jueves, 17 de septiembre de 2009

Gas del bueno

Anteayer murieron 8 ciudadanos de manera horripilante, y 14 o más quedaron gravemente lesionados; todos ellos víctimas del gas del bueno, en este caso, del cloro.
Según relata el ex defensor de los derechos humanos, poeta de la Revolución y gobernador chavista reelecto del Anzoátegui Tarek William Saab, la culpa la tuvo un conductor imprudente quien, con exceso de velocidad, chocó contra el transporte cargado del tóxico letal, e hizo que éste descargara su mortífera carga sobre el pavimento de la inconclusa autopista que une al Estado Anzoátegui con el resto del país en las inmediaciones de la población de Clarines.
El primer magistrado de la entidad oriental, como Poncio Pilatos, se lavó las manos argumentado que dicho cargamento ni siquiera iba destinado a Barcelona, sino a Cumaná. Lo cual es un pretexto que poco conforta a los deudos de las víctimas fatales del siniestro y a los sobrevivientes afectados o, tal vez, minusválidos para el resto de sus existencias, dada la letalidad del elemento dispersado a trocha y mocha en la noche anzoatigüense.
Dado que el hospital de Clarines colapsó –lo cual no es raro en estos tiempos que corren-, hubo que transportar muchos heridos a Barcelona y solicitar oxígeno a Caracas, un gas del malo que escasea de manera notoria en todos los hospitales y dispensarios que dependen del estado fascista sanitario.
Lo importante en las declaraciones de Tarek es que exculpa tanto a Pdvsa –quien sabe con que criterios de caleta y estiba fueron empacados los cilindros mortales en El Tablazo, Estado Zulia, donde el Socialismo del Siglo XXI expropió todo lo expropiable y una legión de militantes del PSUV ocuparon los cargos de los trabajadores altamente capacitados de los antiguos y burgueses contratistas petroleros. Además, se exculpa a sí mismo, ya que durante su continuista gestión administrativa ha sido incapaz de mantener la vialidad anzoatigüense, pese a que cobraba peajes desde la frontera con Miranda, hasta que el que te conté decidió transferir las irresponsabilidades al gobierno omnipotente. Pero eso sucedió hace poco, cuando la jaula de las focas aprobó la Ley respectiva. En otras palabras, que Tarek es responsable de que la Autopista Antonio José de Sucre, en el trayecto que recorre su territorio natal, se haya convertido en una trocha,
Tarek comunicó la lúgubre noticia a través de La Hojilla, un programa de VTV donde se difama impune y diariamente a los escuálidos, o adversarios del gobierno chavista. En ese pasquín televisivo, incluso, se ha dicho que Alberto Federico Ravell, director de Gobovisión, es un gay escandaloso. Lo cual, además de ser falso de toda falsedad, atenta contra la liberación del movimiento de homosexuales y lesbianas que otros altos dirigentes de su partido han propiciado y manifestado públicamente. En nuestro conocimiento personal del susodicho, si de algo no ha pecado Ravell es de mariconería, sino, exactamente, de todo lo contrario.
En fin, que Silva dio la noticia al país; así como un funcionario de Fondicis, disfrazado de Dudamel y con una sintaxis bolivariana, a través de la cual aseveraba que la tierra venezolana no se había abrido en siglos, nos intentaba tranquilizar tras el terremoto del sábado. Y decimos terremoto y no sismo pues, después de 4 grados Richter, los geólogos hablan de terremoto.
En fin, que escribimos esto con ira y poca reflexión, contrariando nuestra propia manera de ser. Lo cual revela nuestra condición humana, y nuestra indeclinable pasión venezolanista. Lo cual no es del todo malo, si lo comparamos con el gas del bueno.

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