jueves, 26 de noviembre de 2009

Dios ha nacido en el exilio

Cierro los ojos para vivir. También para matar.
En esto soy más fuerte que Augusto, pues el
Emperador sólo los cierra para dormir y ni siquiera
el sueño le reporta consuelo alguno. Sus tinieblas
están pobladas de muertos, de crueldades que le obsesionan..
.
Publio Ovidio Nasón (Nacido en Italia el año 43 AC y muerto
en el exilio en Rumania, en el año 8 de nuestra era)
Las razones de la enemistad entre el poeta Ovidio y su Emperador, Cayo Augusto Graco, nunca fueron esclarecidas. Dícese que Augusto, escandalizado por el tono concupiscente de sus escritos le desterró a los confines de Roma, para evitar que siguiera corrompiendo a la juventud. Otros historiadores sostienen la versión de que lo que más indignó al monarca fue la seducción de su nieta, Julia, por parte del apasionado vate. La tercera opción es que estuvo involucrado en alguna suerte de conspiración contra Augusto, lo cual no resultaba nada improbable pues el magnicidio había truncado la carrera del fundador de la dinastía, Julio César, y Tiberio se había escapado por los pelos de tres intentos promovidos por la coaima de su cónyuge, tocaya del primero de los Césares y también de la ninfa desflorada, abandonada y también exiliada de la Ciudad Eterna por ordenes de su quisquilloso abuelo.
Es posible que la teoría de la conspiración fuese la correcta. Sea como haya sido, Ovidio, adinerado, culto y noble de cuna, falleció sólo y olvidado por aquéllos a quienes más quiso. Y sus cartas de súplica al Emperador, rogándole que le permitiera regresar a casa, no hicieron mella en el corazón acerado del autócrata, pues, aunque entonces no existía la Psicología como ciencia si se daba plenamente el fenómeno de la megalomanía, y aunque tampoco habían los Iseas ni los medios masivos, los rumores echados a rodar por algún tribuno o publicados en las tablillas que se escribían en los lugares de mayor afluencia servían para los mismos y perversos fines del presente.
La vida de Ovidio se hubiera quedado así, entre dimes y diretes, si no fuera porque en 1958 Vintila Horia, otro intelectual exiliado por razones oscuras, publicó en Madrid Dios ha nacido en el exilio, una de las más hermosas hipótesis noveladas sobre Ovidio, donde reivindica no sólo al poeta romano, sino a la belleza implícita de su trabajo y a su posible encuentro con el Creador.
Horia era rumano de nacimiento, merced a lo cual conocía de memoria el entorno donde Ovidio terminó sus días. Después de la II Guerra Mundial, el Partido Comunista Francés, basado en su ligazón con el General Charles de Gaulle y en su hiperinflada actuación durante la resistencia contra los nazis, decidió apoderarse de todo lo que valiera la pena en el país galo, comenzando con la cultura.
Su primera actuación consistió en calificar como colaboracionistas a los intelectuales que no controlaban, y en esta primera purga cayeron Horia –cuya carrera se había desarrollado en Francia- y Luis-Ferdinand Celine, precursor del existencialismo antes de que éste se convirtiera en filosofía de los rebeldes. Después, ocuparon todas las plazas disponibles y, a personajes notables como Claude Lévi-Strauss y Albert Camus, contra quienes no tenían argumentos sostenibles, les sacaron del juego ubicándoles en la derecha. Al final de este proceso, dominaban los medios masivos, el cine, la incipiente televisión, las Artes Gráficas y todo lo que valía la pena en materia de expresión del pensamiento libre.
Paralelamente, sus camaradas más activos convirtieron a los servicios de espionaje y contraespionaje franceses en coladores informativos de la KGB, participaron en la destrucción sistemática del imperio ultramarino galo –aliándose con sus enemigos en China e Indochina- y tenían a punto el pastel para que un segundo soviet surgiera en París, hasta que una cadena de revelaciones iniciada por el ex agente de seguridad, de clave Ramia, hicieron despertar a de Gaulle de su sopor y tomar los correctivos necesarios para que Francia no se saliera del carril democrático.
En una nota que Juan Fernández, líder exiliado de Gente del Petróleo, le envía a Julio Borges, Secretario General de Primero Justicia (23/11/09), no sólo le recuerda sus obligaciones para con los principios y valores que dice sostener, sino lo improcedente de sus acciones y las contradicciones en las cuales ha incurrido durante su desempeño como dirigente de oposición. Le recuerda que, tras haber apoyado públicamente al paro petrolero (02/12/2002), más tarde declaró estar arrepentido por haberlo hecho (18 /01/2003), y que: El derecho a la huelga está garantizado en la Constitución de la Republica, venir ahora a descalificar el paro cívico, como una vía rápida dejando entender su falta de talante democrático, es torcer la realidad y olvidar la tensión ciudadana de aquel momento, como todos marchábamos cuando el reclamo popular era el paro, entre ellos los dirigentes de Primero Justicia. Recuerda la opinión que le manifestara Cesar Gaviria, Secretario General de la OEA y mediador del conflicto, al respecto: Gracias a la acción del paro nacional, los representantes del gobierno, comenzaron a buscar el acuerdo. Y le pregunta: ¿Qué de antidemocrático tiene el solicitarle la renuncia al Presidente? ¿Acaso, no era la idea del referéndum consultivo y luego del revocatorio que debió realizar en ese mismo año 2003 en función del acuerdo, crear las condiciones para un reemplazo en Miraflores?
También le reclama qué ha hecho sobre los acuerdos establecidos en la negociación para establecer la Comisión de la Verdad para determinar lo que realmente sucedió el 11-A, cuál ha sido su postura frente a la destrucción de Pdvsa, el despido de 23 mil trabajadores de esa empresa, el homicidio de José Manuel Vilas por su protesta pacífica. Además, señala que condenar la abstención durante los comicios para elegir los asambleístas es muy simplista, y rememora que cuando el ex presidente Carter le pidió se dirigiera al país para condonar el fraude del 2004, le contestó: ¡A mí no echan esa vaina!
No obstante, como la mayoría de los venezolanos,- afirma Fernández- saludo el buen paso dado por los partidos políticos y las organizaciones civiles por los acuerdos de la Mesa de Unidad.
A nuestro parecer, en la nota de Fernández no hay reconcomio, ni ira ni retaliación, sino una actitud racional, venezolanista y digna de elogio de quien, como cualquier exiliado, se preocupa por el futuro de su país, y que exigen –como deberíamos hacerlos todos- claridad y transparencia de parte de quienes solicitan nuestros votos para el 2010. Las interrogantes y reclamos que Fernández les hace a Borges son las que muchos quisiéramos hacerles, si tuviésemos acceso y participación en los medios masivos. Esperamos que no nos toque como candidato forzado en el próximo tarjetón de colorinches que la Mesa de la Unidad mantiene im pectore hasta abril del próximo año. Porque, de ser así, haríamos lo mismo que él dijo haber hecho en las elecciones para la Asamblea: le votaremos en nulo. Y también esperamos que Juan Fernández descubra –tal como lo descubrieron Ovidio y Horia- que, Dios ha nacido en el exilio

martes, 24 de noviembre de 2009

Carta abierta a Roberto Carlos

Apreciado Roberto Carlos:
No voy a ofrecerte mi hoja de vida en su versión completa, porque de lo larga que es se convertiría en un ridiculum. Si quieres saber cómo pienso, móntate en Google y presiona http:// opinaticosinoficio.blogspot.com. Allí escribo, cuando no estoy subsumido en la corrección de exámenes y trabajos, la redacción de guías, planes de evaluación y programas universitarios de extensión.
No te conozco, pero, en un artículo-respuesta a Tedoro Petkoff, enviado por Luis Betancourt Oteyza, encontré algunas aseveraciones que comparto contigo, y otras con las cuales estoy en desacuerdo.
Después de ser derrotado por Chávez en tres acciones bélicas –el 11-A, el paro petrolero y la Plaza Altamira- decidí que, si algún día volvía a tener la oportunidad, mi primera decisión sería ordenar la aprehensión de Tedoro y Patricia Poleo, no para encanarlos indefinidamente ni juzgarlos, sino para acallarlos temporalmente y evitar que sus comentarios a favor de la democracia volvieran a truncar algún giro de timón que condujera precisamente a ese rumbo.
Como comprenderás, lo que dije sobre Teodoro y Patricia, en el momento que lo hice, no le cayó en gracia a mucha gente. A Patricia el pan del ostracismo –que Aquiles Nazoa definía como muy duro y sin ostras- le hizo tragarse sus palabras, con lágrimas en los ojos por la dificultad de deglutirlas. De manera que a ella no hay que encerrarla provisionalmente en alguna habitación del Hotel Ávila hasta que las aguas vuelvan a sus cauces naturales –esa era mi idea-, sino recibirla en Maiquetía con flores y pancartas cuando el destino nos alcance.
Todavía Enrique Ochoa Antich predica que el 11-A fracasó porque Carmona no convocó a un Congreso. Falló porque los oficiales que tumbaron a Chávez, una vez muerto el tigre, se asustaron del cuero. Y porque, en razón de su arrogancia e inexperiencia, los civiles que les acompañaban no quisieron pactar con Luis Miquelena, quien tenía por el mango la sartén de la Asamblea Nacional. Esa es la verdad, duélale a quien le duela.
De Teodoro, ¿qué puedo decirte? Aunque como estudiante universitario y simpatizante de la Democracia Cristiana fui su opositor ideológico, por años, y aún cuando difiero de sus escritos pues no considera otra alternativa para el cambio que el Plan A, no estimo mercantilmente criticable o reprensible que haya encontrado y explotado su filón de oro -que en inglés se conoce como A hole in the market, Un agujero en el mercado-. En este caso pudiera parafrasearse el famoso eslogan publicitario de la Venezuela de antes, ¿qué sería de Venezuela si no existiera Pepeganga?; como, ¿qué sería de TalCual si no existiera Chávez?
Creo, Roberto, que el sólo hecho de que Teodoro se tome la molestia de replicarte resulta sumamente significativo: el que se pica es porque ají come. Que deberías aceptarlo como una motivación para seguir escribiendo.
Sin embargo, te recomiendo pienses dos veces antes de volcar en textos la pasión primaria que te embarga, para no caer en provocaciones, pues ese es precisamente ese es el escenario que dominan magistralmente quienes se formaron en la dialéctica materialista o jesuítica. Sé que en toda comunicación, lo afectivo es lo efectivo. Pero, además de la rabia, hay otros sentimientos a los cuales puedes apelar, sin perder la efectividad en tus mensajes.
Estoy convencido de que los medios impresos, tal como los conocemos desde hace más de 150 años, tienen sus días contados por tres razones básicas: porque se basan en insumos y nóminas cada día más difíciles de costear, porque la tendencia global de la Generación del Milenio –los nacidos después de 1984- es hacia la no lectura y los medios interactivos y porque ya existe un material reciclable a nivel experimental, de bajo o ningún impacto ambiental y que permite la difusión de textos y gráficas en alta resolución. De manera que –como afirmas Jeff Bezos, CEO de amazon.com- la pregunta no es si los periódicos van a desaparecer, sino cuándo sucederá.
Pero antes de que se produzca la anunciada mutación, quienes a la fuerza –como es mi caso- o por experimentación –como pareciera ser el tuyo- hemos ocupado las barreras de la opinión virtual, tenemos la gran oportunidad de crear las bases del periodismo del futuro. Y para lograrlo exitosamente, hay que manejar con precisión el conocimiento del pasado y el presente.
Diría que hay tres clases de diarios: los oficialista –como el actual VEA o El Heraldo de Laureano Vallenilla Lanz, apologéticos del regimenes y dictadores de turno -, los independientes donde se cumple a rajatabla la línea editorial impuesta por sus propietarios –como los de William Randolph Hearst y una gran mayoría de periódicos que se publican global y localmente- y los que constituyen templos para el ejercicio de las libertades de expresión e información, cuyo paradigma es The New York Times, donde, como lo estableciera su dueño Adolph Ochs desde 1896: Todas las noticias encuentran cabida –All the News that's fit to print.
Hoy la empresa, que posee otras 40 publicaciones entre las cuales se cuentan los prestigiosos The International Herald Tribune y The Boston Globe y cuya dirección está a cargo de Arthur Ochs Sulzberger sucesor del patriarca Adolph, pudo crecer, desarrollarse, multiplicarse y mantenerse paradigmáticamente en el rudo juego de las finanzas porque entendió, desde el principio, que su suerte estaba ligada a la innovación y la cosecha de la diversidad de temas, destinos, opiniones y sucesos.
Fue la familia Ochs la que inventó la carrera del Periodismo, en la Universidad de Columbia, no para que los redactores se sindicalizaran –lo cual hubiese estado en contra de sus intereses patronales-, sino para que la experiencia recabada por los periodistas empíricos –como peyorativamente llaman en Venezuela a quienes no son graduados en Comunicación Social- no se perdiera en el olvido cuando llegara el momento de la jubilación o detención de sus relojes biológicos. Esta innovación fue copiada en todo el mundo, pero, como sucede con las imágenes televisivas transmitidas a distancia, se contaminó con el ruido de entes como la Escuela de Francfort, que quiso hacerse del control planetario de los medios sin aportar ni una puya en la formación de sus activos.
Al lado de The New York Times hubo otros casos similares en el mundo. Uno de ellos, El Comercio de Lima, decano del diarismo escrito en español en Latinoamérica, aplicó las mismas normas de innovación y Ética, y obtuvo iguales resultados. En El Comercio se dio el insólito caso de que aparecían remitidos contra los propios dueños de la compañía, los cuales no eran censurados… siempre que los anunciantes pagaran las tarifas establecidas al respecto.
Volviendo al caso que nos ocupa, amigo Roberto Carlos, no creo que Teodoro, pese a su vehemencia, sea tu enemigo ni el mío, ni que TalCual se haya convertido en una conspiración a favor de Chávez. Aunque me quedo con la posición de El Nacional –a cuyo director y editor en jefe, Miguel Henrique Otero, discrepa de la opinión de muchos de sus artículos, según se puede inferir de los manifiestos del 2-D-, aunque coincido con los planteamientos de Carlos Blanco, Martha Colomina –a veces- y Manuel Caballero –casi siempre- en El Universal, simpatizo con el esfuerzo de Teodoro y, especialmente, de algunos de sus colaboradores como Alfredo Meza, Ibsen Martínez y Laureano Márquez. Además entiendo que la línea de algunos periódicos como Últimas Noticias, que históricamente fueron sumamente críticos contra las gestiones gubernamentales, se debe a procesos de extorsión en los cuales están envueltos los jueces y tribunales de familia que controla Chávez. Pero al lado de algunos malos ejemplos, siguen quedando voces libres como El Nuevo País, Zeta, La Razón, Notitarde, La Verdad y El Impuso que honran y distinguen al oficio de escribir y mantienen vivos los ideales del periodismo, pese a las contingencias adversas que vive la República.
Espero mis reflexiones te sirvan para los siempre inciertos caminos del porvenir.
Luis García Planchart.

domingo, 22 de noviembre de 2009

¿Cómo queda uno en eso?

Nos habría gustado estudiar formalmente Economía para entender instantáneamente el decurso de las recesiones, recuperaciones e intervalos en lo micro y lo macro, que hoy parecieran haberse acelerado diabólicamente merced –tal vez- al efecto Schumann. Pero lo que ocurre actualmente con los bancos y otras instituciones financieras en Venezuela no está conectado con las fluctuaciones bursátiles o la crisis cíclica global, sino con una ciencia mucho más modesta, la Contabilidad, que tuvimos que aprender, empíricamente, para evitar que nuestros socios nos timaran, lo cual finalmente lograron hacer con la mayor impunidad.
Esta anécdota personal vale para ilustrar lo que a nuestro parecer está en el juego de las compras y ventas nerviosas de las empresas aseguradoras y captadoras de ahorros e inversiones, que no es más que el uso de la fuerza centrífuga para amasar grandes fortunas con el mayor entusiasmo y rapidez posibles, basándose en las estrategias que deparan el uso y abuso del poder del Estado.
Recordemos la noticia y opinión de uno de sus protagonistas, Edgar Hernández Beherens, superintendente de Bancos y otras Instituciones Financieras: Canarias Banco Universal, Bolívar Banco, Provivienda Banco y Confederado tenían medidas administrativas desde el 2008. Los bancos presentaron plan de recuperación, y lo venían ejecutando, pero las distorsiones se mantenían. ¿A que distorsiones se referiría Hernández Beherens en su declaración? Entre otras, a la compra masiva de acciones de empresas similares con capitales de orígenes desconocidos. Los cuales, en otras latitudes, se consideran presuntamente lavados hasta que no se demuestre lo contrario: provenientes del comercio ilícito, el crimen organizado o la corrupción, las opciones previstas hoy en el Derecho Penal Internacional.
El otro protagonista, por ahora, es el señor Ricardo Fernández Berrueco, a quien la prensa la bautiza como empresario y le asocia a los negociados de Mercal, pero que en los círculos bancarios y hasta que se hizo con el control mayoritario de las firmas intervenidas, en su casa lo conocían y lo trataban de usted. Lo que, para quienes piensan mal y aciertan con una probabilidad estadística de un 50%, pudiera estar convirtiéndose en una reposición del guión del chinito de Recadi, personaje famoso durante el quinquenio de Jaime Lusinchi, al que le cargaron el muerto de las ventas de divisas por debajo de la mesa.
Pero esta vez no se trata de dólares o controles de cambio, de los cuales, por cierto, el teniente Hernández Beherens salió bien librado pues, aunque somos incapaces de poner las manos en el fuego por ninguno de los próceres de la Revolución Bolivariana, los comentarios recogidos nos señalan que el supervisor es un idealista de profundas convicciones religiosas, y más bien el despelote de Cadivi comenzó a su salida del organismo, de donde le echaron por negarse a dar curso a negociaciones dudosas. De ser así, que Dios y la Patria se lo reconozcan…
Bueno, volvamos a las opciones de los capitales de orígenes desconocidos.
Sobre el comercio ilícito hay un catálogo más surtido que el de amazon.com, sobre todo ahora, cuando el ejército venezolano admite que los puentes peatonales entre Táchira y Santander Norte servían para algo más que transportar electrónicos, víveres y textiles entre ambas naciones, y procedió a volarlos, en una notable proeza táctica sólo comparable con las acciones desarrolladas por los militares españoles durante la conquista del islote de Perejil.
Respecto al crimen organizado –y también desorganizado, porque estamos en Venezuela-, las variables, asimismo, se acercan a la infinitud.
Y en referencia a la corrupción, ¿qué decir? Según la última declaración de Fedecámaras, en diez años el régimen recibió más de un mil millones de dólares, a los cuales la empresa privada y el ciudadano de pie aportaron en impuesto casi la mitad, un 45% para ser más exactos. Si descontamos de esa masa ígnea de dinero los regalos al Alba, las tournée presidenciales, la compra de chatarra castrense y otras prodigalidades propias del socialismo del Siglo XXI, todavía queda una boloña de plata para aplicarla a lo mejor del capitalismo salvaje, que es la compra hostil de empresas financieras. Y que aquí resulta más hostil que en otras latitudes, pues el aplique que se le hace a sus propietarios originales es como en el Padrino: Te traigo una oferta que no podrás rehusar…
De ahí que pensemos –pura especulación- que los fondos para la adquisiciones de bancos, aseguradoras y casas bursátiles ha salido del petróleo y los bolsillos de los bolsas –que somos nosotros, el pueblo de Venezuela-. Y los repetidos nombres de absolutos advenedizos en el sector financiero, que rotan en el crisol de estas operaciones a la velocidad de los créditos de despedida de un Miss Universo, no aparecen allí por suerte o inteligencia supina. La buena noticia, según nos comentan algunos, es que habrá más intervenciones. La mala es, ¿cómo queda uno, el ciudadano de pie en eso?

viernes, 20 de noviembre de 2009

Los vendedores de cultura

Hace mucho años, con motivo de una visita que hiciéramos a Buenos Aires en calidad de jurados del Festival Ibero Americano de la Publicidad –FIAP-, un detalle nos llamó poderosamente la atención. Al comienzo de la Calle Florida, en la esquina donde está ubicado el Hotel Plaza –el establecimiento anfitrión del evento-, hay un famoso quiosco que vende periódicos, revistas y chucherías- Decimos famoso porque allí se consiguen impresos datados del día de Argentina y varios países vecinos, así como, en las tardes, diarios de España, Estados Unidos e Italia.
Atraídos por la variedad de los productos ofrecidos, en una época donde todavía no existía la prensa digital y para actualizarse en materia publicitaria había que asistir a eventos como el relatado y leer publicaciones especializadas como las internacionales Advertising Age, Printer´s Ink, Graphis y las venezolanas Producto y Publicidad & Mercadeo, nos hicimos clientes del marchante por siete días.
En esta relación de mercado se asemejaba a la que los vacacionistas y margariteños cultos tienen con otro punto de ventas muy conocido en Porlamar, dedicado a los mismos menesteres y localizado en la Avenida 4 de Mayo. Mas parecido no es igual, y aunque el comercio neoespartano está muy bien surtido para los estándares de la isla y el país, la mayor diferencia entre uno y otro residía en el atuendo de quien atendía al público: en Porlamar, perfectamente adaptado al clima caribeño; en Buenos Aires –donde la época de verano se caracteriza porque la atmósfera se licua con la evaporación del Río de La Plata e impide la transpiración corporal-, perfectamente disfuncional, ya que el vendedor vestía de flux y sudaba a chorros.
Por lo cual, la pregunta era casi inevitable:
- ¿Por qué no usa una ropa más cómoda y fresca?
- Mire usted – nos respondió el bonaerense-, es que yo vendo cultura…
En poco tiempo nos enteramos de que hacía mucho más que vender cultura. Era una enciclopedia viviente no sólo de todo lo que estaba de moda en las Artes Gráficas, sino una síntesis absolutamente coherente y objetiva de la situación política, cultural, económica y social existente en la República Argentina y el resto del planeta. No había tema, por espinoso que fuera, sobre el cual no expresara una opinión, por lo general acertada. No sólo vendía cultura, sino que la vivía.
Hoy compramos nuestros periódicos, básicamente, en dos lugares: donde Arsenia y Ramón. Arsenia es una cartagenera que lleva más de 40 años en el país, Ramón es 100% venezolano. Ambos, que siempre se mostraron muy escépticos sobre las posibilidades de un cambio de poder en Venezuela, presienten que este se avecina contra viento y marea.
Para Ramón, el punto de inflexión fue lo de Zelaya, y el de no retorno las elecciones del PSUV. El affaire Zelaya permitió no sólo evidenciar el fracaso castrense de la estrategia de la chequera que camina por América Latina, sino, asimismo, concienciar e irritar al ciudadano de a pie sobre el destino de los recursos que deberían ser empleados para solventar sus carencias básicas de alimentación, vivienda, educación, empleo y seguridad. La inasistencia mayoritaria a las primarias del PSUV –asevera Ramón- manifiesta el rechazo más contundente a la militarización de una organización política que, por naturaleza y esencia, deben ser participativa y protagónica.
La negra Arsenia agrega a este análisis brillante el clamor de los barrios –ella vive e uno de ellos- y la voz de la quinta parte de la población venezolana, colombiana de primera o segunda generación. Los colombianos –asegura Arsenia- no nos sentimos extranjeros en este país, ni percibimos a los nacidos aquí como enemigos, sino, antes bien, como integrantes de nuestra propia familia. Y el que le pega a su familia, se muere…
Ambos critican la actitud de la oposición ortodoxa, y señalan que su famosa mesa se parece cada día más a la Coordinadora Democrática. Lamentan que no puedan poner de acuerdo sobre decisiones simples y necesarias, y que pongan por delante de la suerte de la mayoría sus propios y mezquinos intereses personales y partidistas.
Los negocios de Arsenia y Ramón se asientan sobre aceras de municipios diferente, que paracen gemelos, pues hace tiempo perdieron su lisura de calzadas, y en las cuales las plantas de los pies, aún protegidas con suelas de goma, detectan al paso el pedregullero. Aceras a las cuales hay que mirar, para no meter la pata, luxarse un tendón o agenciarse caídas y fracturas aún peores. Sus quioscos están protegidos con candados, las puertas blindadas con chapas de acero, a pesar de lo cual han sido visitados más de una vez por los amigos de lo ajeno. A su alrededor medra la fauna malandraque está en boga en la cuna del Libertador.
Pero allí siguen, valientes, con una visión muy precisa y resumida de lo que para los encuestadores y políticos implican acuerdos kilométricos y toneladas de papel para poder explicarlos. Son nuestros vendedores de cultura, y saben mucho más que los dulces criollos que también expenden.

martes, 17 de noviembre de 2009

Más pierde el venado que quien lo tira

En un foro publicado en El Nacional (15/11/09), Miguel Henrique Otero, director y editor en jefe del diario, vaticina que la oposición pudiera ganarle las elecciones parlamentarias a Chávez si se presenta unida, incluye en sus listas a personalidades de la sociedad civil, ofrece un plan legislativo de cobertura social y neutraliza los tejemanejes del CNE que apuntalan un presumible fraude. Cree el profesor Otero que, de voltearse la tortilla, el Primer Magistrado terminaría su mandato en el 2012 o abandonaría voluntariamente el poder anticipadamente, de manera incruenta, y hasta podría ser juzgado por los presuntos delitos cometidos durante su ejercicio por más de una década.
Todo esto suena muy bonito y democrático, si Chávez no fuera quien es y si su apoyo dependiera únicamente del electorado que le eligió, y no de actores y factores internacionales como, por ejemplo, Luiz Inacio Lula y Brasil, Fidel Castro y Cuba. Mahmoud Ahmadinejad e Irán.
Es posible que, dada la presión ejercida sobre los partidos por la sociedad civil y expresada a través de los resultados de las encuestas, a los políticos de oficio no les quede otra que tragarse ese purgante de sal de higuera y presentar planchas unitarias, con independientes notables, pero no tarjeta única –como la piden lo analistas más destacados y la queremos todos-. También resulta muy probable lo de la cobertura social, dada la experiencia positiva de los partidos de la IV República en esta acción de clientelismo, por desmoralizante y poco productiva que haya sido en los ámbitos histórico y socioeconómico.
Lo que si pertenece al terreno de la ciencia ficción o, mejor dicho, de la política ficción es que el CNE se vuelva transparente, que depure al REP de un 25% de electores virtuales, que eliminen las capta huellas destinadas a transferir información en tiempo real a un organismo paralelo y que se obligue al reconteo manual de todos los votos antes de cerrar las actas. Y esta imposibilidad se basa en el hecho de que, hasta la fecha, la oposición ni siquiera ha logrado la difusión pública de las cifras definitivas del referendo de diciembre del 2007.
Además de continuar las misiones, hasta cuando su desempeño pueda ser sustituido por planes integrales de alimentación, salud y educación, la oposición legislativa debe llevar a la Asamblea proyectos de contingencia para anular las disposiciones anticonstitucionales aprobadas este año, para devolverle a sus legítimos propietarios los fundos prediales e inmuebles urbanos expropiados o invadidos, para reexaminar en rol de las empresas privadas y los inversionistas extranjeros en el desarrollo nacional. Pero, sobre todo, para desmontar el aparato podrido que articulan el TSJ, los tribunales, la Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo. Esto, para empezar, pues no sólo Chávez debería ser sometido a antejuicio de mérito y procesado, sino, asimismo, los más destacados personajes de su entorno de poder.
Lo próximo sería revisar la situación de la Fuerza Armada, su doctrina, ideología, misión y visión. Sacar a los 60 mil cubanos que mandan en las áreas estratégicas del Estado, solicitar la deportación de los iraníes y otros levantinos que planifican acciones terroristas desde Venezuela contra el mundo libre, hacer las leyes duras que contra el secuestro, la vacuna y el comercio ilícito.
Todo lo anterior y mucho más es factible sin salirse de la Constitución de la República.
Pero, primero, habría que ganar por paliza las elecciones del 2010. Para la cual, como lo apunta Armando Durán (El Nacional, 16/11/09), son precisas la unidad perfecta que incluya dirigentes políticos y no políticos, el plan de gobierno legislativo y la tarjeta única. Si lo que le preocupa a los partidos es volver a la calle a solicitar firmas para su legitimación después de una victoria con tarjeta única, la primera ley que siendo mayoría podría hacer aprobar es la Electoral, modificando o eliminando esa limitante.
El profesor Otero señala que la oposición deberá manejarse con mucha inteligencia, ya que el dinero está del otro lado. Se trata de una verdad relativa, como lo afirma José Ortega y Gasset (sic): El dinero sólo manda donde no haya otro valor que se le oponga. Sobraría el dinero para derrotar a Chávez si ese mensaje estuviera claro en el discurso de la propuesta opositora: ¡Vienen por mí…! –dijo Chávez. ¡Vamos por él…! –tendría que asegurar la oposición, no el 2010, si pierde las parlamentarias, sino desde ahora, aunque las ganara fraudulentamente. Estamos convencidos de que los damnificados económicos causados por este gobierno estarían más que dispuestos a hacer una vaca para contribuir al éxito de una oposición unida y con posibilidades de éxito.
Aunque no se den las condiciones que exigen las mentes más preclaras, ¿vale la pena movilizarse y votar para las próximas elecciones? La respuesta es afirmativa, no por lo que escriben plumas como Fausto Masó, Teodoro Petkoff y Milagros Socorro, quienes no creen en más planes que el A -con los cuales Chávez se lava el paltó-, sino porque toda acción comicial da pie a la agitación y propaganda, de tales eventos puede surgir lo inesperado pero deseado y, como dicen los llaneros: Más pierde el venado que quien lo tira.

domingo, 15 de noviembre de 2009

2012 (...y 2)

Ante el escepticismo e incredulidad sobre algunos señalamientos relatados en la publicación anterior de este blog, provenientes de algunos seguidores y, sobre todo, de personas muy queridas, hemos decidido agregar un capítulo adicional a 20012.
Desde que el hombre es hombre, siempre hubo acontecimientos, sucesos y conductas inexplicables e insolubles.
Los antiguos griegos, que eran muy inteligentes y observadores, decidieron transformar sus hechos malditos en mitología, y no permitir que ellos se interpusieran en su pensamiento colectivo y belicista, férreamente orientado por la filosofía de Aristóteles, la matemática de Euclides y la poesía de Homero.
Pasarían más de cinco milenios antes de que en Occidente aparecieran una filosofía no aristotélica, una concepción no euclidiana del espacio y una interpretación no homérica de las guerras de Atenas, Esparta y sus vecinos.
No fue hasta que John Watson, en la década de los años veinte del siglo pasado, descartó el alma como objeto del estudio de la psicología y aplicó el método cartesiano a la observación de la conducta humana que pudieron ser explicadas patologías como las de Electra, Edipo y Sísifo, las cuales, sin embargo, estaban presentes y claramente descritas en la cultura helénica. También la fisiología del pensamiento lateral –al cual los griegos definían como una dicotomía entre la algoritmia y la heurística- tuvo que esperar hasta que los institutos Aslan de Rumania y Herrmann de Estados Unidos –también en los años veinte del citado siglo- concretaron sus investigaciones al respecto.
El cero no existe en la Naturaleza, y fue inventado por los árabes para bien de la Humanidad. El infinito contradice todas las teorías físicas sobre el Universo, y sólo funciona como ciclorama, o fondo del mundo tridimensional que reflejan bidimensionalmente algunos cuadros, fotografías y videos, pero que no existe en la arquitectura, la escultura y la holografía. La inexactitud del número π (3,1416…) desvirtúa la precisión de las esferas, entre ellas, los balones de fútbol. Son algunos de nuestros hechos malditos, con los cuales cargamos a cuestas sin adentrarnos en sus extrañezas.
Hacerse los locos ante la existencia de hechos malditos es una cosa, tergiversarlos es otra. A esta manipulación de la verdad se la llama desinformación, y es la que realizan los organismos de seguridad para distraer la atención pública sobre los sucesos cuyo examen no les conviene.
El dossier acumulado sobre los ovnis desde que el hombre aprendió a escribir es tan voluminoso que su mera enunciación cubriría las páginas amarillas del libreto telefónico de cualquier ciudad moderna.
Hay falsos testimonios de quienes sólo buscan notoriedad y descripción de ilusiones ópticas. Es sobre esta hojarasca donde se especializan informes como el Bluebook Project, redactado por la Fuerza Aérea de EEUU a finales de los cincuenta, para demostrarle a los medios que los ovnis eran un bluff. Empero, aún no se había secado la tinta de impresión del libro, cuando el comandante general de las bases aéreas norteamericanas en el Reino Unido ordenaba a sus pilotos perseguir y destruir a cualquier ovni, por inexistente que fuera, que se acercara a ellas. Orden que, por cierto, fue cumplida como saludo a la bandera, tras la desastrosa experiencia del piloto de un Mig 19 en 1950, (sic), alcanzado por un delgado rayo de luz amarilla que le hizo explotar en mil pedazos sin darle tiempo a su tripulante a eyectarse.
Pocos años después, la KGB articuló una operación señuelo –mencionada en la entrega anterior de este blog-, en la zona de pruebas atómicas de Semipalatinsk, Siberia, donde se divisaban ovnis durante cada ensayo nuclear. Desde el aire y según fotos tomadas por aviones espías de EEUU, dichas instalaciones evocaban las figuras geométricas de Nazca, Perú, o los dibujos que aparecían inexplicablemente en los sembradíos de en Inglaterra, cuando nadie se ocupaba de estos inexplicables fenómenos. La trampa contaba numerosos misiles tierra-aire. Cuando los ovnis se pusieron a tiro, se activaron los cohetes y obligaron a uno de ellos a aterrizar. Pero la nave alienígena, seriamente averiada o en un intento desesperado por escapar del cepo, logró hacer explotar la instalación subterránea soviética, y se consumió en la posterior ignición.
Los visitantes estelares no son de manera alguna elitistas, y también han visitado frecuentemente territorios del Tercer Mundo. A partir del avistamiento de un ovni sobre La Molina (26/04/2001), la Fuerza Aérea Peruana creó un departamento especial para investigar los avistamientos. Desde que comenzó a operar, recibió un promedio de 4,5 testimonios semanales sobre el asunto. Según el diario El Comercio de Lima, tras la aparición de decenas de ovni, detectadas por miles de espectadores en los cielos peruanos en diciembre de 2007, la documentación recabada desapareció misteriosamente. Como también fue retirado de Internet un video tomado por la Fuerza Aérea Mexicana al año siguiente, donde se registraba la evolución de más de una decena de ovnis en la frontera caliente entre la nación azteca y su vecino del Norte.
En cuanto a la calavera maya, tallada en cristal de cuarzo y descubierta por la Anna Mitchell-Hedges en 1927, cuando excavaba entre ruinas precolombinas en Honduras Británica –hoy Belice-, la misma arqueóloga relata que, (sic): los nativos de la zona la reconocieron al instante como representación del Dios de sus antepasados -con poder tanto para procurar la salud como para causar la muerte- y oraron ante ella. El objeto en cuestión, de una sola pieza, pesa 5,19 Kg, y sólo hay una desestimada explicación de Mike Mitchell-Hedges, padre de Anna acerca de que (sic), la calavera fue hecha en un proceso que, generación tras generación, abarcó 150 años. Todavía no se dispone hoy de una tecnología capaz de esculpir una obra semejante.
Otra misteriosa congénere de la calavera maya se expuso a partir de1898 en el Museo Británico de Londres. Fue adquirida por 120 dólares en una subasta en Tiffany´s. De ésta –que difiere de la anterior porque la integran dos piezas que se unen a la perfección- se desconoce su origen, y tampoco puede ser reproducida actualmente.
Sabemos que estos enigmas molestan a quienes se educaron dentro de los esquemas de hiperracionalidad propios del Siglo XIX, a finales de cual el Director de la Oficina de Patentes de EEUU renunció porque (sic), ya no hay nada más que inventar. Pero para las personas sensibles y creativas, deben motivarles a la investigación y producción, ¿por qué no?, de thillers como el film 2012 de Roland Emmerich.

viernes, 13 de noviembre de 2009

2012.

Pronto se estrenará en Venezuela el film 2012, dirigido por Roland Emmerich, quien también fue el realizador de Independence Day y El día de mañana, entre otras superproducciones de anticipación o ciencia ficción.
A diferencia de otros cultivadores del género, Emmerich siempre ha basado sus guiones en los llamados hechos malditos, o acontecimientos que poseen amplia documentación pero carecen de explicación.
Apoya la trama de Independence Day (1996) en los encuentros cercanos del tercer orden o choques entre terrestres y extraterrestres, ocurridos en numerosas oportunidades y cuidadosamente velados por los organismos de seguridad de EEUU y el Reino Unido, según afirmaron ante el Press Club de Washington en el 2003 oficiales, científicos y ex funcionarios involucrados en la materia.
El objetivo de los proyectos angloamericanos era capturar ovnis, y apoderarse de la tecnología alienígena para propósitos bélicos.
Conocedores de sus intenciones, los soviéticos –cuyo territorio había sido escenario de numerosos siniestros de ovnis a partir de 1945-, se propusieron hacerse de alguna de estas naves –ya contaban con algunos fragmentos de estos incidentes- con la misma finalidad que sus enemigos de la Guerra Fría. A finales del gobierno de Leonidas Brezhnev montaron una trampa en la estepa siberiana, y a punto estuvieron de cumplir con la misión, tal como lo relata Alexander Kazantsev en Los ovnis en Rusia. La escena cumbre del combate aéreo entre cazabombarderos y ovnis que figura en Independence Day es una reproducción exacta de lo sucedido en la URSS.
En El día de mañana (2004), Emmerich extrapola las probabilidades catastróficas de los que pudiera ocurrir si no se le pone coto al calentamiento global. Lo que entonces fueron teorías no demostradas, hoy acaba de obligar a dos grandes potencias, China y EEUU, a sentarse en el banquillo mundial como principales acusados por la potenciación de este fenómeno.
En 2012, Emmerich pone la lupa en los mayas, cuyos orígenes se remontan a un milenio A.C. Se trata de una extraña civilización, cuyos testimonios quedaron para siempre desparramados en Centro América, y cuya tecnología y planificación no puede ser desestimada. En efecto, los mayas tallaron una calavera en cuarzo que hoy por hoy no puede ser reproducida en ningún taller o laboratorio del planeta, descubrieron los ciclos que afectan a la economía y, para contrarrestarlos, abandonaban las ciudades terminadas y se dedicaban a construir nuevas urbes. Por lo que no había desocupación, ni hambrunas, ni explosiones sociales cada 52 años.
Por si fuera poco, elaboraron un calendario mucho más preciso que cualquiera de los occidentales, donde preveían los eclipses y otros fenómenos metereológicos y telúricos con una exactitud del 100%. Finalmente, desaparecieron como si se los hubiera tragado la Tierra… ¿o quizás el Cielo?
No fue hasta 1705 que el astrónomo inglés Edmund Halley, basándose en la teoría de gravedad de Isaac Newton, pudo constatar una pequeña porción de la sabiduría maya al determinar las órbitas de los cometas en función del tiempo.
Para los mayas, los procesos de destrucción y regeneración eran consustanciales con el planeta y el universo. Y éste es, precisamente, el cariz que explota Emmerich en su nuevo largometraje: la décimo tercera cuenta larga del Calendario Maya, cuya duración es de 5.125 años, y que terminará el 21 de Diciembre de 2012, para reiniciarse al día siguiente.
Concuerda el cálculo anterior con las profecías cristianas y no cristianas sobre el fin del mundo, y aunque algunos escépticos hablan de incoherencias en ciertas anticipaciones del pueblo precolombino, la verdad es que su precisión no puede ni debe ser descartada. Los mayas predijeron violentos terremotos, erupciones volcánicas y huracanes devastadores al final de esta era, y eso es lo que ha venido acaeciendo hasta ahora en todas partes y en los últimos años.
Son, por decirlo de alguna forma, las malas noticias. Pero, según Antonio Nicolás Briceño –no el Diablo, sino el otro- quien se ha dedicado a estudiar estos planteamientos desde hace una década, las buenas noticias son que el fin del mundo no implica la desaparición física de un gran porcentaje de la Humanidad, sino la transformación de o mutación de la psiquis colectiva de una Edad Oscura –signada por todas las mezquindades, torpezas y maldades de las cuales es capaz el homo sapiens- a su posible evolución, bañada por una lluvia de fotones que la conducirá a una Edad de Luz. La tesis está sustentada astronómicamente por las directrices del movimiento del sistema planetario solar en su larga elipse alrededor de las Pléyades.
Dicho de una forma simple, los malos de la partida tienen sus días contados para cambiar de actitud, so pena de desaparecer para siempre en las tinieblas donde se mueven. Y este año mágico es el 2012.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Los perros de la guerra.

Para los políticos, la guerra es un juego como el de dominó, con variables limitadas: sin cacho nace el becerro, triste orejón pata e´perro, partida ganada no se tranca.
Para los militares, la paz representa un estado anormal y temporal entre dos guerras.
Para los fabricantes de armas, sus intermediarios y los bancos que les financian, los conflictos bélicos son negocios redondos.
Si se asumen estas tres reglas básicas y se despoja al discurso de belicistas y pacifistas de su evidente barniz de hipocresía, es posible entender –no aceptar- la opción del menú que Chávez les ha lanzado a sus conciudadanos y al resto del mundo en el affaire de Colombia.
Lo importante del pasado no es lo que fue, sino lo que pudo haber sido; lo importante del futuro no es lo que será, sino lo que pudiera ser – acota el matemático y psicólogo ruso Peter Ouspensky.
Si Adolfo Hitler hubiese desaparecido por cualquier causa, antes del 1º de Septiembre de 1939, hoy quizás sería recordado como uno de los grandes prohombres de la historia germana. Porque, hasta que las FFAA tudescas no atravesaron el río Vístula, las democracias occidentales se calaron al Führer y su III Reich, convencidas como estaban de que la cosa no era contra ellas sino contra la URSS.
Lo de la superioridad aria no les molestaba en demasía, y hasta honorables instituciones como la Fundación Rockefeller patrocinaban en Alemania experimentos genéticos con seres humanos que no se habrían podido realizar en Estados Unidos. Y en cuando al problema judío, la Europa hasta la década de los treinta del siglo pasado era un vasto territorio donde existía antisemitismo generalizado, como ocurría en la Rusia zarista, donde los hebreos eran la sopa y pagaban el pato de todos los infortunios habidos y por haber en los pogromos. El único país que, sin integrarlos, convivía con ellos pacíficamente era Polonia.
De manera que la derrota de Hitler no comenzó con la Operación Barbarrosa ni el desembarco en Normandía, sino con el asalto a Polonia. Fue en ese momento cuando Alemania, Francia y, en cierta manera, Estados Unidos, comprendieron que el cabo vienés no sólo hablaba duro y golpeado, sino que actuaba de acuerdo a un plan expansionista muy bien articulado, y estaba dispuesto a llevarse por los cachos a los que se le atravesaran, fuesen quienes fuesen y contaran con los recursos que contaran.
¿Por qué Hitler y Stalin ordenaron invadir a Polonia? Porque no los quedaba otra que hacerlo, ya que, históricamente, Polonia había derrotado tanto a los caballeros teutones como a la caballería cosaca, y tenía años tratando de integrar una gran y extensa nación con Lituania y Ucrania.
Los oficiales estudian Historia, especialmente aquellos capítulos donde florecen las guerras –que son muchos, por desgracia-, e intentan aplicar estrategias y tácticas del pasado a modelos del futuro. Los militares son históricos, como también lo son los socialistas, puesto que su ideología concibe como uno de sus soportes al Materialismo Histórico, desarrollado por Carlos Marx y Federico Engels a finales del Siglo XIX. Algún lector pensará que la Historia pasó de moda, apoyándose en la interpretación equivocada y probablemente superficial e inconclusa del texto de Francis Fukuyama, El fin de la Historia y el último de los hombres.
Por eso, como afirma el Episcopado Venezolano, se nos ponen los pelos de punta al escuchar las amenazas del Comandante en Jefe de la República Bolivariana contra Colombia, pues pese a lo que muchos articulistas y periodistas sientan o piensen al respecto y a las cifras de repulsa que Datanálisis ha acopiado recientemente, Polonia era para Hitler lo que Colombia es para Chávez: el gran obstáculo a su proyecto expansionista.
Que Chávez haya decidido adelantar el capítulo colombiano por cualquier razón –incluso por motivos electorales- no implica que el escenario no estuviese contemplado en su agenda. Lo estuvo desde que su gobierno, inspirado en las decisiones del Primer Foro de Sao Paulo, declarara que la narcoguerrilla no era enemiga de Venezuela -como si lo era la oligarquía colombiana- y que los responsables de todo lo malo que ocurría en las fronteras comunes eran los paracos, a quienes atribuyó más tarde un vínculo no probado ni demostrable con el presidente Álvaro Uribe.
Quien no crea que el presidente venezolano está dispuesto a llevar su plan siniestro, hasta las últimas consecuencias, sigue subvalorándolo.
Es posible que ahora si se prendan otras lucecitas de alarma, y que las democracias del Siglo XXI le pongan un parao a esta situación, antes de que se desaten los demonios. Sin embargo, ahora es la hora de los perros de la guerra.

viernes, 6 de noviembre de 2009

El diablo suelto

La última vez que conversamos con el ahora gobernador del Táchira, César Pérez Vivas, fue durante un encuentro inesperado en un Centro Comercial de Boleíta. Andábamos acompañados del profesor Julio Blaumann Coronil, y terminábamos de almorzar en uno de los restaurantes de comida rápida que allá están instalados.
Blaumann y Pérez Vivas, el último de ellos con la mayor vehemencia, atacaban la posición de los abstencionistas de oposición durante las elección de los diputados a la Asamblea Nacional, y achacaban a ésta todos los males de aquel momento. Nosotros por nuestra parte, aunque admitíamos haber votado en todas las jornadas desde 1958 – salvo en la de la Constituyente, pues no nos hallábamos en Caracas para la fecha-, entendíamos la postura de quienes promovían la no concurrencia a dicho evento, por dos razones básicas: porque se trataba de una estrategia interesante para descolocar a Chávez, la cual hubiera funcionado con un seguimiento proyectado a la deslegitimación del caudillo; porque podría haberse manejado a nivel de calle para exponer las trampas del CNE, sus tragaperras y el viciado REP.
Lamentablemente, les decía a mis interlocutores, no se hizo ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Los abstencionistas dogmatizaron su propuesta, transformando en artículo de fe lo que no pasaba de ser una situación adecuada al momento, y nada o poco pudieron lograr para desvelar los intríngulis del sistema electoral.
Pero Pérez Vivas iba mucho más allá. Hablaba, con gran optimismo, sobre sus posibilidades de conquistar el afecto de los votantes tachirenses, y de que Venezuela recuperaría el camino democrático, a corto plazo, a través de la solución electoral. Ante lo cual nosotros, escépticos, le aseverábamos: Un gobierno como éste no pierde elecciones.
A la luz de este recuerdo y de lo que sucedería más tarde nos deja estupefactos que Chávez, su cúpula gorila-burguesa y su jaula de focas arremetan contra Pérez Vivas, llevando las cosas al punto de una guerra con la República de Colombia –una situación prebélica, como la define el ex presidente neogranadino Ernesto Samper-, para deshacerse del incómodo democristiano que, según ellos, ha sufrido una mutación en sus pocos días al frente de la magistratura andina. Le acusan de ser jefe y protector de los paramilitares infiltrados en el Táchira, de recibir instrucciones del Imperio y de estar preparando el terreno para una futura acción –que incluiría el magnicidio- desde las bases yanquis de la vecina nación.
Todo lo cual sería anecdótico y argumental si sucesos y hechos no fueran llevando este conflicto a un punto de no retorno.
Los amigos y familiares de casi una treintena de venezolanos actualmente secuestrados por narcoguerrilleros colombianos tienen la certeza de que no sólo son paramilitares los autores materiales e intelectuales de tan horrendos crímenes, sino redes ilícitas que operan impunemente en dos tercios del territorio tachirense y amplias zonas de Apure, Barinas y Zulia, y se movilizan a su antojo en el resto del país, gracias a la actitud alentadora y protectora del gobierno revolucionario. Nos referimos a los faracos, los elenos y esa metástasis del ELN que es el FBLN. Así lo han declarado en innumerables oportunidades a los medios nacionales e internacionales.
Los abogados del general Raúl Isaías Baduel amenazan con prender un ventilador que bañará escatológicamente a Raimundo y a todo el mundo, pues el dinero supuestamente malversado por el ex ministro de la Defensa durante su gestión estuvo destinado a la inteligencia, defensa y seguridad del Estado, especialmente en las áreas limítrofes. Piden que las audiencias no sean públicas, para salvaguardar dicha información.
Las autoridades policiales, judiciales y del Ministerio Público se rehúsan a accionar en contra de los peculados denunciados por los alcaldes y gobernadores de oposición contra sus predecesores, especialmente en el Táchira.
El sicariato se ha convertido en la forma más efectiva, rápida y económica de solventar las contradicciones jurídicas en Venezuela: no sólo a nivel pasional sino político, no sólo a nivel de las clases pudientes sino de las menos favorecidas. Y los tanatorios no se dan abasto para realizar las autopsias cotidianas a las víctimas de una guerra no declarada pero igualmente letal: ¡Con Chávez manda el hampa!
Mientras tanto, Chávez sigue despilfarrando dólares entre sus compinches del exterior, regalando desde cazabombarderos hasta plantas eléctricas. Hay un valsecito criollo cuyo título pudiera resumir esta hecatombe: El diablo suelto.