viernes, 23 de agosto de 2013

La menguada hora de los troyanos


¿Por qué se me ocurrió decir aquello? ¡Dios mío! ¿Por qué no me quitaste el habla? ¡Y todo por una copa rota! ¡Quién pudiera recoger las palabras que no debió pronunciar! ¡La hora menguada!... Rómulo Gallegos, La menguada hora


La cúpula bolichora

Un enano no puede dirigir a Globovisión
Para conducir un medio de comunicación actual hay que ser inteligente y culto, virtudes exactamente opuestas a los defectos que adornan a los que hoy gobiernan y chorean a esta desgraciada Venezuela.
Por ejemplo, el nuevo presidente de Globovisión, Raúl Gorrín, ha llegado a donde está tras un notable desempeño en la llamada Banda de los enanos, que nada tiene que ver con Blanca Nieves pero sí mucho con una sobre una mafia judicial dedicada al soborno y la extorsión a cambio de decisiones judiciales favorables.
Fue el ex magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, Luis Velázquez Alvaray, quien ahora trabaja como cantante al servicio de la CIA, la DEA y el FBI, quien develó el gracioso modus operandi de estos chamos y chamas: Si me dan tantos millones de dólares tomo decisiones a tu favor, si es en contra; te extorsionan- dijo en una entrevista ofrecida a la televisora Miami SoiTV. Allí también denunció: Los enanos también están involucrados en el homicidio de Danilo Anderson.
Gorrín incursionó como empresario en los seguros en 2008. Otra recortada,  Claudia Patricia Díaz Guillén, tesorera de la Nación desde mayo de 2011 hasta abril de 2013, fue mencionada por Henrique Capriles como una de las personas detrás de la compra del canal de noticias.
Díaz, al cumplir un año en el cargo fue acusada de haber montado un mecanismo ilegal para obtener dólares preferenciales y revenderlos luego en el mercado paralelo,- Las operaciones se habrían realizado en libras esterlinas a través de bancos suizos para burlar los controles de las instituciones reguladoras de EEUU.
Al finalizar la operación, depositaban en un banco oficial los bolívares producto de la venta de los dólares, transacción realizada con el apoyo de un banco privado, y devolvían el monto excedente solicitado al BCV, pero re las ganancias ilegales eran repartidas entre el banco privado venezolano, los brókeres Raúl Gorrín (Seguros La Vitalicia) y Gustavo Perdomo, además del presidente de Banplus, Carlos Romero.
Lo de la Kirchner es peanuts frente a lo de aquí
El conocimiento necesario para montar todos estos tinglados y negociados se llamara Aritmética y se aprende en Primaria. Al adicionársele el manejo leguleyo -no el mundo del deber ser sino la cloaca tribunalicia- y pagar comisiones bajo la mesa al apparatchik del PSUV y unos cuantos vestidos de oliva, los bolichoros que ahora son dueños de Globovisión pudieron juntar billetes verdes en cantidades y velocidades mucho mayores de las que las atribuidas a Cristina Kirchner por el periodista Jorge Lanata a la viuda que preside Argentina.
Después de todo, los 5 mil y pico de millones que Lanata asegura Kirchner tiene en Seychelles los hizo la pareja en tres períodos, y la mayor cuantía de los mismos está invertida en su país de origen. En cambio, los Gorrín & Company nunca fueron presidentes y la plata la tienen en Gran Cayman, Miami y Panamá.
Y llegaron los tigres de Troya
Si a lo anterior se agrega que Juan Domingo Cordero, al que sus socios presuntamente echaron por blandengue con las anclas del canal, al sentirse destinado al sacrificio -como el homónimo de Dios, que cura los pecados del mundo- le lanzó un SOS a La Colina, y recibió ipso facto una especie de caballo de Troya -en su caso yegua- para programar la maduración del canal, en verdad dudo que los enanos recuperen su inversión.
Trabajé en una televisora de noticias que falló, por razones similares a las cuales presumo le ocurrirá lo mismo a Globovisión. Porque no hay dinero capaz de convencer a los televidentes de que sentarse a ver mentiras y videos.
También recibió mi ex patrono un contingente de tigritos troyanos, tras una deliciosa cena y unos mejores whiskies con el director general y otros personajes de La Colina.
Para resumirlo un poco, tras dos meses de trabajo, los troyanos no habían podido, sabido o querido elaborar ni 10 minutos de programación, de las 24 horas previstas. Ni siquiera el diseño de la parrilla o la síntesis de sus contenidos. Y cobraban una boloña, en comparación con el resto del personal.
Empero, en ninguna de mis cortas experiencias periodísticas en las empresas de papel, tinta y ondas hertzianas, me obligaron sus dueños: A censurar noticias y programas; entregaron una lista negra de invitados; intentaron imponerme preguntas; irrespetaron mi la integridad; menospreciaron mi ejercicio profesional o crearon desequilibrio en el balance de los espacios de noticias-, motivaciones que expresaron públicamente los compañeros trabajadores de Globovisión para su renuncia masiva del viernes pasado.
La fábula de los tres monitos
Me acuerdo que le rogaba a un directivo de la educación privada después -me enteraría que también era un caballo de Troya en su ONG- que escribiera para El Diario de Caracas, del cual yo era su subdirector, y me miraba con desprecio. Sin embargo, fue el único medio que publicó, completas, las denuncias sobre el Foro de Sao Paulo. Renuncié al periódico cuando fue adquirido por Perucho Torres Ciliberto, que ya no es más chavista y disfruta de su exilio dorado en el Imperio.
Tampoco quiso Guillermo, mi amigo y ex compañero publicista, ni oír de The Daily Journal cuando me llamaron como asistente al Editor en Jefe, pues su agencia no estaba de acuerdo con la política editorial del diario, sin que todavía se hubiese publicado ni una miserable página del nuevo formato.
Ni las presiones de la agregada cultural de la Embajada Americana en Bogotá sobre la Cámara de Comercio Colombo Americana, ni las de APRA en Lima contra las asociaciones gremiales cuando se intentó lanzar el medio en Colombia y se comenzó a difundir en Perú.
Ninguno de estas personas, naturales o jurídicas, quiso juzgarnos a mi y a los compañeros de trabajo por nuestras acciones, sino por los prejuicios y preconceptos que ellos tenían sobre nuestras intenciones
Las anclas rotas de Globovisión (...y ya me hacen falta)
Con esa vehemencia que demostraron entonces, es ahora de que procedan ahora. No sólo para defender a María Elena, Norberto, María Isabel, Roberto, Ana Karina, Román, Alba Cecilia, Gladys, Leopoldo, Jesús y a los que echaron antes.
A favor de estos extraordinarios deberían manifestarse la SIP, el Colegio de Periodistas, la UCV y tantas otras organizaciones que se desgarran las vestiduras de los derechos de expresión e información por quítame esta pajita del hombro. Como lo hicieron cuando cerraron RCTV, y con los resultados que lograron.

A quien yo llamo es a los anunciantes y publicistas, que no deben ni pueden volverse cómplices de los enanos. Me refiero a Darío, mi amigo y antiguo compañero de trabajo, quien salió muy complacido de la reunión con Cordero, y así lo declaró en su condición de dirigente empresarial. Y de tantos otros que permanecen sordos, ciegos y mudos en esta menguada hora de los troyanos.

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