viernes, 1 de abril de 2016


La economía, ¡imbécil!

¿Quien mato al Comendador? Fuenteovejuna, Señor, todos a una...
Lope de Vega.
I
La piña no sólo es originaria de América, sino específicamente de Venezuela. En los años setenta del siglo pasado, Erasmo De Santiago, fundador de la empresa Yukery, recogía la décima parte de la producción mundial de esta notable flor sobre una superficie de sólo 100 hectáreas, cerca de La Miel, Estado Lara. El excedente, más de un 70%,  lo enviaba como pulpa  congelada a Argentina, Puerto Rico y el Levante para elaborar  jugos enlatados. Hoy en Venezuela una piña cuesta cerca de 5 dólares, más del doble que su precio en Miami.
La alineación de Venezuela en el fracasado experimento económico comunista fue dirigido por dos sujetos muy singulares, Jorge Giordani, ex Ministro de Planificación del régimen chavista, y Elías Jaua, ex Ministro de Tierras y Agricultura.
En 1986, Giordani publicó Planificación, Ideología y Estado - El caso de Venezuela, texto que habrían podidito refrendar, a ojos cerrados, Marx, Engels y Guevara, pero que no aprobaría el examen somero de un reformista como Antonio Gramsci.
Protegido durante décadas por esa autonomía universitaria que pretendió liquidar durante su desacertada gestión administrativa, asalariado por esa educación académica privada que antes odiaba y desamparado por el gobierno de Nicolás Maduro, nombrado a dedo como sucesor de Chávez, Giordani se convirtió en lo que en Venezuela se conoce, peyorativamente, como Un teórico, esto es, alguien totalmente desconectado de la realidad.
Giordani y Héctor Navarro, quien dirigió 5 carteras desde 1999 decidieron solicitar a la Fiscalía General  que rastreara el destino de unos 300 mil millones de dólares malversados durante la última década a través del control de cambios del país, dijeron en entrevista a Reuters.
Según cálculos ambos ex ministros, al menos 1/3 menos casi 1 billón de dólares de ingresos petroleros carecen de respaldo, por lo que se infiere que fueron malversados a través de importaciones ficticias y sobreprecios.
Aquí se construyó una banda donde lo que importa es ponerle la mano al recurso financiero, a la captación de la renta petrolera-: dijo Navarro, fundador y miembro de la directiva del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), hasta que fuera expulsado en 2014 por sus críticas.
mentar sobre estas denuncias.
Navarro, quien también fue diputado, sostuvo que Maduro está demorando la toma de medidas impopulares para paliar la crisis económica en un intento por evitar el costo político.
La reciente victoria opositora en las elecciones parlamentarias de diciembre, donde la oposición le arrebató el control de la Asamblea Nacional a los aliados de Maduro, es, según Navarro, un claro llamado de atención para que el presidente haga un mea culpa y corrija el curso del país.
Giordani se estrenó con el primer gabinete de Chávez, salió de él por un tiempo, mientras  los adversarios del régimen vivían la ilusión de que la cosa no era tan grave como se pensaba, y regresó al momento en que su jefe ordenara acelerar el proyecto, en otras palabras, inmolar a Venezuela en el asincronismo que la ha llevado, inexorablemente, a su haitianización. Giordani protegió su cerebro conteflón, sustancia que le inmunizó contra cualquier cambio en la ortodoxia comunista. Para él no hubo glasnost, perestroika ni aperturas capitalistas en China o Vietnam.
Los reclamos económicos que Chávez y los tírame algo plantearon en la Declaración del Alba del 2009, redactados por Giordani, rechazaban en su totalidad el conocimiento económico atesorado por la Humanidad a partir del Siglo XIX. Negaban incluso la existencia de ciclos económicos, que no fueron descubiertos por John Keynes sino por Nicolás Kondratiev (1882-1930), Ministro Soviético de Planificación, hasta su encarcelamiento y ajusticiamiento por contrarrevolucionario, epíteto clásico con que Stalin signaba el destino final de quienes le hacían sombra.
Durante un pequeño segmento del largo período histórico donde la mente de Giordani se volvió impermeable y resbaladiza, José Luis Cordeiro comparaba los per cápita de desarrollo y crecimiento de seis binomios de naciones, básicamente iguales, que vivieron simultáneamente bajo el socialismo y el capitalismo, y las diferencias brutales a favor de la economía de mercado. Estos países fueron Alemania Democrática y Alemania Federal, Austria y Hungría, Corea del Norte y Corea del Sur, China y Taiwán, Kenya y Zambia, Cuba y Puerto Rico.
La economía del Socialismo del Siglo XXI, según Giordani, se guiaría por tres acciones paralelas: Desmotivación a la inversión privada, especialmente la nacional: Motivación de la inversión de Estados políticamente claros, como Cuba, Bielorrusia e Irán; y, Creación de una nueva clase empresarial o boliburguesía.
La implementación de esta estrategia fue causa directa de que, hasta el 2001, se cerraran más de 1 mil 500 fábricas, se despidiera a más de 7 mil trabajadores, se expropiaran y abandonaran más de 5 millones de hectáreas en plena producción agropecuaria  y de que sólo una de las 50 empresas privadas que más facturaban en el país, Polar, poseyera un capital social mayoritariamente venezolano.
Asimismo, que un porcentaje incalculable de los empresarios del campo no sólo estuviesen desmotivados, sino aterrorizados por su integridad física y lesionados en sus derechos, ante la ambigüedad y tolerancia oficiales en las invasiones y expropiaciones de sus fundos productivos.
Elías Jaua, proveniente de la misma Alma Mater de Giordani, fue brazo ejecutor del proyecto, que preveía el desmantelamiento total de la producción agropecuaria privada, en dos años, y su substitución por las comunas. El currículo de Jaua enfatiza su actividad extra cátedra como jefe de las bandas encapuchadas que, por años, perturbaron el orden público dentro de la Ciudad Universitaria y en su vecindario. Jaua se licenció, magna cum laudae, en la quema de autobuses y neumáticos y el destrozo de la fachada de la empresa Cars, cuya única falta fue haber representado a la odiada e imperialista automotriz General Motors.
A cada expropiación, Jaua le agregó su propio resentimiento personal.
Se empeñó con el Hato El Frío, porque era favorito de la sociedad Audobón , que agrupa globalmente a los observadores de aves, y figuraba en la selecta Guía Courvoisier como el único lugar que valía la pena visitar en Venezuela. Le echó mano a los cañamelares que, desde la Colonia, proveían de materia prima a la Hacienda Santa Teresa, porque el apellido Vollmer le resultaba antipático y aristocrático. La cogió con Hermann Zingg, no sólo porque este probo, recio y eficiente granjero posee un nombre tudesco, sino porque su finca amazónica está ubicada en la ruta del comercio ilegítimo de drogas, armas y personas entre Venezuela y Colombia. Pretendió conuquizar las tierras arrebatadas y sembrar en ellas especies diferentes a los cultivos tradicionales, sin tener la menor idea de lo que es agronomía o zootecnia. No le importó que estos predios otrora fueran altamente productivos y rentables. Los odiaba, pues eran manejados por empresarios del campo y no por los militantes obedientes y no deliberantes con que creó poder reemplazarlos, bajo el anacrónico modo de la producción  social.
Su último invento fue cubrir las tierras de la Hacienda La Fundación, ubicada en Tejerías, Estado Aragua, con plástico, dizque para sembrar legumbres u verduras. Jesús Torrealba, que tenía un programa televisivo de denuncias en Globovisión, descubrió  el fraude al meterse bajo los toldos y gfrabar el suelo pelado. Por lo cual, los nuevo dueños del canal lo botaron, sin contemplaciones.
Eso sí, Jaua tuvo el buen tino de no meterse con los fundos de la familia Chávez, ni con los de los de sus militares afectos. Parece que ellos tuvieran colocados en sus puertas carteles que advierten: Aquí la revolución no pasará.
II
Karl Marx, holandés de origen, descendiente de rabies, apátrida y ateo al final de su vida, testigo y víctima de la primera gran recesión económica del capitalismo europeo, que trajo consigo graves enfrentamientos y cruentas revoluciones como los de Suecia (1848) y Francia (1871), profundamente persuadido de que algo andaba muy mal con el trabajo y el trabajador, a quien, publicó El Capital (1867), obra a la cual seguirían numerosas críticas contra los modelos sociopolíticos y socioeconómicos entonces imperantes. El Capital ni siquiera poseía originalidad, pues la caracterización del obrero como víctima permanente de la alienación y enajenación había sido ya descrita por David Ricardo su Ley del hierro salarial (1817).
Marx describió el desarrollo económico como una superposición de capas o modos productivos, secuencia iniciado en las civilizaciones antiguas con la esclavitud, proseguida con el feudalismo en la Edad Media, el mercantilismo en la Edad Moderna y, en su época, el capitalismo.
Preveía la sustitución del capitalismo por el imperialismo, o indispensable conquista, dominación y explotación de los países no industrializados por las potencias coloniales-, y el reemplazo de este último por el comunismo, un mundo feliz donde cada trabajador sería recompensado según sus necesidades. Esta era, en esencia, su conceptualización del materialismo histórico.
Basado en el pensamiento idealista del filósofo Friedrich Hegel (1770-1831), quien planteaba que, frente a cada propuesta o tesis surgía una contrapuesta o antítesis, y que de la confrontación de ambas nacía una síntesis, cuyo contenido recogía lo mejor de las partes en disputa y le añadía una nueva cualidad, Marx concluyó que el final del capitalismo se hallaba en su propia e insalvable contradicción pues, mientras la producción era colectiva, los beneficios se repartían de forma individual, privilegiando a la burguesía o clase dominante.
Marx elaboró una serie de fórmulas para acelerar los cambios por él deseados: la lucha de clases, la detección de las condiciones prerrevolucionarias, la internacionalización de la revolución comunista, la transición del capitalismo al comunismo, el socialismo y la dictadura del proletariado, entre otras. A este concepción se la conoce como materialismo dialéctico.
Con el concurso de Federico Engels, su mecenas y coautor de algunos de sus escritos, Marx recomendó opciones para sustituir las instituciones claves de la burguesía: la familia, la propiedad privada y el Estado (1891). Engels, había analizado la temática con anterioridad, comparándola con la sociocultura de las comunidades polinesias.
Marx no creía que sus doctrinas florecieran en las naciones menos desarrolladas, sino en las más industrializadas. Aunque simpatizaba con las demandas del campesinado irlandés, por ejemplo, les recomendó concentrarse en la guerra separatista y no en la revolucionaria, pues, según él, Irlanda no estaría preparada sino después de su maduración capitalista. Empero, la revolución comunista no se produciría en los espacios por él anticipados.
No triunfaría en Inglaterra, insignia del industrialismo, si no en Rusia, cuyo modo productivo era semifeudal; en Japón, la nación tecnológicamente más avanzada de Asia, si no en China, una de las más atrasadas; en España, donde los comunistas ganaron las elecciones en 1933, si no en Cuba, su colonia hasta 1902.
El método más eficaz para asaltar el poder fue la guerra asimétrica o revolucionaria, propuesta por León Trotsky, abjurado comunista, exiliado de la URSS y asesinado en México por órdenes de Stalin.
Este formato fue empleado exitosamente por Mao Zedong en China, Ho Chi Min en Vietnam y Fidel Castro en Cuba; mas no tuvo ninguna efectividad en Irlanda del Norte, cuya insurgencia terminó acogiéndose a la pacificación e incorporándose al establishment; ni en Colombia con las FARC que, tras casi medio siglo de lucha, se transformaron en una guerrilla menguante que negocia la paz para mantener su negocio del narcotráfico: ni en España con la  la ETA, cuyas terrorismo fue repudiado incluso por la mayoría del pueblo vasco.
Sólo dentro de una ortodoxia que condena toda desviación es como pueden entenderse las afirmaciones virulentas e injustificadas contra Simón Bolívar, cuya epopeya Marx calificó de ilusión colectiva y cuya personalidad definió como la del canalla más cobarde, brutal y miserable, en carta dirigida a Federico Engels, fechada el 14 de febrero de 1858. Allí, aseveraba, que el Libertador había adquirido su notoriedad gracias a la fuerza creadora de los mitos, característica de la fantasía popular, que en todas las épocas ha probado su eficacia inventando a grandes hombres.
Esta misiva, publicada en la Revista Dialéctica de Buenos Aires por Aníbal Ponce (1936), se convirtió en la postura oficial del comunismo argentino y otros marxismos del Cono Sur, y fue explotada como campaña gubernamental para descalificar la gesta bolivariana y  exaltar la de José de San Martín. La diatriba terminó, irónicamente, cuando el derrocado presidente Juan Domingo Perón inició su largo ostracismo en Caracas, la cuna del Libertador.
III
En la década de los sesenta del siglo pasado, el Che Guevara, Ministro de Planificación del régimen cubano, aseguraba que el cambio sólo sería posible con la creación de un hombre nuevo,a través del proceso de enseñanza- aprendizaje del socialismo. Este ciudadano ideal no debería desear riquezas o placeres, sino sólo estar al servicio del Partido, la Revolución y el Pueblo.
Charles Betelheim, economista y miembro prominente del Partido Comunista Francés, le replicó que sus conceptos coincidían peligrosamente con los de Friedrich Nietszche y Martin Heiddeger, adoptados por el nazismo para justificar el Holocausto y la esclavitud de las razas inferiores durante la II Guerra Mundial, y que no era posible cambiar la naturaleza humana. Guevara murió en 1967, sin haber podido comprobar su hipótesis, aunque su foto en alto contraste se convirtió en icono global de todas las rebeldías desde entonces.
La crítica más contundente contra la economía marxista estriba en su fracaso rotundo en China, Europa Oriental, Vietnam y la Unión Soviética, inmensos territorios sometidos a su influjo durante decenios, y que se vieron obligados a adoptar la planificación capitalista para poder desarrollarse, comerciar y competir con el resto del mundo.
La regla a mayor costo energético, mayor empobrecimiento, no ha sido proclamada por algún político o economista, sino por dos de los empresarios estadounidenses más exitosos del momento: Donald Trump, hoy precandidato presidencial del Partido republicano, y Robert Kiyosaki. En su libro Queremos que seas rico (2007), prevén el colapso actual, la quiebra del sistema de salud público (Medicare) en EEUU y la imposibilidad de que la gente de la tercera edad, los baby boomers o nacidos a partir de 1946, puedan subsistir decentemente con sus actuales planes de jubilación.
Trump y Kiyosaki atribuyen este proceso a la ignorancia económica del ciudadano común, atizada por mitos como que los pobres van al Cielo y los ricos al Infierno y a la percepción de que la Bolsa es una suerte de lotería o casino. Proponen, como remedio, la difusión de la educación financiera: No vendemos pescado, asesorías, ni le decimos a nadie en qué invertir. Somos maestros, Queremos que aprendas a ser rico, a manejar tu propio dinero y a convertirte en tu propio analista financiero. Queremos que aprendas a  a pescar…
Kiyosaki, autor del best seller Padre rico, padre pobre y creador del juego Cashflow (Flujo de caja), sostiene que la misión espiritual del individuo es enriquecerse, para así poder ayudar a los demás y transformar la existencia terrena en algo similar al Paraíso.
Establece un paralelismo entre la subida de los precios del crudo y el empobrecimiento de la clase media estadounidense; y visualiza su figura como la de un reloj de arena, donde el cuello se cierra sobre la clase media, dejando un gran espacio para los pobres y un espacio menor, pero de volumen considerable, para los ricos. Afirma que: El alza petrolera ni siquiera  favorece a las grandes mayorías de los países productores, sino a sus minorías gobernantes.
Por su parte, Trump se pregunta: ¿Cómo puede alguien confiarle sus inversiones a un corredor bursátil que maneja un Toyota, siendo él mismo dueño de un Rolls, el cual, además, conduce su chofer? Revela que el dólar se ha devaluado desde Breton Woods en proporción casi idéntica al incremento de la onza de oro. Y sostiene que la vivienda familiar no es un activo, sino un pasivo, pues no produce beneficios si no gastos.
Ambos concuerdan en que ninguna nación puede sobrevivir sin soberanía alimenticia ni prosperar sin armonizar las relaciones entre el trabajo, la producción y el consumo. No se trata de la opinión de extremistas de izquierda, sino la predicción de dos príncipes empresariales.
En una reunión de futurólogos realizada en Buenos Aires a comienzos del Milenio, Alvin Toffler profetizó que, para el 2025 y a menos que sucediera una catástrofe global, 70% de la Humanidad escaparía del círculo de la pobreza.
Este pronóstico lo basaba en el crecimiento de la clase media en países altamente poblados como China, más 1.300 millones de habitantes,  e India, más de 1 un millardo y una proyección de 2.4 millardos para mediados del Siglo XXI. Sin embargo, éstas no serían buenas noticias para muchos países del Tercer Mundo, a menos de que modificaran radicalmente la planificación de sus economías.
Andrés Opeheimer (2007) destaca la confuciana respuesta del premier chino Deng Xiaoping sobre la contradicción aparente entre el comunismo y el capitalismo: No importa el color del gato, con tal que cace ratón.  Décadas antes (1976), Jean-Françoise Revell, pensador y Académico de la Lengua Francesa, aseguraba que, si bien el capitalismo no es social, tampoco es antisocial, pues bajo su manto la clase obrera ha logrado sus grandes conquistas. 
Es el sentido de la propuesta de Barack Obama para enrumbar la economía de su país y detener la crisis económica en todo el mundo. El problema fundamental  de Obama era dónde colocar la ayuda, si en la economía real, que genera millones de empleos, o en la bursátil, que desencadenó la actual recesión.
Aparentemente, su prioridad eran las familias y no las empresas financieras, a menos que éstas se plegaran al cambio socialmente proyectado. Su estrategia consistía en abaratar el costo energético y deslastrarse del yugo de los exportadores de crudo, a quienes calificaba de dictadores. Empero, no pudo hacerlo pues fue vencido por El poder detrás del poder.
La British Petroleum acaba de anunciar la instalación de un súper ingenio azucarero en Louisiana para la producción masiva de etanol; los inversionistas extranjeros intentan persuadir a los indígenas bolivianos que les concedan la explotación de una salina que contiene el 50% de las reservas mundiales de litio, elemento indispensable para la fabricación de las baterías de los automotores eléctricos; Mercedes-Benz instaló estaciones de servicio en Alemania que proveen de hidrógeno a sus automóviles limpios; Francia modernizó su generación termonuclear de electricidad e levantónuevas usinas. La lectura de las anteriores y decenas de notas de prensa, que circulan profusamente a través de los medios financieros, son más que indicios de hacia dónde se mueve la energía del futuro y cual pudiera ser el porvenir de una empresa como lo es la Pdvsa de hoy, saqueada, desmeritocratizada, que vende futuros petroleros a China a precios de gallina flaca, produciendo menos de 2,5 millones de barriles diarios, un volumen insuficiente para atender la demanda local de gasolina o de crudo de su filial Citgo.
Domingo Maza Zavala, ex Presidente del Banco Central de Venezuela y profesor jubilado de Economía de la UCV, no crreía que hubiese alternativa para el capitalismo. Pese a su formación marxista, Maza Zavala respondpó a la pregunta: ¿Cuándo desaparecerá el capitalismo?, cuando deje de ser rentable. Y añadió un comentario adicional, cargado de picardía: El modo de producción esclavista desapareció en Venezuela cuando los dueños de las haciendas  se percataron de que era más barato pagar salarios que mantener esclavos…
IV
La reforma del régimen de propiedad de la tierra, con el propósito de liquidar definitivamente al latifundio y asegurar la tenencia de la tierra para los productores del campo de describe así: …Ahora debe asumirse la tarea de cambiar las relaciones de producción y propiedad en el campo. No para una reforma agraria al estilo de la vieja política, sino para crear una economía rural sana y productiva, desarrollar una agricultura de vanguardia, apoyada en los aportes de la ciencia y la tecnología; promover formas colectivas y cooperativas de producción en el marco del respeto a la propiedad privada productiva.  
La invasión de fundos productivos fue auspiciada por Chávez desde el inicio de su mandato. Esta política oficial del Ejecutivo no sólo ha despojado de tierras en plena actividad a sus legítimos propietarios y logró la devastación de millones de hectáreas adicionales de áreas verdes, parques nacionales y reservas forestales, sino que llevó a enfrentamientos armados entre los invasores y los hacendados.
En algunos casos, como en Táchira y Mérida, se organizaron verdaderas bandas de forajidos, que prohíben o autorizan las invasiones, según reciban o no pagos de los terratenientes. En otras entidades, como Portuguesa y el Zulia, fueron las organizaciones paramilitares, con el apoyo y concurso la Guardia Nacional, que ajusticiaron a quienes se les oponían, sin que el Ministerio Público haya abierto juicios debido a la muerte o desaparición de los testigos.
Reinaldo Cervini, considerado un empresario progresista, que es casi como calificarle de izquierdista, declaró, que la mafia colombiana había deforestado, impunemente, más de 170 hectáreas de su finca en Falcón, que recibía a diario amenazas de secuestro y muerte para evitar que revelara estos hechos públicamente y que ni regalada querría una propiedad en Apure. 
La revolución cubana fue, en sus inicios, cruenta, honesta e idealista. La robolución bolivariana ha sido, desde el principio, poco cruenta, aplicando lo que el general Manuel Rosendo, ex Comandante General del Ejército, definiera como economía en el crimen político, o sea, pocos muertos durante las agitprop,  los suficientes empero para intimidar al resto de la población. Sin embargo, esta prologada luna pareciera haber llegado a su llegadero.
La nueva clase, llamada boliburguesía no como homenaje al Libertador sino en referencia al devaluado y vapuleado signo monetario venezolano, profundamente corrupta y absolutamente desprovista de ideales e intelectuales que los promuevan, ni siquiera se toma la molestia de esconder sus riquezas mal habidas, sino que las transforma, impúdica e inmediatamente, en vehículos y apartamentos de lujo, pagados en efectivo.
La oligarquía de la IV República brindaba con escocés estándar. Hoy los boliburgueses escancian güisqui de 18 y 25 años, con tal intemperancia que han convertido a Venezuela, ¡en el primer consumidor global de caldos premium! Mientras tanto, el ciudadano de a pié desespera por conseguir alimentos de la canasta diaria en los supermercados –donde cíclicamente faltan el azúcar, la leche, las caraotas negras y el café- o deben ser pagadas a precios de mercado negro a los llamados bachaqueros.
Los recogelatas, recicladores de envases de aluminio, y los sin techo, escarban entre las bolsas y dejan esparcidos los restos en las calles de Caracas. Este hecho desquició tanto a un obrero del Aseo Urbano, que le transformó en un criminal en serie de indigentes. Tras su séptima u octava víctima, quien escapó milagrosamente de morir con la cabeza aplastada, el asesino fue capturado para alivio de las autoridades, mas no de los vecinos, que veían con simpatía la migración por miedo de los miserables hacia lugares alejados de sus residencias. A dos cuadras de Pdvsa, algunos olvidados de Dios pernoctan entre periódicos y mantas viejas, y cocinan con madera, que el infame servicio de recolección basura deja tirada por todos lados, las palomas que vuelan en bandadas por la urbanización La Campiña.
Entre finales del 2005 y comienzos del 2006, Chávez convocó al Congreso Mundial de las Juventudes y al Foro Social Antiglobalizador, a los cuales asistieron centenares de miles de izquierdistas radicales. Al tiempo que el gobierno despilfarraba millones de dólares en subsidios para transportar, alojar, alimentar y entretener las hordas –con orquestas y conjuntos importados de La Habana-, la infraestructura del país se caía a pedazos.
Chávez adquirió entonces más de 250 millones de dólares en bonos de la deuda argentina, permitiéndole a la nación austral cancelar la totalidad de sus obligaciones con el Fondo Monetario Internacional También le regaló un puente y un hospital público al Uruguay, una urbanización a Cuba y 150 mil barriles diarios de diesel y 30 millones de dólares a Evo Morales para su caja chica de arranque, que los devolverá en hojas de coca.
Diariamente Pdvsa envía 100 mil de crudo a Cuba, a cambio del trabajo de médicos, entrenadores, alfabetizadores y agentes del G2. La isla consume 50 mil y reexporta la mitad. Entregaba fuel oil a los pobres del Bronx y Boston, para ayudarles a atemperar la frialdad invernal estadounidense. Cedió un millón de barriles de petróleo para los damnificados del huracán en Louisiana. Sin embargo, poco o nada hizo por la gente del Estado Vargas, donde se encuentran el puerto y aeropuerto que sirven a Caracas, quienes tuvieron su gran deslave en 1999 y una mini réplica del mismo en el 2008. Muchos de ellos siguen residiendo en albergues, no se ha construido el 70% las obras planificadas y muchas de ellas prepagadas, lo cual se traduce en desocupación y caída del PIB en la entidad federal.
Lo único positivo fabricado para los niños de la calle, a quienes Chávez bautizara niños de la Patria, es La Colmena de la Vida, levantada con los aportes de la proletarizada clase media a través del maratón anual Telecorazón, y mantenida por el voluntariado de educadores y profesionales que donan su tiempo y experticia a la obra, en resumen, con los dineros y esfuerzos de la iniciativa privada.
A los millones de muchachos que abandonan las escuelas primarias antes de recibirse, un 30% o más del total, sólo les queda la prostitución, la mendicidad o el vicariato. En un enfrentamiento policial, pereció el Beba, un joven de 18 años que ya cargaba con 20 muertos a cuestas. ¿A que edad comenzaría su corta pero productiva carrera criminal?
El resultado de la política económica es que hoy Venezuela importa más del 80% de los alimentos que consume. ¿Cómo se manejará el país con el precio desvalorizado de un barril petrolero que de bajó de 140 dólares a menos de 40?
V
El Consejo Electoral Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, la Contraloría General y la Fiscalía General de la Nación de hecho son y actúan como extensiones de la voluntad de Maduro. Así lo cree el novelista Israel Centeno: Un Chávez ausente seguirá cabalgando su proyecto populista, encarnando la voz de los pobres de América, del mundo y del universo. No creo que siga concentrando más poder, porque todos los poderes públicos estuvieron sujetos y son obedientes a la voluntad del comandante, quien usa todos los resortes de poder sumiso para perpetuarse a través de innumerables elecciones en las que el ventajismo y el fraude marcan la pauta. Todos los miembros del árbitro electoral son a militantes del partido de su gobierno. y Chávez ha vendido la idea de que sólo las elecciones garantizan la democracia. Todo esto montado un poco en la onda de Lukachenko en Bielorrusia o de Mugabe en Zimbabwe. Democracia es algo más, ¿no? 
Esta conchupancia hace improbable que, en la hipótesis de un referendo revocatorio o al final de su actual mandato, Maduro vaya a ser derrotado por votación popular, pues los partidos y dirigentes de oposición con algún peso específico son objetivos políticos, como lo advierte la periodista Marta Colomina: La persecución política en Venezuela es ya del dominio internacional. En “La Prensa” de Panamá , la periodista Maye Primera narra que más vale buscar un buen abogado antes de alistarse como dirigente de la oposición en Venezuela. Desde 2002, centenares de políticos, militares retirados, policías, estudiantes, periodistas, empresarios y activistas de ONG han sido declarados enemigos del gobierno de Chávez e investigados, amenazados, enjuiciados, inhabilitados políticamente o encarcelados por incurrir en supuestos delitos comunes, traición a la patria o rebelión  [...]  El caso más reciente es el de Manuel Rosales, alcalde de Maracaibo, ex gobernador del Zulia y ex candidato presidencial. La Prensa resume la larga lista de perseguidos por el aparato judicial que controla Chávez, solo por disentir de su régimen. La OIT, organismo de la ONU, exigió públicamente a Chávez esta semana, cesar el acoso al sector privado venezolano, al que descalifica, desprecia y amenaza con confiscaciones. Pide la OIT frenar los permanentes atentados y ataques violentos a las instalaciones de instituciones empresariales, especialmente Fedecámaras, así como detener a los responsables. Recordemos que los últimos ataques ala sede empresarial fueron de grupos del 23 de Enero afectos a Chávez y de campesinos pertenecientes a los grupos de choque pregobierno... 
Por su parte, el poeta Rubén Osorio Canales complementa el concepto: Un régimen mala conducta como éste, que basa todas sus actuaciones en le violación de la Constitución y las leyes, que tiene como norma el desprecio a la voluntad popular tal como lo demuestra el atropello general en que anda, está destinado a recoger tempestades  [...] se viola sistemáticamente el principio de la igualdad al dividir el país entre los que están conmigo y los que están en contra mía, se persigue a toda la disidencia comenzando por los gobernadores y alcaldes electos en libérrimos comicios, se hiere a muerte una de las victorias más importantes de las regiones como fue la descentralización, deteniendo en seco su crecimiento, se pretende liquidar todo movimiento sindical con el argumento de que una revolución no necesita de sindicatos, se abusa de poder y se atropella a la justicia cuando se le niegan procesos limpios a los acusados del régimen en su afán de criminalizar la disidencia, se atropella a las empresas y se hostiga al ciudadano, se acorrala la libertad de expresión y a los medios se les persigue hasta llevarlos a la rendición o al exterminio. Como si fuera poco el régimen maltrata las ya débiles finanzas del país y sin escrúpulo alguno lo pone al borde del precipicio… 
VI
De manera que, si Maduro no va a salir por vía electoral, ¿qué otras opciones restan? Muy pocas, y todas traumáticas: la inhabilitación, la renuncia, el golpe, la guerra civil o el magnicidio.
La inhabilitación de un presidente venezolano sólo procede por causas graves, las cuales deben ser probadas legalmente. Básicamente, son tres: Comisión de uno de los delitos tipificados en los códigos, leyes y reglamentos penales o militares, enajenación mental y traición a la Patria.
En el Siglo XX sólo existe un precedente de la aplicación de la primera causa, el de la Corte Suprema de Justicia contra Carlos Andrés Pérez por malversación de la partida secreta del Ministerio de RRII. Tras concluir sus respectivos mandatos, se conocen otros dos: uno por peculado contra Marcos Pérez Jiménez, que originó su extradición desde EEUU, sometimiento a juicio y encarcelamiento por 4 años; y otro contra Jaime Lusinchi, que perimió por temporalidad.
No ha habido inhabilitación presidencial en Venezuela por enajenación mental o traición a la Patria. Hubo, sí, presiones para destituir a López Contreras por traición a la Patria, mas no pasaron de ser simples opiniones expresadas a la prensa.
También se quedó sin llegar a la Presidencia, al perder la razón, el candidato Aníbal Escalante, quien, quizás, habría podido impedir el derrocamiento del General Isaías Medina en 1945, hecho considerado como la raíz de nuestros males presentes por algunos historiadores y ensayistas.
Para condenar a Carlos Andrés Pérez, se dieron tres circunstancias extraordinarias:
1.    La deslegitimación por mandato por mandato acumulada por Pérez, debido a las medidas impopulares de su paquete económico manifestada durante El Caracazo. La nación estaba al borde de la anarquía y el caos, lo cual reflejado a nivel de encuestas, se traducía en apoyo menor al 20%, como el que ahora tiene Nicolás Maduro. Durante los últimos meses del ejercicio de Pérez, The The New York Times informaba que Venezuela se había roto el récord mundial de manifestaciones antigubernamentales, más de 1.500 para 1993.
2.    Una larga sedición castrense en marcha, cuyas cabezas visibles eran los comandantes insurrectos en febrero y noviembre de 1992, algunos de quienes permanecían encarcelados pero contaban con el apoyo del alto mando militar, como se desprende entre otras fuentes de un libro escrito por el general Iván Jiménez Sánchez y las declaraciones del almirante Mario Carratú Molina, ex Jefe de la Casa Militar de Pérez. Este último oficial pidió, infructuosamente, la destitución y enjuiciamiento de la elite militar gobernante, a raíz de su equívoca y errática actuación antes, durante y después  de las fallidas intentonas de 1992.  Es presumible que los milicos jugaran entonces un doble juego, el mantenimiento la institucionalidad y su eventual sustitución por un gobierno militar, posiblemente, según el formato nacionalista de Pérez Jiménez. Los golpistas, por su parte, movían sus piezas, basándose en el proyecto de las Tres Raíces. Pero Chávez escondía un as bajo la manga, la revolución castro comunista. no bolivariana.
3.    La actuación del grupo denominado los notables. Una anécdota que me relató Juan Liscano da más luces sobre el asunto. Reunidos en cónclave, uno de los notables preguntó:
El objetivo es defenestrar a Pérez. Ahora bien, ¿quién le pone el cascabel al gato?
En este caso —observó el jurista— no hay un solo gato, sino dos: Acción Democrática y la Embajada Americana.
De Alfaro me ocupo yo —respondió el político.
—De los gringos me encargo yo —afirmó el escritor.
Y eso fue lo que hicieron.
Sin embargo, para inhabilitar a Maduro, con cien veces más motivos de lo que se le incoaron a Pérez, habría que preguntarse: ¿Ante qué Fiscal General y Tribunal Supremo se plantearía el caso?
Hay dos maneras acabar con una mosca. La primera es la supuestamente inteligente, la que empleamos los humanos, con matamoscas, insecticidas, adhesivos, incineración y electricidad. La efectividad de estos métodos resulta muy discutible, pues las moscas continúan proliferándose en todos los confines del planeta.
Además estos métodos, a excepción del matamoscas, el más ineficaz de todos, ocasionan impacto ambiental, son costosos o producen reacciones secundarias a quienes los emplean.
La segunda es la no inteligente, la que usan los simios. El mono espera a que la mosca, que aterriza como cualquier avión, entre en pérdida,  le da un manotazo y, finalmente, se la come. Abortar un aterrizaje es muy difícil, aún para un insecto, pues debe utilizar toda su energía para volver a sustentarse en el medio aéreo; por lo cual, casi siempre, el mono acierta.
Esta parábola del Budismo Zen no tiene sólo que ver con la insaciable manía de volar y aterrizar que caracteriza a los narco gobernantes, si no con las fantasiosas lucubraciones que llevan a cabo, casi a diario, quienes están en su contra.
Para Alberto Quirós Corradi,  sólo había tres escenarios posibles:
La cooperación implícita entre los funcionarios públicos e integrantes del piso político de Maduro con sus adversarios. Maxim Ross se inclina por esta vía, al expresar que Madura debe salir por donde mismo entró, esto es, que debe ser rechazado por el mismo pueblo que le eligió-:  Cerraremos con eso un tiempo oscuro de nuestra historia y de la vida venezolana que, estoy seguro, muchos chavistas, militares y civiles, verían con agrado… Domingo F. Maza Zavala, apoya esta tesis cuando afirma que: …El gobierno tiene que racionalizar el gasto, crear clima de entendimiento, mejorar su gestión y promover empleos. Sobre el papel luce impecable, sería lo democrático y contaría con el respaldo pleno de la comunidad internacional. Sin embargo, requiere no sólo del visto bueno de los militares y civiles chavistas, sino del consentimiento del presidente Maduro, quien navega en una dirección totalmente opuesta, con el acelerador a fondo.
La ayuda selectiva explícita de los sectores más progresistas del gobierno, en el buen sentido de la palabram hacia los posibles sucesores de Maduro. Seria el escenario favorito de algunos dirigentes de oposición, que sueñan con un come back a lo Alan García. También es una solución democrática y concuerda con el estoicismo jesuita del padre Michael De Viana, o purga colectiva  para que no volver a meter la pata. Ahora bien: ¿Hay tiempo para esta salida o ya se acabó? Como asienta Fukuyama, al fascismo no lo desgastó el ejercicio del poder, lo derrotaron los Aliados después de una guerra atroz, con un balance final de más de 50 millones de muertos únicamente en Europa. La revolución de Stalin comenzó en 1918, y duró hasta que derribaron el muro de Berlín. Todavía hoy Rusia se debate en la convivencia entre la mafia y el mercado o el regreso al autoritarismo.
La salida traumática, llámese inhabilitación o efecto Bucarán, renuncia o efecto Fujimori, golpe de estado o guerra civil. Quirós Corradi creía que, una vez sopesadas las variables del tercer escenario, éste podría resultar el camino menos oneroso para la República. Es la misma solución que propusieron Carlos Andrés Pérez y la Junta de Emergencia Nacional, en un manifiesto publicado en The Washington Times (23/04/2001), donde exigían: … la renuncia inmediata del Presidente de la República y de todo el tren ejecutivo, a fin de restablecer el estado de derecho violentado, la soberanía nacional y la institucionalidad vulnerada. Empero, la inhabilitación o la renuncia requieren supuestos negados como la voluntad del Tribunal Supremo de Justicia o el consentimiento del renunciante, además de un programa mínimo para cubrir la transitoriedad y el compromiso de resolver, como lo solicita el Movimiento 2D, los problemas puntuales que nos aquejan.
VII
En 1810, Argentina y Venezuela encabezaron la rebelión de las provincias americanas ante la invasión de Iberia por las tropas bonapartistas que depusieron a los monarcas de España y Portugal, e impusieron a un monarca títere en Madrid. El 19 de Abril de ese año, en cabildo abierto, el pueblo venezolano deslegitimó el mandato del Capitán General Vicente Emparam, y le forzó a renunciar, preservando así los derechos de Fernando VII, capturado por Francia y recluido en las afueras de París.
El 5 de Julio de 1811, por acuerdo de siete provincias, se decretó la Independencia.  Comenzó entonces la guerra civil entre los venezolanos partidarios de la Corona y los que estaban con la República, pues no hubo ejército español hasta 1819, cuando desembarcó el general Pablo Morillo al mando de una división de legionarios. Dos años después, tras la Batalla de Carabobo liderada por Simón Bolívar, el más insigne de sus hijos, Venezuela concretó su Independencia.
Pero la contienda sólo finalizó en 1825. Los venezolanos siguieron peleando por los territorios que hoy le pertenecen a Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú. Bajo la conducción de Bolívar se creó la Gran Colombia, una nación maravillosa que se extendía desde el Océano Pacífico y el Archipiélago de Galápagos hasta Nicaragua, y desde el Océano Atlántico hasta a escasas 100 millas náuticas de la Isla de Borinquén.
Una territorio que bordeaba e integraba parte de la Amazonia, que hablaba un mismo idioma, profesaba una sola fe, compartía un mismo ideal libertario y poseía los todos paisajes y recursos descritos por Alejandro de Humboldt en sus Viajes a las regiones equinocciales del Nuevo Mundo. El sueño terminó en 1830, cuando los generales José Antonio Páez, Francisco de Paula Santander y Juan José Flores establecieron gobiernos separatistas en la antigua Capitanía General y los Virreinatos. Pero la confrontación armada proseguiría en Venezuela hasta inicios del Siglo XX,  en conflictos de baja intensidad, caracterizados por la constante lucha de los caudillos interioranos para  posesionarse del poder central.
Ezequiel Zamora, considerado la tercera raíz de la revolución chavista, fue uno de esos líderes de montoneras. Creía en un modelo descentralizado de Estado, en lo que no andaba despistado. Pero se oponía a la abolición de la esclavitud, y atribuía los males de Venezuela a la oligarquía, cuya mejor definición es el gobierno de los ricos.
Empero, en la Venezuela del Siglo XIX, los ricos se contaban con las manos y sobraban dedos. En todo caso, la gente adinerada en no lo era en el sentido capitalista del término, pues el conflicto armado que distorsionaba la explotación de los fundos, el desarrollo industrial y la actividad comercial, parecía no tener fin y sólo acabaría con el arribo de Cipriano Castro.
Más que por acumulación de riquezas, los gobernantes y sus claques prosperaban hipotecando a la nación con empréstitos internacionales, pues lo poco que se recogía en impuestos no cubría siquiera el pago de las nóminas burocráticas. El general Páez,  poseedor de una fortuna legítimamente habida y considerado como persona acomodada, pasaba las de Caín para sostenerse en EEUU: Comienza a mostrar preocupaciones económicas motivadas porque en Nueva York todo está sumamente caro y no hay cómo ganar la manutención… 
 La población, que contaba antes de la Independencia con cerca de 800 mil habitantes, se mantendría estacionaria el resto del Siglo XIX. Lo que no acababa la interminable conflagración, lo remataban enfermedades tropicales como la malaria, la anquilostomiasis y la bilharzia, que se adueñaban de los cuerpos, minaban las voluntades y terminaban prematuramente con las vidas de centenares de miles de venezolanos.
Por eso, aquí hay un terror atávico hacia la guerra civil. Como refuerzo al mismo, nos ha tocado observar de cerca y sentir los ramalazos de lo que sucede en Colombia desde hace casi medio siglo; y muchos ciudadanos de primera y segunda generación hispanas también recuerdan las espeluznantes narraciones de sus padres y abuelos sobre la Guerra Civil Española. Chávez maneja ese temor cuando amenaza con su revolución de las armas. Y aspira a  vernos de manos atadas, mientras hace y deshace a su antojo, navegando hacia el Mar de la felicidad.
VIII
En 1909 asumió la Presidencia de la Venezuela Juan Vicente Gómez, llegado a Caracas desde el Táchira como uno de los líderes de la Revolución Restauradora de Cipriano Castro.
Gómez, que en su juventud se había desempeñado como próspero hacendado en La Mulera, llamó a gobierno a lo más granado de la intelectualidad venezolana, entre ellos al sociólogo Pedro Manuel Arcaya, el historiador José Gil Fortuol y el jurista Laureano Vallenilla Lanz, todos cultores del positivismo, la corriente humanista más avanzada de su época.
Gómez gobernó con mano de hierro al país hasta su muerte, el 17 de diciembre 1935. Durante su mandato, unificó a la nación en lo político-territorial, construyó carreteras y vías férreas, inició la Aviación Civil, comenzó el saneamiento ambiental y determinó, a través del sistema de concesiones, que la propiedad del subsuelo sería de República en la explotación de minas e hidrocarburos.
Después del fallecimiento de Gómez, dos de sus generales más destacados, Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, fueron elegidos en sucesivos comicios indirectos, y se consagraron a democratizar el país, topándose con despiadadas presiones de derecha e izquierda, las luchas de las transnacionales petroleras y la terrofagia colombiana, coronada esta última en un tratado impuesto en 1937 y que aún constituye un incordio pues le arrebató a la República una porción substancial de su territorio histórico, tal como figuraba en el mapa de la Capitanía General de Venezuela.
Pese a que Medina permitió la legalización de todos los partidos y la organización de los sindicatos, estableció el porcentaje del 50% de beneficios petroleros entre Venezuela y las trasnacionales, redactó la primeras leyes del trabajo y reforma agraria, transformó una zona de tolerancia de Caracas en urbanización modelo para las familias de menores recursos y se enorgullecía de que en su gestión no había un solo preso político, fue derrocado el 18 de Octubre de 1945 por una coalición de jóvenes oficiales de las  FFAA y un partido de oposición, Acción Democrática, que representaba la ideología de la Internacional Socialista.
Después de una junta cívico militar, encabezada por Rómulo Betancourt, Venezuela eligió a Rómulo Gallegos en votación directa y con el 94% de apoyo popular.
Sin embargo, la incongruencia entre las expectativas militares y civiles y el manejo desacertado de la economía del país, dieron al traste con este experimento.
El 22 de Noviembre de 1948, tras un golpe incruento, una junta militar integrada por los comandantes Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez, asumió el gobierno.
En 1950, Delgado murió asesinado en una conjura cuyos pormenores aún no han sido bien esclarecidos, y su puesto fue ocupado por Pérez Jiménez.  El 2 de Diciembre de 1952 se produjo un fraude en la elección a la Asamblea Constituyente. Ese mismo año, el organismo espurio nombró a Pérez Jiménez Presidente Constitucional de Venezuela.
Pérez Jiménez destinó la mayor porción del ingreso de  las nuevas concesiones petroleras a la política del concreto armado.
Construyó las primeras autopistas del país. Reconstruyó y amplió su red vial. Creó el primer ferrocarril moderno. Erigió la Ciudad Universitaria de Caracas. Edificó el Centro Simón Bolívar, el puerto de La Guaira y varios aeropuertos del interior del país. En turismo, levantó los teleféricos de El Ávila y Mérida y una cadena de hoteles de cuatro y cinco estrellas en la Provincia. Fundó la Petroquímica y le abrió a Guayana su futuro industrial.
Empero, incapaz de crear un piso político que lo soportara, repudiado por el pueblo que había sido engañado en el plebiscito de 1957 y ya estaba harto de la represión, sin rl sustento de las fuerzas vivas, huyó al exilio la madrugada del 23 de enero de 1958.
IX
El sistema político que reemplazó a la dictadura duró hasta 1999, y se caracterizó por un ciclo de alternancia, donde gobernaban adecos y copeyanos. A este período de 40 años Arturp Uslar Pietri lo denominó Régimen de libertades, pues nunca creyó que fuese una verdadera democracia, o al menos, de una democracia en la acepción moderna del vocablo.
En casi dos siglos de Historia Patria, sólo hubo dos magnicidios en su ámbito territorial: el de Antonio José de Sucre en Berruecos, Ecuador, y el de Carlos Delgado Chalbaud en Caracas. Hubo, sí, otros dos intentos: contra Simón Bolívar en Bogotá, contra Rómulo Betancourt en Caracas, este último planeado y financiado por su archienemigo, Rafael Leonidas Trujillo, desde la República Dominicana.
En la conjura contra Bolívar estuvo involucrado Francisco de Paula Santander: Aunque no fue a la reunión de los conjurados, conoció pero no rechazó la idea de la conspiración ni la del asesinato. Tampoco informó a las autoridades la conspiración en marcha. Quizás, mientras permanecía sentado en la penumbra de su casa, cuidando de que le vieran los dos soldados que vigilaban la entrada, se creyera una especie de demiurgo que bajara de un nuevo Olimpo bajo la fría belleza de la Ley, una vez liquidado Bolívar, para atender la llamada del pueblo y gobernarlo, pese a la sangre que tendría en las manos. 
Aún hoy, casi 200 años después, Colombia sigue pagando los costos de un método político implantado, por los hombres que lograron imponer su praxis de la existencia.
Como en todos los tiempos, para justificar, o aminorar las críticas que sobre el grupo que preponderó han caído, se esgrime como argumento la frase: Era un ser humano, aplicando el concepto de humano a lo insensato, lo mentiroso, lo fraudulento, lo cobarde; eliminando, a su vez, de lo humano, lo heroico, lo virtuoso, lo valeroso, lo puro: El hombre que rehúsa juzgar, que nunca está de acuerdo, pero que tampoco disiente, el hombre moderado, también es culpable. Aquí, ante ustedes, formalmente renuncio a lo que me pueda corresponder de herencia del método santanderista.  
X
El magnicidio de Carlos Delgado es mucho más interesante por lo excepcional.
Román Delgado, padre de Carlos, fue Almirante durante los gobiernos de Castro y Gómez, hasta que conspiró contra el tirano, que le quería como a un hijo, y fue encarcelado durante 14 años en la horrenda prisión de La Rotunda. Fracasó al desembarcar en un desembarco contra Gómez en Cumaná, y murió en combate. Su hijo Carlos, que le acompañaba en la aventura, escapó ileso y huyó a Francia, donde se transformó en la antítesis de Rafael Simón Urbina, su futuro verdugo.
Carlos Delgado pertenecía a la godarria provincial.
Se graduó de Ingeniero Civil y Militar, con los mayores honores de su promoción. Fue un viajero cosmopolita, recibido como par por la nobleza del Viejo Mundo. Por eso, visualizaba a Venezuela más cerca de Europa que de EEUU, y reía poseer la clave para reducir la influencia estadounidense en Venezuela, magnificada por su cercanía. Consideraba que, dándole las nuevas concesiones a las petroleras holandesas e inglesas, balancearía el poder omnipotente del Imperio.
Urbina, en cambio, despreciaba a los holandeses por su pragmatismo. Les conocía bastante bien, pues muchos antillano-neerlandeses residían en Coro, su provincia natal. Agregaba a esta xenofobia, común entre los descendientes de los inmigrantes vascos que poblaron Coro en el Siglo XVI, un anticomunismo feroz, tal como se practicaba entonces en Norteamérica.
Creía que Delgado era un blandengue. Consideraba que, por su causa, Rómulo Betancourt retomaría el poder a corto plazo, lo cual, en efecto, sucededería. Aspiraba a triunfar, para establecer en Venezuela un régimen a lo Trujillo o Somoza, con el visto bueno de los yanquis. Por otra parte, describía a Betancourt como un topo comunista.
En su ensayo, Venezuela, política y petróleo, y en sus intervenciones públicas, las ideas de Betancourt no concordaban con la visión gringa del capitalismo industrial si no, más bien, con las del socialismo. Tras regresar del exilio y presidir de nuevo al país, Betancourt tampoco adoptó al mercado como eje del desarrollo, sino una suerte de capitalismo de Estado, paternalista y clientelar, semejante al que empleaba al de Tito en Yugoslavia.
Los gringos apostaban a lo seguro, hipótesis sobre la cual existen opiniones y documentos muy valiosos que la soportan. No querían a un caudillo de vieja data como Urbina en Miraflores, pero tampoco a Delgado.
Preferían a Pérez Jiménez, quien les favorecería en el reparto de concesiones.   La CIA conoció y probablemente aprobó la conspiración contra Delgado, promovida por la petrolera yanqui y el Grupo Uribante. Por su lado, el FBI sustentó a Pérez Jiménez, exonerándole de toda culpa en el magnicidio, y poniéndole en sus manos el timón de Venezuela.
Los resultados de la investigación, realizada por el FBI, fueron compilados en cuatro gruesos volúmenes, que se distribuyeron profusamente entre los medios pero que, más tarde, se recogieron. En ellos no se incriminaba a Pérez Jiménez, pues el asunto había sido solventado a priori. Las preguntas fueron entonces: ¿Por qué se confiscaron los libros? ¿A quién o quiénes señalaban las pesquisas del FBI?
Delgado no murió en las primeras de cambio, donde si quedó desfigurado su escolta, el teniente Julio Bacalao Lara. Como le pasó al torero Paquirri, Delgado se desangró internamente, sin creer que la vida se le escapaba por las tripas. Al caer en manos de la Seguridad Nacional, los Urbina fueron ejecutados ipso facto. Aranguren purgó una pena larga en los calabozos de la dictadura. Al volver la democracia y recién recuperada su libertad, desapareció, misteriosamente, mientras sobrevolaba Barlovento.
Por razones históricas, a los venezolanos les repugna, apelar a The American Way para liberarse, de manera expedita, de los jefes de Estado indeseables o inconvenientes.
Hay un chiste político que recorre los países latinoamericanos
—¿Sabe usted por qué no hay golpes de Estado en Norteamérica? —pregunta alguien.
Porque en EEUU no hay Embajada Americana —responde el otro.
Esta pequeña historia ilustra la posición del Departamento de Estado frente a Maduro. Mientras no cometa un error fatal, le dejarán en paz. Pensar en una invasión de los marines es una utopía y una necedad. Lo demuestran acciones como las del Centro Carter, al cohonestar los fraudes de las elecciones del año 2000, equiparándolos a los problemas en Florida para decidir el triunfo de Bush o Gore. Quienes recontaron los votos en Jacksonville, habrían puesto el grito en el Cielo si se hubiesen embarrado las manos con excretas, como aconteció en Mérida.
Hasta ahora la política de la Casa Blanca se ha orientado según el viejo aforismo que los amigos son los amigos, los negocios son los negocios. Con mucha elegancia, Obama y su ex Secretaria de Estado y precandidata presidencial, Hillary Clinton le han enviado algunas señales a Maduro a y su carnal Evo Morales, al primero por su apego al terrorismo, al segundo por la promoción del consumo de coca.
En 1998 había 22 mil judíos en Venezuela, afirma Melanie Kirpatrick, editora principal de The Wall Street Journal. Hoy  se han reducido a 10 mil. Se fueron al exterior por el antisemitismo que enfrentaban en casa. Pynchas Brenner, su Gran Rabí, asegura: Hay ansiedad en la comunidad judía debido a lo que ha pasado, y a lo que puede pasar. Dos veces fue allanado el Colegio Hebraica, y la Sinagoga de Los Caobos profanada.
El anti judaísmo, no hay que olvidar que los árabes son también hijos de Sem,   en Venezuela es de reciente data, ha sido implantado por el régimen y obedece a causas ajenas a nuestra propia idiosincrasia.
Lo que los chavistas detestan de los judíos es su capacidad para prosperar en cualquier entorno. Muchos de los askenazi  que llegaron al país con una mano por delante y otra por detrás, lograron que sus hijos, en el peor de los casos, se convirtieran en exitosos empresarios, en el mejor, en afamados docentes, artistas de fama mundial y solicitados científicos. Y esto tiene que dolerle a una canalla que sólo ve dinero cuando se apropia de él indebidamente.
Si Maduro se entroniza en el poder, Venezuela enviará cientos de miles, quizás millones de compatriotas más, a comerse el pan del ostracismo, que es duro y no está relleno de ostras.
Los emigrantes venezolanos carecen de las prerrogativas de los balseros cubanos, quienes, al pisar tierra firme en EEUU, son considerados automáticamente como refugiados políticos. Se les llama, peyorativamente, sudakas en España.
Sólo los más jóvenes y calificados encuentran ambientes acogedores para emprender sus nuevas vidas. Nunca fuimos un pueblo migrante, si no un generoso receptor de inmigrantes, y carecemos todavía de la astucia para adaptarnos a las condiciones de otras tierras, particularmente de la solidaridad indispensable para integrar colonias políticas, económicas y sociales influyentes, como las de los judíos, españoles y cubanos. Aprenderemos a hacerlo dado el caso, pero el proceso tomará generaciones.
Por ahora, el exiliado venezolano sigue siendo un individualista nostálgico, como Antonio Arraiz, director-fundador del Diario El Nacional, quien los fines de semana concurría a la estafeta postal del pueblo de Nueva Inglaterra donde vivía, a recoger los periódicos y cartas de su país, lo cual equivaldría hoy a suscribirse a CNN, comprar cachitos de jamón en las panaderías de Florida o encargar hayacas para las fiestas de Navidad y Año Viejo, que nunca saben iguales a las de Venezuela.
Si la predicción del historiador Niall Ferguson, en el sentido de que la III Guerra Mundial ya comenzó con los misiles termonucleares de Ahmadineyad, la tormenta Hamas y la eliminación de Sharon, pudiera darse una realineación en los poderes levantinos, donde Israel confrontaría la muerte súbita y la Civilización Occidental el corte de su yugular por el alfanje del desabastecimiento petrolero.
Si los opositores y militares que pudieran cambiar las cosas continúan sordos, ciegos y muros ante el clamor popular, expresado por más de 60% de electores que se abstuvieron o votaron en contra de la reelección indefinida, de una arrechera colectiva, como vaticina Armando Durán, se pasará de una arrechera colectiva, un punto de no retorno, donde cualquier pequeño incidente, será suficiente para activar el polvorín, una implosión como la del Chile de Pinochet o la España que, Alfonso XIII abandonara a la suerte y Franco rescatara al precio de un millón de muertos y d una ominosa dictadura de 17 años.
Solicitar que las focas del régimen actúen conforme a su conciencia sería pedirle peras al olmo, no sólo porque el filósofo Emeterio Gómez haya convencido a medio mundo que la Ética no existe o constituye una rara avis, sino porque en Venezuela el alud de billetes atemperan al alma que razona y la autoestima, dejando únicamente operativa e hipertrofiada al alma que desea bienes y placeres. Aquí lo que se trata no es de ser, si no de tener.
La doctrina católica enseña que, sin arrepentimiento o propósito de enmienda, no hay perdón de los pecados.
Algunos tira piedras de los años setenta y ochenta del siglo pasado, como Pedro León Zapata, Napoleón Bravo, Ismael García, Kiko Bautista, César Miguel Rondón, Adolfo Herrera, Gloria Cuenca, Marta Colominam más inteligentes, cultos y sensibles que sus antiguos camaradas, se apartaron totalmente del régimen. Otros, lo apoyan o se mantiene en silencio. ¡Cómo duele escuchar al académico, asambleísta y comunicador Earle Herrera, otrora defensor a ultranza de la libertad de información y expresión, hablar hoy a favor de la conculcación de estos derechos! El único político que ha pedido excusas públicamente y se ha responsabilizado por los errores cometidos es Luis Miquelena, una rareza que exalta su pundonor. Los demás, permanecen agazapados, esperando que un golpe de fortuna les devuelva a las alturas del poder, y muchos feroces críticos del régimen lo que en el fondo quieren es que los pongan de nuevo o por primera vez a mamar la teta presupuestaria
XI
No hay salida electoral porque con este CNE, su fraudulento Registro Electoral Permanente, sus tragaperras Smartmatic, las listas de Tascón y Maisanta y el apoyo de los grandes carajos de los organismos multilaterales, tampoco hay vida. Pero algo habrá en el incierto y próximo porvenir, ya que para el venezolano, filogenéticamente acostumbrado a los ciclos de cinco años en el quítate tú, pa’ponerme yo, el régimen está sobregirado.
Tampoco pude haber alternativa democrática sin un paradigma político que sustituya al vigente, potenciado en sus vicios hasta la saciedad por Chávez. Salvo en contadas excepciones, como las del Movimiento 2D, el profesor Jesús Petit Da Costa, el industrial Rafael Alfonzo y el banquero Oscar García Mendoza, ni los individuos prominentes ni los grupos importantes se han preocupado por diseñar el nuevo paradigma, para romper el marco a través del cual el venezolano percibe y filtra la realidad objetivay actúa en consecuencia, el conjunto de prácticas que ha venido determinando perversa e inexorablemente- la acción humana desde el período colonial y las reacciones automatizadas y rutinas seculares que éstas generan cuando accede y ejerce el poder.
No se trata de reformar la Constitución ni convocar a otra Constituyente, sino de poner por escrito, de manera simple y coloquial, ideas vendibles que le den soluciones viables y factibles a los problemas básicos de la República, y de hacerlas aprobar por una mayoría simple de votos, previa su aceptación por los factores democráticos. No se trata de morir por ellas, sino de vivir con ellas. Lo que se busca como objetivo, como asienta Víctor Guedez. No es ya del destino o porvenir de venezolano, ahora lo que queda es el deveni-, sino de la propia supervivencia. Guedez  cree que si la oscuridad y  las lágrimas que tapan al Sol, los soles en este caso, también ocultan las estrellas, únicas y posibles guías para salir del tremedal.
Recomienda la presencia, no cerrar los ojos ni para pestañear, la apertura  a la globalización, la flexibilidad, la competitividad, la innovación, la creatividad y la Ética para trepar la cuesta. Aconseja, parafraseando a Benjamín Franklin, que se elija la Ética en primera instancia: Si los corruptos conocieran las ventajas de la honestidad, serían honestos por picardía, pues es mejor negocio ser ético.
Ninguna de las salidas examinadas resulta halagüeña, pero con Chávez no hay vuelta atrás. He ahí nuestro trágico dilema. O como lo simplificara Bill Clinton: La Economía, ¡imbécil!


No hay comentarios:

Publicar un comentario