iniciar, si no cuenta con la información y movilización de gigantescas masas de indignados a escala planetaria.
Lo que si deberían agradecerles los españoles a Don Juan Carlos, de rodillas en tierra y con alabanzas antecedidas de Su Majestad –odiosos y serviles gestos y términos, eliminados del protocolo por sus propias órdenes- es la democracia y libertad que ha mantenido, a trocha y mocha –como ocurrió durante el fallido golpe de Estado del 23-F de 1981-, y contra todas las expectativas de su mentor político, el Generalísimo Francisco Franco, Caudillo por la Gracia de Dios.
De no ser por Juan Carlos, España no se hubiera asimilado a los tiempos de cambio y ruptura habidos tras las II Guerra Mundial, Y África seguiría estando ubicada detrás de los Pirineos.
La triste historia al contrario
Lo que me lleva a la triste historia actual de Venezuela, que una vez nos hiciera sentir orgullosos de ser sus ciudadanos, pero que hoy ha sido despedazada y entregada a la dictadura de los fósiles comunistas Castro Ruz, gracias al colaboracionismo de supuestos partidos de oposición, la conchupancia de, asimismo, supuestos medios independientes y, la guinda de del cóctel, igualmente supuestos oficiales patriotas.
Sobre la vergonzosa actuación de la MUD, me permito copiar textualmente algunas ideas de mi tocayo Luis Betancourt Oteyza me ha enviado recientemente desde Londres
Luis es un excelente jurista, padre de familia y cristiano; compañero de luchas y pareceres desde la Universidad. Con la mayr transparencia y misionado para servir al prójimo, desempeñó exitosamente elevados cargos públicos durante el período democrático.
Su papá, virtuoso oficial del Ejercito Venezolano, sufrió el exilio en la dictadura perezjimenista; su esposa, Ana María, nació en La Habana. De manera que en su caso no podría hablarse de ant-milico o anti-cubano.
Venezuela se encuentra en un absoluto estado de vacío de poder, figura difícil de observar en los estados modernos pero que suele ocurrir cuando la ausencia de autoridades presagia un escenario de anarquía previo a la violencia generalizada, que puede costar muchas vidas inocentes, pérdidas territoriales y posibilidad de desintegración de la Nación. Se podrá decir que exagero y lo acepto, pero es lo que siento y, peor aún, lo que veo.
Chávez se ausentó del país el 9 de diciembre, sin abandonar su condición de presidente en ejercicio y mando efectivo de las FAN; esa fue su disposición y su expreso anuncio.
No permitió el resorte automático de la constitución de entender y aceptar que incurría en ausencia temporal y que su vicepresidente lo suplía en sus funciones. No contento con esa arbitrariedad, por demás normal en él, delegó posteriormente las funciones que abandonaba, sólo para mantener la farsa de que seguía en posesión de facultades físicas y, sobre todo, mentales para conservar el poder.
Toda esta charada configura la anómica situación de vacío de poder que advertimos arriba.
Sin embargo, los actores del momento pretenden seguir la burla, que va a ser muy costosa para la República.
En los mandos militares se confía en el control de un ministro que ha rendido su prestigio y autoridad mediante proclamas de fidelidad ideológica contrarias a Ley y la Constitución, en muestra de adulación insoportable para los hombres y mujeres del país, civiles y militares, y cualquier subalterno está llamado a rescatar el honor militar en cumplimiento de su deber legal e institucional. Los encargados de las finanzas públicas ven agravado su abandono de directrices de los últimos 14 años. La satrapía de ministerios y gobernaciones afectos no encuentran a quién pedir instrucciones u ocultar sus pillerías.
Ante este gravísimo panorama, los voceros de la MUD, luego de su descanso navideño, han producido una declaración que debemos desglosar para destacar los términos y espíritu que rechaza la oposición al chavismo.
El comunicado de marras, leído ayer miércoles 2 de enero, comienza por esmerarse en consideraciones y anhelos por la salud del Tirano, que nadie les ha pedido y que resaltan una hipocresía innegable para partidarios y opositores; insiste en hurgar en un parte médico infinitamente oculto y negado, con una tozudez casi morbosa: A estas alturas de hoy, y con buen pronóstico para el agónico, Chávez se está muriendo irreversiblemente, y se encuentra física y mentalmente discapacitado. Punto, no más que preguntar, el secretismo llegó a su final.
No es propio de personas pensantes seguir preguntando nimiedades ni reclamando seriedad a quienes nunca la han aprendido, y menos invitarlos a que se sientan []  el gobierno de todos los venezolanos, porque, y es hora que entiendan desde esa trinchera que les hemos concedido, que el chavismo lo ejerce sólo para su minoría, con absoluta exclusividad y prescindencia de la mayoría.
En el camino se alude, como quien no quiere, a las elecciones que se prevén para la falta absoluta del mandante mayor, sin advertir que sin la reestructuración del CNE, acatando las condiciones exigidas en la constitución para la designación de sus rectores, la limpieza del REP y el desahucio del sistema electrónico fraudulento diseñado por los cubanos con sus maquinitas de lotería tramposas, serían otra burla inaceptable y de consecuencias inimaginables para la sociedad.
Luego se deja caer que la Asamblea, construida en fraude a la mayoría de los electores, será el instrumento de una continuidad inaceptable y que en auxilio de su autoridad y rescate imposible de prestigio, se ofrece aportar candidatos a la directiva, para insistir en decir que somos lo mismo, que no hay diferencias y que en pago de esas posiciones, prestas a cubrir, ofrecen un manto de impunidad a tantos crímenes cometidos contra personas y cosas en estos aciagos  14 años ¡Y todo en nombre del diálogo!
Se reclama sin desparpajo que los venezolanos debemos entender que: no tienen un Estado paralizado, que su gobierno no es impotente o incapaz, que sus representantes saben lo que está pasando.  ¡Por Dios, quién escribió esto! Señores de la MUD, los venezolanos tenemos la trágica y larga experiencia personal que vivimos en un Estado paralizado en sus deberes patrios, regido por un gobierno impotente de atender sus obligaciones y lealtades, e incapaz de resolver nuestros problemas más elementales, y que sus representantes son cómplices del desastre.
Se alude a la Unidad de la oposición de manera manipuladora porque si se insiste en ella, que no sea impuesta, que se oiga a la sociedad. La Unidad no puede ser sinónimo de confusión, ni la solidaridad de complicidad; ya lo dijimos hace mucho y lo recordamos hace poco ¿Por qué se escribió eso? ¿Por qué nos pusieron en la encrucijada de escribir esto? ¿Por qué? No quiero pensar en las respuestas ¡Ya basta!
Las resonancias del miedo
Revela la denuncia de Betancourt la situación que vive el país, donde hay un vacío de poder, sin que, simultáneamente, exista n liderazgo capaz de movilizar las masas. Y, al contrario, lo que hace es totalmente lo contrario: apaciguar y desmovilizar.
¿Por qué la gente no se activa? Por un doble fenómeno, que los psicólogos sociales conocen como resonancia y disonancia cognitivas.
La resonancia cognitiva del ciudadano de a pie no se deriva de la paranoia mediática que Chávez desvelaba, por ejemplo, al anunciar supuestos intentos de magnicidio –cuyos pormenores y autores nunca identificó-, o de la venganza que ejercida contra sus adversarios; aunque, su conducta pareciera haber variado en este punto, al final de sus días.
La resonancia cognitiva proviene de la persecución, convertida en terrorismo judicial, contra los llamados políticos presos, el desmantelamiento físico y presupuestario de entidades y municipios que le fueron adversos y el fraude virtual multi-denunciado en las entregas de este blog
Venezuela no es Cuba –aunque cada día se le parece más-, ni Chávez Fidel –aunque quisiera ser como él-. A Juan Vicente Gómez se le temía y se le respetaba. Marcos Pérez Jiménez infundía pavor. Según asevera Manuel Caballero, Chávez no inspira miedo ni respeto, pues nunca actúa de frente ni se responsabiliza por sus propias decisiones.
Amenaza, simplemente, y después deja el trabajo sucio a los fiscales, jueces y grupos militares y mafiosos que le son afectos. Tampoco al pueblo le intimidan su Fuerza Armada y Milicia, pues percibe a estos contingentes como organizaciones con fines de lucro, a cuyos negociados sólo les faltaría legitimarse con algún código o ley que la Asamblea Nacional apruebe.
 Lo que aterran al hombre y la mujer comunes son problemas más concretos, urgentes y cotidianos: no poder pagar los servicios básicos o cancelar otras obligaciones, encontrar los alimentos básicos o las medicinas que requiere para su sustento y salud o, en caso de hallarlos, no tener con qué pagarlos. Carecer de asistencia médica. Que sus hijos deserten de la educación o sus hijas terminen violadas por algún guapetón de barrio.
Perder sus empleos porque la empresa privada donde laboran baje su santamaría, o porque algún chivato les denuncie ante el organismo público donde prestan servicios o del cual son contratistas por desafectos al régimen.
Morir en un atraco, un robo, un secuestro, un cruce de disparos de las narcoguerrillas, el hampa común, los cuerpos de seguridad o grupos paramilitares como La Piedrita, triste destino de más de 200 mil personas asesinadas, contabilizadas hasta el tercer trimestre del 2009, durante los crímenes violentos ocurridos desde 1998.
Es el miedo de cada día, no a lo desconocido, sino a lo que observan cuando salen y regresan a sus hogares, encienden sus radios y televisores, escuchan en bocas de sus  amigos, vecinos y familiares. Se trata de un largo metraje de terror que nunca termina, ni siquiera al dormir, pues se convierte en pesadilla.
El miedo es un sentimiento, en otras palabras, forma parte del software de arranque del ser humano. Hay muchas maneras de superarlo, pero la más efectiva, por automática, proviene del instinto de la supervivencia: Hasta la bestia más mansa lanza un zarpazo cuando se ve acorralada.
El juego-miedo, desarrollado en Venezuela por más de una década, tiene dos polos: el acorralamiento –económico, político, jurídico, social, delictivo - y la dosificación de la muerte para quienes no están con el proceso.
El 11-A hubo 19 víctimas fatales y más de un centenar de heridos, ninguno de ellos militar. Fue una orden implacable del Sombrerero Loco, personaje clave de Alicia en el País de las Maravillas: ¡Qué le corten la cabeza! ¿A quién? A sus enemigos, a  los que no piensan como él. Si se quedara solamente en la narrativa de Lewis Carrol, no habría por qué preocuparse. Pero lo que sucede por estas calles no es ficción, sino  una bestial realidad que supera cualquier fantasía.
Me habría gustado poder observar las caras del general Charles De Gaulle o del doctor Leonardo Ruiz Pineda, si algún dirigente opositor -durante los gobiernos del Henri-Philippe Pétain o el Marcos Pérez Jiménez-, les hubieran sugerido –como se nos propone ahora a los venezolanos- la resistencia democrática, cuya estrategia no pasa de ofrecer la otra mejilla después de haber sufrido una avalancha de balas, perdigones y gases lacrimógenos.
Aún Mohandas Gandhi, pionero del pacifismo en el Siglo XX, tuvo que cargar con más de 650 mil muertos antes de concretar su sueño independentista. Y él mismo murió abaleado, en 1948, víctima del fundamentalismo.
Y, al fin y al cabo, ¿qué carajo puede importar la opinión global, si ya decidió a favor de Chávez? ¿Dónde están los comunicados y las declaraciones de la Internacional Socialista o la Democracia Cristiana a favor de un pueblo que, por décadas, votó por sus candidatos en Venezuela y que ahora padece una guerra no declarada pero igualmente letal, con más de 200 mil muertes violentas?
El uso de la resonancia cognitiva como arma ideológica se sustancia en un documento de amplia difusión al inicio del régimen:
 La reunión de circunstancias y hechos favorables al actual tránsito pacífico no quiere decir de ningún modo que esta coyuntura sea eterna e inmutable. El tránsito pacífico o violento de la revolución depende de factores objetivos y no exclusivamente de la voluntad de la dirección revolucionaria. La vieja política cohabita con la V República, pero no la acepta voluntariamente, es una cohabitación forzada por su derrota y debilidad, por su actual inferioridad de fuerzas. La vieja política genera constantemente contrarrevolución para desestabilizar el proceso de cambio. Nadie puede jurar que los viejos factores de poder no sean tentados por la desesperación y la aventura, lo que obligaría a la dirección revolucionaria a enfrentarlos en otros terrenos. 
De ahí viene la famosa frase: ¡Vienen por mí!
Las disonancias del miedo
En cuanto a la disonancia cognitiva para fracturar a la oposición, Alberto J. Vollmer, refiriéndose no a este pantano sino a los lodos que lo crearon, sostiene: Los robos y atropellos perpetrados contra el patrimonio nacional, [...] no lo han sido sólo en materia económica, sino que hemos permitido que nuestro patrimonio moral haya sido vulnerado en forma significativa. Los miles de millones de bolívares que se robaron miles de pícaros, a quienes todos conocemos en Venezuela, son nada en comparación con el deterioro sufrido por el país en su tesoro ético, heredado de nuestros libertadores y mantenido por las generaciones anteriores. Se ha [...] permitido que se haya robado y despojado a la confianza, a la esperanza, a la cultura y a todos los demás valores de nuestra tradición y nacionalidad... 
Horacio Martínez complementa el concepto: En la disonancia cognitiva interviene el factor Romeo y Julieta. La tragedia ocurre porque Capuletos y Montescos se oponen a su relación. Los amantes, en fuerte compensación a dicha oposición, rompen las reglas y valores, y tal acción les cuesta la vida. Lo que pudiera ser enunciado como una Ley de Newton psicológica: a una fuerza dada, se le opone otra de igual magnitud y dirección divergente, o, dicho de otra forma, una reactancia psicológica. La moraleja del drama consiste en que, cuando la persuasión fracasa no solamente dejan de pasar cosas, sino que, a veces, se producen conductas opuestas y de igual intensidad a las propuestas, cuyos resultados son catastróficos. 
León Festinger  sostiene que en la mente toda persona puede distinguirse conocimientos o cogniciones, esto es, todo lo que sabe sobre sí misma, su conducta y circunstancias; y que algunos de estos elementos pudieran ser contradictorios, no sólo lógica sino psicológicamente. Ofrece el ejemplo de que si sé que el semáforo debe ser respetado, al saltarme la luz roja estoy contraviniendo mi propio compromiso. A estas contradicciones Festinger, las denomina disonancias cognitivas. Cuando se presentan, el individuo se obliga –para su propia protección- a minimizarlas: No le pares, al fin y al cabo, ¿quién no se salta un semáforo? Esta elaboración implica un cambio en su conducta, si es posible. Y si no lo es, lo cual ocurre en muchos casos, entonces le induce a modificar sus conocimientos, o la revaloración de las mismos.
Para Dick Morris, romper un compromiso es como renunciar al alcohol: Quien lo hace, enfrenta un conflicto permanente entre su sed interior y la obligación de abstenerse. Por eso, el que quiera reposicionarse deberá luchar contra la conformidad y la rutina, y afirmar su determinación de abrir una nueva senda. 
Lo que creo, después de escuchar gimotear a la mayoría de los autoproclamados líderes de oposición ante las esperadas nuevas agresiones del PSUV, es que los venezolanos de verdad estamos obligados a aprovechar la intervención divina para enmendar nuestros pasos. En otras palabras, a usar el recurso de La mano de Dios, como hizo Diego Maradona.
Fe de erratas: Adjunto e mail que acabo de recibir, tras haber publicado la presente nota
Estimado Tocayo: Te agradezco mucho los generosos calificativos con los que me distingues pero incurres en dos errores: Mi padre, el teniente Pedro Betancourt Grillet  fue una víctima de la dictadura de Juan Vicente Gómez...y no de Pérez Jiménez. Fue torturado en Villa Zoila por el hijo del Tirano, Jose Vicente, guindándolo por las bolas, y no cantó; nosotros mi hermano Guillermo y yo, nacimos después así que sus bolas aguantaron.
Luego pasó una larga temporada de 8 años en La Rotunda de Caracas y todo iniciando su juventud con tan solo 19 años, para luego ir por otros 8 largos años al exilio. Por otra parte, mi mujer Ana María, efectivamente nació en La Habana, Cuba, pero de chiripa porque su padre era el vicecónsul de Venezuela y sólo vivió en esa perla antillana un mes, y luego no ha regresado...Así que de cubana no tiene sino la alegría musical y su belleza. Por lo demás, no ha pasado nada. Saludos, LBO

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