viernes, 11 de enero de 2013

Una noche de Cala


Del Elogio de la locura a la III Declaración de La Habana
El 4 de febrero de 1962 el auto-designado comandante Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana y también auto-elegido Primer Ministro, frente a una multitud de simpatizantes y decenas de invitados extranjeros, proclamó la ruptura respecto al devenir histórico, social, cultural y político de su estado nacional.
A este pronunciamiento se le conoce como II Declaración de La Habana, fue traducido a varios idiomas y se distribuyó ampliamente, grabado en long plays, a través de las embajadas insulares y los partidos comunistas en el mundo entero.
Hasta hace poco, poseí copia en acetato del discurso de Fidel, guardado junto a otro disco singular: los mejores speeches de Adolfo Hitler, pues considero que la una y los otros pertenecen al mismo género, caracterizado con brutal honestidad por Erasmo de Rotterdam en El Elogio de la locura (1511), una de las obras más emblemáticas de la Civilización Occidental, catalizadora de la Reforma Protestante.
Erasmo comienza su ensayo con una loa satírica. Después, su trama se ensombrece por la adulación y exaltación de locura, focalizada en las supersticiones y prácticas corruptas de los príncipes de la Iglesia, así como la insania mental de los feligreses, entre quienes el propio Erasmo se incluye para autocriticarse.
Erasmo escribe su obra en menos de una semana, y la corrige en casa de su mentor, Tomás Moro, tras regresar profundamente decepcionado del Vaticano, donde se había asqueado de la degradación y decadencia de la curia romana.
Al final, la locura abandona el espíritu de Erasmo, quien recupera la razón, condenando duramente a los clérigos que viven y se solazan en el pecada, y rogando por el regreso de los fieles añ ejercicio de los verdaderos ideales cristianos.
 En su II Declaración de La Habana Fidel, a diferencia de los dirigentes del chavismo venezolano -cuyo analfabetismo político resulta mas que evidente-, conocedor de la Historia y con el propósito manifiesto de mantenerse en el poder al costo que fuera, denuncia las maquinaciones de la Iglesia Cubana –recuerda a la Inquisición y a la quema de Giordano Bruno-, corta definitivamente el lazo umbilical con EEUU, y hace una ménage a trois del comunismo, el nacionalismo y el populismo, sintetizando su propuesta en los siguientes términos:
Porque esta gran humanidad (refiriéndose a los asistentes a la plaza ese día) ha dicho: ¡Basta!,  y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia. ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!
Si usted se lee el texto de La Habana de hace 51 años, y lo compara con el juramento con el cual Nicolás Maduro comprometió ayer a los asalariados del régimen y los fanáticos de Chávez que concurrieron a la infausta Esquina de Llaguno, se puede inferir que se trata de una misma idea, repetida y una y mil veces como lo aconsejaba Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del III Reich, para transformar la mentira en verdad. Maduro dixit:
Queridos Compatriotas digamos desde el corazón: Juro frente a esta Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, absoluta lealtad a los valores de la Patria, absoluta lealtad al liderazgo del Comandante Hugo Chávez.
Juro que defenderé esta Constitución, nuestra democracia popular, nuestra independencia y el derecho a construir el Socialismo en nuestra Patria,
Juro que me comprometo a llevar adelante el Programa de la Patria, en cada barrio, en cada fábrica, en cada escuela, en cada esquina, en cada plaza, en cada familia. Juro por la Constitución Bolivariana que defenderé la presidencia del Comandante Chávez, en la calle, con la razón, con la verdad y con la fuerza y la inteligencia de un pueblo que se ha liberado del yugo de la burguesía.
Aquí en Caracas, hoy 10 de enero, le decimos al Comandante Chávez, recupérese que este pueblo ha jurado y va a cumplir lealtad absoluta. Aquí nos vemos.
¡Qué viva Chávez! ¡Qué vivan los pueblos del mundo! ¡Qué viva la Revolución Bolivariana!
¡Hasta la victoria para siempre! ¡Independencia y Patria socialista! ¡Adelante Compatriotas!
Lo único novedoso en la III Declaración de La Habana, proclamada ayer desde Caracas, es que Maduro hizo jurar a las masas convocadas y transportadas para la ocasión, mientras que Fidel asumió la carga directamente, en nombre del pueblo cubano. 
Pero también es cierto que Maduro no ha disparado ni un tumba-rancho para ocupar el cargo espurio, que su actuación como líder sindical fue absolutamente ineficiente y que si está donde se encuentra es merced a la lealtad perruna demostrada tanto al comandante golpista de 1992 como a sus nuevos amos de Cuba.
Un inciso necesario sobre la lealtad perruna
Antes de seguir, hago un inciso.
Sé que a Luis Betancourt Oteyza le choca lo de lealtad perruna, pues el convive con un perro, llamado Monsieur, una reencarnación karmática del Marqués de Sade, o de cualquiera otro de los locos elogiados por Erasmo.
Pero a los canes a los que me refiero son los que mayoritariamente adopta la gente, que –lamentablemente para su animalidad- poseen la mentalidad de personas afectadas por la minusvalidez neuronal. Que te siguen, por la comida, el despulgue y unos cariños de vez en cuando. Que atacan a tus agresores bajo tus órdenes, sin un ladrido de protesta. Que orinan y defecan en las aceras, sin  miramientos.
¿Estoy claro, tocayo Luis?
La locura erasmiana, de que se pega, se pega…
Los que no estuvieron claros fueron los periodistas que cubrieron para el resto del planeta la poblada de ayer.
El corresponsal enviado ad hoc, Pedro del Rincón –si mal no me equivocó- entrevistó añ infeliz encuestador de una cosa terminada en 21, quien aseguró que el 67% de los venezolanos apoyaba la decisión del TSJ de legalizar la usurpación del poder y otros delitos anticonstitucionales cometidos en nombre del socialismo del presente siglo.
Pregunto, ¿dónde está la ficha técnica de la muestra, cuáles son sus características? La verdad verdadera es que el 70% de la población ni siquiera entiende qué aprobaron los magistrados anteayer. Pero no cabe duda que Venezuela es ahora, más que nunca, un territorio libre para los muñecos de Geppetto.
Más tarde el Presidente de Datanálisis, alias Voz de Trueno, ante el vacío manifiesto existente en el liderazgo de oposición y el desgaste de la MUD –así lo calificó CNN- continuó con su promoción para ocupar la vacante de Henrique Capriles, quien, un día antes, apoyó al gobierno de facto, y le suplicó a Maduro que gobernara, pues el país está paralizado. Noticia ante la cual mi amigo Julio me reiteró su creencia de que la mitad de los miembros de la MUD figuran en la lista de la idiotez, y el resto en la nómina de PDVSA,
A sus demás supuestos adversarios, Maduro amenazó que, si no le legitimaban, el a su vez les desconocería. Lo que, a mi juicio, implica una ni tan velada alusión a un corte en el apoyo logístico, que es como ahora aquí se llaman, eufemísticamente, a los cobres.
En la misma noche de anoche y durante el mismo programa de Cala, presentador por lo general de temas frívolos como las preferencias sexuales de Boris Izaguirre y los implantes de Mis Universo, Alfredo Coronil Hartmann señaló dos hechos novedosos e importantes: que muchos venezolanos piensan que el presidente reelecto pero no juramentado está RIP; y que Diosdado Cabello incurrió en un delito grave al no asumir las funciones que la Constitución le señala.
Sin embargo, lo medular de la exposición de Coronil se perdió porque el animador Cala quiso imponer las preguntas que llevaba guardada entre pecho y espalda, y acabó con un espacio totalmente desestructurado, donde Luis Vicente León habló sin parar –defendiendo su lanzamiento político y a sus patrocinantes, los pagadores de sondeos públicos y privados-, Coronil no pudo extender lo que dijo y María Angélica Correa publicitó su libro A ese muchacho lo van matar…, sembrando empero la duda –sobre todo entre los televidentes no venezolanos- si quienes legalizaron anteayer el golpe constitucional  fueron o no los mismos que mandaron a darle matica de café al fiscal Danilo Anderson.
En fin Cala, la comiste y tu show, convertido en una tragicomedia de variedades, terminó como una Noche de Cala, en la cual los espectadores pudieron disfrutar de la muerte definitiva de la Constitución de 1999. 

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