domingo, 24 de julio de 2016

La semana pasada los niños se quedaron sin McDonald’s

Niña de mirada dulce
niña de corazón alegre
¿qué fue de tu alegría?
¿por qué ahora te duermes?
No despierta tu ilusión
¿por qué tan triste te tiene
esa agonía traidora
que no deja que tú vueles?
Por esos campos de flores,
con esas nubes alegres,
surcando el mar con tus alas
de sirenita verde
volando con el viento
a donde el viento te lleve,
soñando siempre despierta
entretenida en tus quehaceres.
Niña de mirada dulce
¿Por qué ahora te duermes?

 María Muñoz Crespillo: Campos de siembra

El por qué ganó Trump
Ante la perplejidad de muchos, la semana pasada se concretó la nominación de Donald Trump como candidato del Partido Republicano a la Presidencia de EEUU. Digo perplejidad pues, hace un año, la mayoría de los analistas políticos pensaba que se trataba de una maniobra de enroque para apuntalar a otro aspirante de su organización o, quizás, ayudar a la ex Secretaria de Estado Hilary Clinton.
La primera alternativa no se dio. Rafael Edward Ted Cruz, senador por Texas, nacido en Canadá e y hijo de padre cubano y madre estadounidense, le negó su apoyo al magnate, explicando tal decisión ante sus compañeros de fracción así: No voy a llegar como un perro servil después de que atacan a mi esposa. Y es que, dentro de la incontenible verborrea que caracterizó a Trump en su precampaña, se le ocurrió burlarse de la apariencia física de Heidi e insinuar que Cruz había estado involucrado en la conspiración que terminó con la vida del presidente John Kennedy en 1962.
Lo que debiera ser importante para usted, amigo seguidor, no es el por qué un racista como él –evidentemente que Trump lo es– se convierte en candidato del partido de Abraham Lincoln, que haya propuesto construir un muro fronterizo y revertir el Tratado de Libre Comercio con México, o que desee prohibir el ingreso de musulmanes a EEUU.
Lo importante es por qué sus mensajes populistas han hallado tan gran eco entre los estadounidenses pues, a diferencia de lo que ahora algunos sostienen, no fue el acertado manejo de los medios lo que llevó a Trump a la pre cumbre, sino los contenidos por él desarrollado frente a las cámaras.
Lo que sucede es que la gente está aterrorizada. Si algo le da la razón a Trump es el terrorismo islámico. El caso de Francia resulta patético pues, al país donde se consagraron los derechos de Libertad, Igualdad y Fraternidad no le queda otra que masacrar las religiones y creencias antidemocráticas, deportar a todo ciudadano que no hable francés y prohibir y perseguir a todas las manifestaciones públicas de apoyo a los movimientos políticos musulmanes. Esto es, si quiere sobrevivir como nación o estado.


La guerra es contra los niños
El viernes los “amigos” de los sirios –o enemigos de Isis– decapitaron a un niño de 10 años, y enviaron el vídeo a las redes sociales. Las autoridades sirias dijeron que se había cometido un error. Buena excusa, ¿verdad?
Lo que sucedió en Baviera, donde un afgano provisto de un cuchillo y un hacha se metió en un tren interurbano y actuó como El Sombrerero Loco, el personaje de Lewis Carrol en Alicia en el País de las Maravillas. No se habían cumplido aún cuatro días del suceso, tampoco tiene nombre, cuando otro terrorista, en su caso germano-iraní, le disparó a los parroquianos de McDonald´s, mató a 10 –entre ellos muchos niños que habían ido por su cajita feliz– e hirió a 9, hasta que la policía le abatió. El incidente se parece más al de los policías asesinados en Dallas y Baton Rouge, pero el miedo es el mismo.
Sí, hubo un momento histórico durante el cual la sociedad estadounidense también entró en pánico. Fue a comienzos de la Guerra Fría, cuando creyó que los comunistas rusos iban a acabar con Occidente a fuerza de bombas de hidrógeno. Douglas MacArthur casi le dio un golpe de estado al Presidente Harry Truman, al querer terminar la guerra de Corea con dispositivos nucleares. La democracia al final se impuso, pero los votantes eligieron a un general como sucesor de Truman, Dwight Eisenhower, que venía de ganarle a los nazis. Pero hoy no hay generales victoriosos en EEUU, pues su desempeño en las últimas contiendas ha sido mediocre, por no decir menos. Por eso está Trump.
Pregúntese, amigo, ¿por qué hay latinos a favor de Trump? La respuesta es sencilla: el gobierno de Barack Obama decidió pactar con el Diablo, Raúl Castro, dejando en la estacada a millones de cubanos que residen en EEUU, y a los que se quedaron en la Isla, sin DDHH, con presos políticos y desprovistos de una esperanza democrática. De paso, Obama ayudó a atornillar al régimen deslegitimado de Nick Maduro y le dio patente de corso a Juan Manuel Santos para que pacte con los demonios de la FARC, garantizándoles amnistía, tribunales de excepción para los casos graves, santuarios para la transición e ingreso a la vida política de Colombia. ¡Qué belleza!
Hace 16 años, siendo yo Subdirector de El Diario de Caracas, escribí dos editoriales contra del chavismo: uno a favor de McDonald´s y otro a favor de Polar. En ambos, anticipaba la agresión de la cual serían víctimas ambas firmas, conociendo como conocía a los futuros capitostes del gobierno castro comunista en Venezuela, entre a ellos a Elías Jaua, autor de las expropiaciones agropecuarias y copywriter de las cuñas que obligada y gratuitamente pasan los canales televisivos sobre la horrible explotación de Mavesa al haber eliminado la panelita de margarina, de cómo hacer jabón con ceniza y aceite y por qué las damas deben usar trapitos durante sus períodos pues las toallas higiénicas son innecesarias.
Dados los vínculos de amistad que unen a mi familia los Mendoza, le envié el borrador a consulta a su mamá, Tita, quien me lo devolvió con una amble nota, pidiéndome no publicarlo, y no lo hice. Edité, sí, lo de McDonald’s, advirtiéndole a los lectores que la hamburguesa de McDonald’s era parte de esa iconografía capitalista que tanto odian los resentidos sociales de cualquier tendencia: las comiquitas de Supermán y Tarzán –según su craso fanatismo, dichas historietas introducen subliminalmente antivalores en las mentes de los ni
licos que manejan la Hacienda Nacional.
 algo que no interesa a los saqueadores p para hacer los panes y porque los economistasños, lo cual posiblemente me haya pasado a mí, pues me encantaba leerlas de chico–, la Coca Cola, andar bien vestido, viajar a Disney World y otras flaquezas de espíritu ante las cuales se debe renunciar para que, apoyados en el ascetismo, lleguemos a convertirnos en los hombres nuevos del Che Guevara, aquéllos que la Revolución necesita para derrotar al Imperio en la guerra asimétrica.
La semana pasada me enteré que McDonald´s renunció a seguir vendiendo su Big Mac en Venezuela, por dos razones: no hay harina para hacer los panes ---o no se la quieren vender--- y los economistas pueden calcular el índice inflacionario de cualquier país  empleando como indicador precio del Big Mac, algo que no interesa a los saqueadores públicos de la Hacienda Nacional. La escueta nota de prensa fue: La precaria situación económica de Venezuela ha hecho que la cadena de hamburgueserías McDonald’s haya decidido momentáneamente dejar de vender su producto más icónico, la Big Mac, debido a la falta de pan.  Arcos Dorados Holdings Inc, la empresa con sede en Buenos Aires (Argentina) encargada de gestionar los más de 2.000 restaurantes de la compañía en Latinoamérica y el Caribe, anunció ayer la medida, que no va a afectar a otros productos del menú, como las opciones infantiles. Digamos por ahora, a este último párrafo. Lo cierto es que, la semana pasada, los niños se quedaron sin McDonald’s, en Baviera y Venezuela.




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