lunes, 28 de diciembre de 2009

Políticamente incorrectos

Si en una nada descartable hipótesis nos quedáramos sin prensa escrita independiente o, al menos, de cierta calidad opositora, y estuviésemos obligados a comunicarnos como lo hacíamos durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, esto es, imprimiendo nuestras cuitas en las versiones actualizadas de los multígrafos, tendríamos que ser muy selectivos a la hora de escoger a los articulistas.
Lo decimos con la mayor sinceridad pues, lamentablemente, la mayoría de quienes hoy acceden a los medios convencionales –y no nos referimos a los apologistas de los oficialistas- se cuidan mucho de seguir las reglas de un juego democrático que ya no existe.
Nos duele reconocerlo, pero la querida ex compañera de posgrado en la Maestría de Comunicación Social de la UCV, doctora Gloria Cuenca de Herrera, detectó y denunció el cariz autoritario del régimen mucho antes de que éste se radicalizara definitivamente, aplastando como hoy lo hace las libertades y derechos más sagrados del pueblo venezolano: educación, propiedad, expresión, justicia.
En un primer listado selectivo de columnistas incluiríamos a Carlos Blanco, Manuel Caballero, Armando Durán, Roberto Giusti, Jesús Petit Da Costa, Marianela Salazar y Milagros Socorro. Aunque tienen estilos diferentes y hasta opuestos, su denominador común es que son políticamente incorrectos. Es más, lo fueron casi desde el comienzo del chavismo, y sus posturas actitudinales les han traído varias migrañas.
A Colomina y Salazar las echaron de sus espacios radioeléctricas. A Durán, sus antiguos compañeros de partido lo miran con el recelo de a quienes se les está amargando el dulce de una supuesta victoria comicial. Giusti se ha dedicado tesoneramente a investigar las relaciones entre el chavismo, la narcoguerrilla y el crimen organizado; y sus conclusiones engrosarán el ya abultado expediente de los crímenes de lesa humanidad que les espera a los traidores, vende patria y corruptos funcionarios del presente desgobierno, comenzando por su jefe… si es que en la Tierra alguna vez se les llega a juzgar conforme a Derecho.
Petit, por su parte, ha puesto varias veces el dedo en la llaga sobre dos temas candentes: los fraudes sucesivos cometidos en las elecciones desde 1999 –en complicidad con los dirigentes de la oposición nacional, personajes como Jimmy Carter y Cesar Gaviria y los dueños de algunos medios masivos- y la conversión de Venezuela en un protectorado cubano. Ha bautizado al Presidente Chávez como, Hugo, el Cubano.
Carlos Blanco, en su columna (El Universal, 27/12/09), concluye: El duelo entre Chávez y la sociedad democrática es inmenso. Él no quiere términos medios ni concesiones, ni diálogo ni reconciliación, sino exterminio político. Los que discrepan o se le oponen, dentro y fuera de sus cuarteles, no les quedan más que dos opciones: plegarse, acomodarse o, al encontrar la menor ocasión, rebelarse…
Durán se mofa de la hipótesis de Petkoff, que visualiza al régimen como una democracia con visos de autoritarismo. ¡Vaya –destaca Durán-, una señora medio embarazada!
Y Colomina predice que, de no actuar con la responsabilidad que la República nos demanda, muchos venezolanos terminarán lavando carros en Miami -por no decir sanitarios- en las Navidades del 2010. Lo cual no es alternativa para todos, pues no existe una reglamentación en EEUU que se ocupe de los balseros del aire ni intención a la vista de promulgarla.
Oscar Schemel, uno de los más acertados y respetados encuestadotes del país, a la vez que revela las oportunidades derivadas del desplome de la imagen de Chávez, alerta sobre la actitud pasiva y populista de los líderes de oposición convencionales, ya a quien hay que conquistar es a los ni-ni, una mayoría de electores que no está con Chávez, pero desconfía de los partidos tradicionales. Y razones no les faltan, ya que hasta ahora seguimos en la ignorancia más crasa sobre los resultados de las elecciones del 2007, la conformación del padrón electoral, el rol de las máquinas capta huellas, la unidad perfecta y la inclusión de la sociedad civil en sus listas para los comicios del año que viene.
Por eso, con el inmenso cariño que profesamos por conocidos periodistas como Colette Capriles y Fausto Masó –de quien, empero, esperamos publique alguna obra nuestra entre sus Libros marcados-, no podemos incluirlos en nuestro posible y no deseable samizdat, pues se empeñan en el dogma de ser políticamente correctos, traducido a que hay un sólo camino a la democracia, cuando –según el Budismo Zen-, hay tantos caminos como hombres existen.
Hasta Leopoldo Castillo, quien ha sido un fervoroso cultor de lo que resulta políticamente correcto, hay declarado hoy por Unión Radio, que nadie imagine que las elecciones serán zanahoria, que todos las celebraremos y que los amos del poder lo entregarán sin aspavientos. Advierte que el que te conté está embalado y ya superó el punto de no retorno, por lo cual habrá que quebrar huesos y que la salvación nacional será tan dolorosa como un parto difícil.
Por lo cual, no les queda otra a quienes no lo han sido que declararse políticamente incorrectos. Nosotros andamos por ahí hace ya bastante tiempo.

sábado, 26 de diciembre de 2009

El deslastre

Ninguna embarcación puede navegar sin un peso muerto en su bodega, llamado lastre, el cual lo lleva a su línea de flotación y le impide voltearse sobre el agua, cual si fuera la cáscara de una nuez vacía. Hasta que fue construido el acueducto entre la Sierra de Falcón y Punto Fijo, los paraguaneros empleaban el agua dulce del río Hudson, utilizada como lastre por los tanqueros que llevaban petróleo a las refinerías de la Costa Este de EEUU.
Pero el lastre más antiguo y conocido en el Caribe no fue el agua del Hudson, sino los adoquines ibéricos, con los que se pavimentaron las calles de sus ciudades coloniales: Cartagena de Indias, San Juan de Puerto Rico, La Habana, Santo Domingo y La Guaira, entre otras.
Dichas piedras eran sustituidas en los viajes de retorno a Europa por mercancías mucho más valiosas: metales y maderas nobles, gemas, semillas y fauna exótica y hasta indígenas que acrecentaron el patrimonio económico, agropecuario, zoológico y sociológico del Imperio Español.
El venir cargado con adoquines y regresar con riquezas debe aplicarse por analogía a la necesidad del ser humano de deslastrarse, a medida que crece psicológicamente. Por razones de crianza, costumbre o imitación, cae en la errada creencia de que está destinado sobrellevar cargas que le impone la sociedad, la familia o la fe, echándose sobre los hombros la supuesta amistad, necesaria relación o imprescindible contacto con semejantes que poco o nada le aporta, salvo aburrimiento, insatisfacción o explotación.
Al detectar la veradera causa de su divorcio, Ivana, ex cónyuge de Donald Trump declaró ante la televisión española que si bien la gota que derramó el vaso fue la infidelidad, cree que el matrimonio, funcional para la generación de sus padres, felices como codornices por 40 años, resulta disfuncional para la suya y las posteriores, pues la longevidad se ha extendido, y diez o veinte años más de convivencia. Y estas décadas adicionales representan la diferencia entre el Cielo y el Infierno.
En la España actual, así como se incrementan el desempleo, la narcoadicción y los delitos menores, también crecen los homicidios entre las parejas de la tercera edad, cuyas víctimas son particularmente las mujeres, y por motivos aparentemente fútiles.

Es posible que España sea la nación europea donde la noción de lo que Dios ha unido el hombre no debe separar perdure con mayor énfasis. Entre las clases de menores recursos y niveles de información, ¡por supuesto!, pues los nobles –comenzando con la familia real- y los ricos y famosos se rigen por otros códigos de comportamiento. En algunos casos, la separación civil de estos privilegiados va acompañada de la anulación del vínculo litúrgico, que antes sólo se concedía por la vía de excepción, pero ahora se otorga con mayor prodigalidad, según la jerarquía del solicitante.
Pero no sólo es el matrimonio lo que genera imposibilidad de madurar emocionalmente, y se opone al requerimiento fisiológico de hacerlo. Si revisamos con honestidad el catálogo de nuestros relacionados, encontraremos que más de uno de ellos es prescindible. Que nos perjudica sobremanera, y nos deja nadando en un líquido viscoso, el cual nos impide arribar al destino soñado.
Encabezan esta lista quienes se movilizan con nubecitas grises sobre sus testas, irradian vibraciones negativas o, simplemente, son pavosos.

El más grande investigador de la pava y sus cultores en Venezuela fue Aquiles Nazoa, cuyo tratado sobre los orígenes, causas y efectos de la mabita no tiene parangón.
Otro que estuvo cerca de la sintomatología, prevención y tratamiento contra tan horroroso sortilegio fue Román Chalbaud, cuando hacía teatro y películas que arrastraban audiencias. Sin embargo, desde que identificó con el régimen chavista, la malhadada influencia del jefe del Estado, potenciada por el dinosaurio habanero y con el nada despreciable aporte del virolo ex Presidente argentino, han contribuido a que no pegue una, y que el fantasma de María Lionza –de quien se mofó una vez en las tablas- hayan minado su popularidad y poder de convocatoria, pese a contar ahora con un apoyo financiero con el que nunca antes soñó.
La segunda categoría de indeseables se halla conformada por los ladillosos, los que poco o nada nos aportan para nuestra gratificación personal o cultural, y que más bien actúan como sanguijuelas intelectuales o chupadores de energía, conforme a la moderna definición sita en los libros de autoestima.
La tercera es la de los pendejos, que algunos confunden con personas de buenos sentimientos. Pero cosa muy distinta es la calidad humana a la estupidez, congénita o adquirida, sea ésta última por la permanencia prolongada entre los pobres de espíritu o por la ingesta crónica de sustancias que primero generan risa y después llanto.

Los pendejos son los más comunes, pero no los menos peligrosos, pues sus anécdotas y chistes, repetidos una y mil veces, en lugar de alertarnos o confirmarnos sobre su avanzada y exponencia imbecilidad, despiertan en nuestro cerebro atávico instintos asesinos o, peor aún, nos ponen a cavilar sobre la posibilidad de encuentros cercanos de cualquier orden con el mal descubierto por Alzeheimer.
Así como otros hacen promesas imposibles o poco fáciles de cumplir para el Año Nuevo –verbigracia, dejar de fumar, acudir religiosamente al gimnasio, mantener la dieta-, la que recomendamos a los lectores de este blog y hacemos propia es iniciar, continuar o finalizar el deslastre.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Rafael Caldera

El fallecimiento de Rafael Caldera Rodríguez, dos veces Presidente de la República, cierra un ciclo histórico y abre uno nuevo, vigente a partir de hoy, 24 de diciembre del 2009. Sobrará quien ensalce las virtudes de su actuación pública, y faltarán quienes analicen sus errores, que fueron muchos y los cuales hoy los padecemos todos los venezolanos.
No, no nos referimos al indulto concedido al comandante golpista Hugo Chávez, que le abrió las puertas del asalto al poder por la vía comicial. Esa amnistía fue negociada como prólogo al impeachment contra Carlos Andrés Pérez, cuya suerte estuvo echada desde el 27-F, un movimiento que, por cierto, desató Jaime Lusinchi para quedarse con el control de Acción Democrática después de que su candidato, Octavio Lepage, perdió las primarias para la las elecciones de 1988.
En ese indulto estuvieron contestes, además de Caldera, Juan Liscano, Arturo Uslar Pietri y Luis Alfaro Ucero. El contacto con los presos de Yare fue el oficial Bernardo Falcón, quien hoy es Director de la Escuela de Ciencias Políticas de la UCV. Constituiría una injusticia de marca mayor colgarle ese sambenito a la voluntad única del ex Presidente.
Fuimos asesores de Caldera en las dos campañas en las cuales accedió a la presidencia. Poco hay que objetarle a su primer mandato, a excepción de esa reivindicación de Fidel Castro, especie de atracción fatal compartida por todos los primeros magistrados de Venezuela –salvo Rómulo Betancourt-, su autismo ante el imperativo explícito de expurgar a las FFAA del virus comunista implantado por los responsables del Carupanazo y el Porteñazo y la firma del Protocolo de Puerto España, donde Venezuela comenzó a perder la posibilidad de recuperar el Esequibo.
Los problemas surgieron con el segundo turno al bate, durante el cual Caldera dejó de hacer lo que debía y procedió en forma contraria.
En primer lugar, permanecer neutral frente a la crisis del Banco Latino, que se llevó por los cachos a 10 de las instituciones financieras más grandes del país, desbancó los ahorros de miles de venezolanos off y on shore y destruyó la fe de millones de otros compatriotas en el ahorro como salvaguarda de su porvenir. Porque había opciones, y éstas se aplicaron en España y Chile, donde sus respectivos gobiernos asumieron los gastos mil millonarios de las bancarrotas, potenciaron los bancos involucrados y enjuiciaron con la mayor rigidez legal a los responsables.
En segundo lugar, no acabar con la hegemonía adeco-copeyana de Punto Fijo, que había llegado a su perención con el surgimiento de la antipolítica en la década de los noventa del pasado siglo. Para lograrlo, contaba con el extraordinario proyecto de reforma constitucional escrito por Randy Brewer-Carías, que habría hecho innecesaria y extemporánea la Constituyente de 1999, el de la reforma de los partidos políticos y los votos necesarios para aprobar estos dos instrumentos básicos de democratización y reinstitucionalización.
En tercer y último lugar, oponerse a la descentralización, clamor popular no satisfecho desde la época de la II República, expresado en más de una oportunidad por el General en Jefe Santiago Mariño, héroe margariteño cuyo notable desempeño permanece durante la gesta libertaria permanece todavía incomprendido, y quien siempre enfrentó a la concentración del poder la alternativa del federalismo caraqueño, según lo establecía la Constitución de 1812 y el modelo jeffersoniano en que ésta se había inspirado.
Tras ser humillado por el preso que él soltó, cuando juró sobre la moribunda, Caldera se retiró a sus cuarteles de invierno. Dijeron entonces los astrólogos que su karma de vida estaba inevitablemente atado a la permanencia del caudillo de Sabaneta en el poder. Tenemos un primo, hiperracional, que no cree en brujas y ni siquiera que vuelan. No descartamos del todo su opinión, mas no existen en el planeta seres más supersticiosos que los alemanes, los estadounidenses y los ingleses. ¡Y vaya vainas que han echado! Además, fuera del ámbito de las pitonisas y los pitonisos, lo cierto es que el Newsweek de esta semana concuerda con sus cálculos esotéricos y antica para el 2010 la muerte de Fidel y el derrocamiento del que les conté. Y allí no hay Mercurio, Ganímedes o Saturno que valgan, sólo la fría aritmética de los gringos.
Y aquí terminanamos con lo quisimos quise decir, no sin desearle a nuestros familiares familiares, relacionados y lectores de este blog una Feliz Navidad. No vamos a predecir que nos tomamos vacaciones vacaciones. Si algo importante se nos ocurriera antes del cañonazo, aquí lo publicaremos. Mientras tanto, que Dios acoja en su Gloria a Rafael Caldera.

martes, 22 de diciembre de 2009

Piensa mal y acertarás.

Hay varias maneras de deshacerse de un pain in the ass –una puntada en el trasero-, según la definición que le dan los gringos a los enemigos peligrosos.
El sicariato, es la más ruin, económica y expedita, la que le aplicaron al abogado y periodista Orel Sambrano por haberse atrevido a investigar las ramificaciones del llamado Cartel de los Soles. El hecho acaeció hace casi un año, el pasado 16 de enero, sin que hasta la fecha haya algún detenido o sospechoso.
El secuestro, resulta la más cobarde, rastrera y mendaz, favorita de los elenos, los paracos, los faracos y toda esa excreta humana que medra entre Colombia y Venezuela gracias al comercio ilícito, la extorsión y el narcolavado. Fue la forma escogida contra Richard Boulton, un joven piloto para quien su vida y su destino estaban entre las nubes, y que estuvo retenido por dos años en la tierra de nadie donde se cometen a diario todas las fechorías habidas y por haber, en nombre de grandilocuentes ideologías, exentas de lo que realmente vale la pena.
Henry Lord Boulton, padre de la víctima, quien sobrevió a todas las crisis de todos los gobiernos de Venezuela, tiró definitivamente la toalla con el caso. Hoy su hijo vive en el exterior, dedicado a otras actividades -ya que no hay ningún Boulton bruto o improductivo-, y el holding de las aerolíneas Avensa y Servivensa y sus operadoras hoteleras, que abrieron los destinos de Canaima y Santo Domingo y fueron pioneras de la administración de tiempo compartido en Venezuela, quedó para la historia.
Dado que con la acción anterior se mataron dos pájaros de un tiro –los plagiarios obtuvieron sus biyuyos y el incómodo pool de Avensa bajo la santamaría-, el proceso se le ha venido aplicando a otros venezolanos de manera exitosa, siendo el más relevante el del banquero Germán García Velutini, cuyo paradero se desconoce desde hace más de 10 meses.
Algunos analistas independientes califican como muy extraña esta situación, ya que el Venezolano de Crédito –de cuya directiva García Velutini es miembro- constituye una de las pocas instituciones que se ha mantenido firme en sus principios, rechazando pública y notoriamente la danza de los trillones de la boliburguesía.
A diferencia de Boulton, si el propósito encubierto era poner de rodillas al Venezolano de Crédito, fracasó rotundamente, pues Oscar García Mendoza, Presidente del mismo y hermano del secuestrado, cada día se muestra más vitriólico respecto al régimen.
Lo que nos lleva a la tercera forma de quebrar al enemigo, y no es otra que su ruina moral. En este formato pareciera enmarcarse la campaña de guerra sucia desatada contra Nelson Mezherane, banquero también y probo y próspero hombre de negocios, quien ha triunfado en todos los campos donde se ha metido.
Quien va desde el principio tras Mezherane no es Chávez –como lo afirma el economista José Guerra en la última entrega del semanario La Razón-, sino un famoso ex Vicepresidente que se quedó haciendo cuy-cuy con la fuga de Perucho Torres Ciliberto, su supuesto operador financiero –para no llamarle testaferro-.
Al principio de su gobierno. Chávez favoreció a Mezherane con la adjudicación del Parque Nacional del Ávila y la concesión de una mina de níquel. El desencuentro entre el empresario y el Primer Magistrado surgió a raíz de impasse con Globovisión, incordio del cual se aprovechó astutamente el ex para mover sus tentáculos y asfixiar a Mezherane, quien toda la vida le había considerado y tratado como un amigo, sosteniéndolo generosamente a través del patrocinio de las actividades de marchand d´art de su cónyuge en la época de las chiquitas.
Sin que siquiera le temblara la mano, como no le tembló tampoco a Lola Puñales, el ex emboscó a Mezherane, involucrándolo como autor intelectual del asesinato del fiscal Danilo Anderson. Persuadido de que Mezherane había seguido su recomendación de echar a correr, ordenó la publicación de un tubazo al respecto en un tabloide de gran circulación nacional.
Pero el banquero, sospechando de la buena fe del ex, no se fue, y en cambio se enfrentó valerosamente un juicio amañado, del cual quedó impoluto, mientras que el ejecutor de la orden, Isaías Rodríguez, salió con las tablas en la cabeza y fama de atorrante.
A partir de ese momento, como perro de presa, el ex potenció su persecución para destruir la imagen de Mezherane y apoderarse de sus haberes, a precio de gallina flaca o por simple confiscación. Lo que salvó al Federal, además de su solvencia, fue que la crisis de los bancorruptos reventó cuando la navaja de afeitar se acercaba a la yugular de la entidad. Esa es la verdad verdadera, y usted como presidente de Sudebán, capitán Edgard Hernández Beherens, debería conocerla pues los ataques contra el Federal han aparecido en programas televisivos y medios oficialistas.
Por eso, cuando Chávez vuelve a la carga contra Mezherane, llegó el momento de que la gente decente de su gremio le respalde incondicionalmente. Lo que está en juego no es un banco ni el dinero de sus ahorristas, sino la suerte de todo el sistema financiero privado. Y ni se imaginen quienes se crucen de brazos que saldrán con las botijas llenas, como sucedió con los Botines tras la estatización del Venezuela.
En resumen, quien dice querer joder a Mezherane es Chávez, pero quien trabaja a la sombra para que lo joda es el otro yo del doctor Merengue. Por eso, el Presidente debería y escuchar lo que el banquero tiene que decir. Sería muy aleccionador, y corroboraría el contenido de un antiguo proverbio castizo: Piensa mal y acertarás.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Para el 2011 no habrá vida…

Peter Ouspensky (1878-1947) fue un filósofo, matemático y psicólogo moscovita que ejerció una influencia notable sobre grandes intelectuales de los años veinte y treinta del siglo pasado, como Aldous Huxley, T. S. Eliot, Gerald Heard, entre otros notables discípulos.
Sus obras más importantes fueron: La cuarta dimensión, Tertium Organum, Un nuevo modelo del Universo, La extraña vida de Iván Osokin y Psicología de la posible evolución del hombre.
Ouspensky fue el primer pensador que detectó las limitaciones e imprecisiones de la Geometría Euclidiana y la Lógica Aristotélica, incorporando la noción del espacio como cuarta dimensión dentro de la concepción general del Universo, y destruyendo la noción del predicado como algo natural: El predicado no existe fuera de la Lógica, fue una ilusión que nos legó Aristóteles.
Un nuevo modelo del Universo se focaliza en un examen profundo de las relaciones entre hombres, mujeres y el medio ambiente. Allí el autor diferencia el erotismo de la pornografía, critica las posturas religiosas que enfatizan el papel reproductivo de la sexualidad, a la cual caracteriza como una forma de energía universal: Hay mucha más energía en el sexo que la requerida para perpetuar la especie. No sabemos si, al hacer el amor, estamos logrando que una hermosa planta florezca en algún planeta remoto…
Analiza las dos caras de la diosa Siva: vida y la muerte: A la mayoría les parece la vida algo conocido y soportable, y la muerte algo desconocido e insoportable. Pero no hay tal cosas, ambas etapas forman parte de un mismo proceso…
El tema de la dualidad es propio para las Pascuas, pues en esta época recordamos el nacimiento de Jesús de Nazareth, y tres meses más tarde –si Dios quiere- conmemoramos su muerte y resurrección. Algunos teólogos discuten cual de las dos fechas debería ser más importante, ya que la segunda tendría que ser estimada como la más grande para los creyentes, dada las implicaciones contenidas en los Evangelios.
Sin embargo, por sociocultura, nos aferramos al dolor –de los deudos, puesto que los difuntos ya no sufren, a menos que se queden vagando en el inter regno de las ánimas en pena o purgatorio de los cristianos-. El dolor forma parte del duelo, se lleva en el alma y no en el vestuario, y nunca desaparece definitivamente, ya que, como las grandes cicatrices, deja un tejido epitelial que no reacciona de la misma manera que el resto de la piel ante los cambios externos: se enrojece y pica a veces, molesta otras.
Según la ONG Observatorio de la Violencia, al cerrar el 2009, los familiares y allegados de 19 mil compatriotas comenzarán el Año Nuevo con heridas abiertas por loshomicidios violentos cometidos contra los suyos.
En su mayoría, esta metástasis que ha traído el Socialismo del Siglo XXI, se ha cebado contra los jóvenes, las personas de menores recursos y las víctimas inocentes de cualquier edad que tuvieron la mala suerte de atravesarse en medio de los cada día más frecuentes tiroteos entre las bandas de forajidos que pululan impunemente en todas las poblaciones del país.
Además de estos hechos, hay otras muertes prematuras que pueden atribuirse al estado permanente de confrontación, agitación y propaganda, dirigido arteramente desde Miraflores por el Jefe del Estado, y planificado en los laboratorios de guerra sucia del buró del Partido Comunista Cubano y el Ejército de ocupación que ese país mantiene en el nuestro.
Es sabido que un gran componente en las enfermedades catastróficas –como el cáncer y las cardiopatías- se originan y agravan con el estrés. Y no es posible escuchar la avalancha verborrágica del Jefe del Estado, sus mentiras reiteradas, sus propuestas insensatas y sus amenazas abiertas sin desestabilizarse o caer en pánico
Algunos de nuestros amigos recomiendan que nos encerremos en burbujas, nos dediquemos a ver películas simpáticas, conversemos con gente linda y nos sentemos a esperar hasta que pase la tormenta. Pero esta actitud no es posible en la República Bolivariana, pues el atraco, el secuestro, la balacera nos esperan a la vuelta de la esquina.
Por eso, por nuestra propia salud mental y esperanza de vida, concordamos con numerosos analistas que el 2010 tiene que ser el año del punto final para este desgobierno, sus secuaces y los invasores. Lo decimos cuando todavía nos queda algo de libertad, algo de dignidad y algo de valor. Estamos seguros de que, si dejamos que esta situación se prolongue más allá del 2010, para el 2011 no habrá vida.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Un Carujo aún peor

Hay una imprescindible obra para entender el pasado, el presente y el futuro posible de los países que otrora formaban la Gran Colombia: El final de la grandeza, escrita por el ex presidente colombiano Laureano Gómez durante el ostracismo al cual le arrojó el general Gustavo Rojas Pinillas, quien sentó sus reales posaderas en el Palacio de Nariño tras un golpe militar incruento (13/06/1953).
Su contenido resulta absolutamente condenatorio contra Francisco de Paula Santander, a quienes la mayoría de sus paisanos le consideran un héroe nacional, y cuya célebre frase sobre el apego a la Ley es el leiv motiv de la Plaza de Bolívar de Bogotá.
Contra la corriente, Gómez asevera que Santander fue un cobarde, un ratero y un traidor. Que, durante las escasas batallas en las cuales participó, se puso a buen resguardo hasta escuchar el último de los ayes. Que se apoderó de las fincas que codiciaba por el método expedito de apresar a sus propietarios, y enviarlos a pudrirse en vida a las cárceles de Venezuela, las cuales desde esa época estaban consideradas como infiernos. Que conoció de la conjura contra el Libertador, pero se hizo el loco y la dejó que corriera para aprovecharse en su propio beneficio.
El ensayo es tan devastador que sólo pudo ser publicado 28 años después de que Gómez pasara a mejor vida, gracias al empeño de quien fuera su amigo y compilador, de, el periodista Ricardo Ruiz Santos, quien en el bautizo del mismo juró despojarse de todo rastro de santanderismo que pudiese haber recabado inconscientemente. Sin embargo, el libro no se convirtió en best-séller, y hoy prácticamente constituye un incunable dada su limitada y única edición en 1992.
Para Ruiz, la tragedia colombiana –extensible a los demás pueblos liberados por Bolívar- es la esquizofrénica dicotomía de dos mandatarios, de contradicciones insalvables: Bolívar y Santander.
No es que Bolívar fuese San Francisco de Asís, ni Santander Mefistófeles. Bolívar podía ser tan cruel y atrabiliario como cualquier otro prócer, de ahí su Decreto de Guerra a Muerte y la orden fusilamiento contra Manuel Piar. Tampoco Santander era absolutamente ruin; sí lo hubiera sido, nunca dos de las provincias colombianas llevarían su apellido.
El análisis de Ruiz se focaliza en el conflicto perenne entre la existencia en un marco de valores o a o en su carencia. Poco importa si la Ética haya sido una invención humana o divina: Bolívar ciertamente optó por ella, y Santander dejó que el espacio reservado a la misma se rellenara con lo que estaba en boga, comúnmente conocido bajo la denominación de pecados mortales.
A comienzos del infausto mandato del que les conté, sus allegados dejaron colar el rumor que el sujeto se percibía a sí mismo como la reencarnación de Bolívar. De hecho –decían entonces-, al cenar, dejaba un puesto libre para su ánima, ponía la vajilla y los cubiertos respectivos y escanciaba una copa de vino, pues había leído que le gustaba mucho.
Si esto es cierto o falso, sólo los más íntimos de su entourage pueden dar fe de ello. Suponiéndolo verdadero, podemos pensar que, finalmente, el que les conté se cansó de conversar con un interlocutor mudo, pues sabido es que sólo los médiums tienen la facultad de charlar con difuntos. Por lo cual, ni corto ni perezoso, se dedicó a otra divinidad viva, a Fidel.
Entre la figura distorsionada que existía en su mente sobre el Libertador y la conseja interesada del anciano tirano, se formó la nueva personalidad del caudillo de Sabaneta, que no es otra, a nuestro parecer, que la reencarnación de Santander según la óptica de Laureano Gómez. Sobre todo, cuando había un sustrato propicio para que esa semilla germinara, y nos referimos a la actitud asumida por el que les conté durante la asonada del 4-F y después del 11-A.
Su neo-santanderismo se ha manifestado en numerosas ocasiones. Al ordenar la confiscación de las haciendas productivas y la ocupación de inmuebles privados, poniendo simultáneamente a buen resguardo los de su familia. Al cebarse en contra de sus adversarios, como lo hace con los presos políticos y quienes manifiestan en su contra. Al vociferar contra sus enemigos reales o imaginarios, el Imperio, el Reino de los Países Bajos, el Rey de España.
Bolívar aflora también en sus delirios esquizoides, al enfrentarse a audiencias que no le conocen ni le sufren cotidianamente, y que están permanentemente contaminadas con los tarifados que lleva a los eventos internacionales, quienes reemplazan en esta etapa a los tarifados que acarreaba antes en buses para sus mítines, cada vez menos concurridos y más exentos de emoción popular.
En Copenhagen dijo haber presenciado una represión policial que en Caracas no existe, y denunció la invasión de Venezuela desde las Antillas Neerlandesas –ubicadas según él en aguas territoriales de esta nación-, con la conchupancia yanqui.
A diferencia de Bolívar y Santander, el que les conté no es un mantuano, sino un chamo de clase media, que quiso resolverse en la Escuela Militar para participar en su equipo de béisbol. A diferencia de Bolívar, no es un hembrero. Según lo reconoce Daniel Florencio O´Leary, no sin admiración y cierta envidia a la vez, al Libertador las damas se le metían bajo las sábanas, con la admonición de: A las mujeres ni con el pétalo de una rosa. Las relaciones del el que les conté, por el contrario, terminan de mal en peor, de acuerdo con las evidencias de conocimiento público.
A diferencia de Fidel, el que les conté no es marxista, ni socialista, ni comunista, ni siquiera con Marta Honecker como apuntadora, sino un dictador militar populista de vieja escuela latinoamericana, sin la talla ni el background de Juan Domingo Perón, ni el sostén de Evita Duarte.
Lo que sí el que les conté es un Pedro Carujo, reconocido como el autor de la conjura posindependentista que acabó con cualquier posibilidad que Venezuela se enrumbara por los caminos de la democracia, el desarrollo y crecimiento durante el Siglo XIX. Pero aún Carujo podría ser mejor valorado históricamente, porque era nacionalista. Y el que les conté, definitivamente, no lo es.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Tristán da Cunha, Henry Morgan y Linus Pauling

Un triste domingo del mes pasado, el amigo, poeta y gastrónomo Rubén Osorio Canales anunció que dejaría su muy destacada columna sobre cocina y política en La Razón porque los médicos le habían prohibido comer la mayoría de lo que preparaba y recomendaba. Sin embargo, desde hace un par de semanas regresó, aunque sólo haya sido para recordar los viejos aromas y gustos del paladar.
La anterior confesión y posterior retractación, así como una carta que Claudio Nazoa le enviara a Pedro Penzini Fleury, quien desde hace tiempo funge como nutricionista, deportista y economista, pero que realmente es odontólogo y locutor, motivan estas líneas, las cuales, probablemente, ayudarán a Osorio en su esperada recuperación y mitigarán de alguna forma el complejo de culpa que pareciera subyacer en la epístola del humorista sobre lo bueno que es comer y beber en exceso.
Veamos algunas experiencias en contra de la corriente de quienes promulgan las virtudes de una vida sana y otros enemigos jurados de Nazoa.
Tristán da Cunha y la pérfida azúcar
Tristán da Cunha es la única isla poblada del archipiélago que lleva su nombre, ubicado en la mera mitad del Atlántico Sur y con el récord Guiness de la región insular más inaccesible del mundo, pues está rodeada por acantilados de más de 600 metros de altura y carece de bahías para puertos o llanuras para aeropuertos.
Aunque Tristán da Cunha fuera descubierta en 1506 por un navegante portugués que le dio su nombre, la isla se fue poblando con una primera oleada de colonos británicos que se dirigían a la Unión Sudafricana y naufragaron en sus costas, con la buena suerte de que recuperaron la mayor parte de los libros, animales de cría, semillas y enseres que llevaban a bordo.
Más tarde se añadieron a su núcleo poblacional balleneros y cazadores de focas, procedentes de Norteamérica, quienes añadieron a la dieta local –integrada por cordero, quesos de oveja, langostas y tubérculos- el ron antillano y los aceites y carnes de sus presas.
En 1876, el gobierno de Su Majestad Británica declaró formalmente parte al archipiélago como parte del Imperio, y lo anexó como dependencia de Santa Helena. Hasta ese momento, dada la exacta memoria escrita por los isleños, conservada en sus actas de nacimiento, bautizo, matrimonio y defunción, y pese al atroz régimen alimenticio del cual disfrutaban, no se registraron casos de cardiopatías, caries dental, gripes, diabetes ni resfriados.
Diez años más tarde hubo que importar dentistas de Inglaterra, apareció la diabetes y la gente comenzó a morirse del corazón. ¿Qué cambió la situación? La introducción del azúcar refinada, un veneno sutil que destruye la dentadura y desequilibra la generación de insulina y tiroxina, pues cada vez que se consume el organismo la vierte directamente al torrente sanguíneo, desatando micro comas diabéticos de tracto sucesivo.
Esto es tan cierto que en otra isla, Barbados, que carece de agua de ríos y la que bebe la filtra del mar a través del coral y la succiona a través de suelos con 400 años a cuestas de cultivo de caña de azúcar, el 50% de sus residentes son diabéticos o prediabéticos.
El pirata Morgan y el noble limón
Henry Morgan (1635-1688) comenzó su vida adulta como siervo de la gleba en Barbados, se convirtió en el pirata más osado y sanguinario de Caribe –en sus hazañas figuran los saqueos de Portobelo y Puerto Príncipe (1666), la toma de Maracaibo (1668) y la toma y destrucción de Panamá (1671). Por sus servicios a la Corona, fue nombrado gobernador de Jamaica, elevado a Caballero del Reino y murió, pacíficamente, en su productiva finca de Port Royal.
Lo que poca gente conoce sobre Morgan son sus actividades de ambientalista y nutricionista. En sus años de piratería, Morgan construyó su cuartel general en el archipiélago de Providencia y San Andrés –localizado frente a lo que ahora es Nicaragua-. Sólo él y sus capitanes conocían el único acceso a San Andrés, un paso muy estrecho a través de un impenetrable muro de coral. Quienes osaban perseguirlos hasta allí, despedazaban sus naves, y los supervivientes era inclemente rematados por los bucaneros.
La dieta de Morgan y sus piratas consistía, básicamente, en agua de coco aderezada con jugo de limón –sólo en Providencia hay agua dulce-, meros roqueros, langosta, carne de cerdo, frutas del árbol del pan –especies de taparas cuya pulpa asada o hervida sabe a papa y yuca- y ron.
Valoraba tanto Morgan a los cocoteros que, al que lograra hacer crecer dos de estas palmeras, les regalaba una negra, importada de Jamaica; al que tumbara alguna, lo ahorcaba. También descubrió que su arma secreta contra el escorbuto, una enfermedad producida por la carencia de la vitamina C, que diezmaba a sus adversarios españoles. También estimaba en alto grado el valor de la educación, por lo cual, al lado de las ninfas de ébano, llevó a San Andrés maestros británicos para que desasnaran a sus combatientes, mujeres y proles.
Siglos después, Linus Pauling (1901-1994), doblemente galardonado con el Premio Nóbel descubrió lo atinado que estaba Morgan, al desarrollar la teoría y praxis de la nutrición ortomolecular. Demostró experimentalmente que la mayoría de las enfermedades actuales –cáncer y cardiovasculares- se debían a una ingesta deficitaria de vitaminas antioxidantes –especialmente C y E-, y que los pacientes afectados se curaban o mejoraban notablemente con megadosis diarias de las mismas.
Otros investigadores que le precedieron han descubierto las propiedades curativas de la vitamina B-22 –abundante en el cristal de la sábila y en drupas como los duraznos, las ciruelas y los melocotones- contra el cáncer y el sida. Aunque desde hace tiempo se conocían las propiedades preventivas del grupo B contra la pelagra, otra enfermedad mortal cuya fase Terminal se asemeja a las del cáncer, el escorbuto y el sida.
En la Primaria nos enseñaron que el yantar debía ser balanceado, e incluir prótidos, glúcidos –no simples, como el azúcar, sino complejos como el alcohol, el papelón y el almidón- lípidos, grasas, vitaminas y minerales. La representación escolar de los mejores alimentos para lograr tal armonía eran la leche, las carnes, los huevos, las frutas y los cereales.
Estas siguen siendo verdades actuales, pero las contradictoria desinformación difundida a favor de intereses políticos y económicos globales ha logrado complicar la existencia sobremanera, hasta el punto de que, cada bocado o trago que nos llevemos a la boca sea percibido como un pecado mortal, o, al menos, como una palada más de la tumba que nos estamos cavando.
La moraleja en las historias es muy simple: ni las carnes ni los crustáceos rojos, ni los quesos ni los aceites de origen animal, ni los tubérculos ni los destilados alcohólicos –aunque se beban en exceso, ya que Tristán da Cunha se consumía a la semana una botella de ron per cápita, sustituida al presente por otra de güisqui en la misma cantidad- dañan la salud. El azúcar refinada sí, con toda seguridad. La avitaminosis también, con la mayor certeza.
Para Osorio y Nazoa, Morgan, Pauling y los isleños de Tristán da Cunha deberían considerados como los profetas de una nueva era. Aunque ya Morgan cuenta con un homenaje líquido ampliamente publicitado: el mejor ron jamaicano lleva su nombre.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Venecubanos

Ya es vox populi : los venezolanos esperan pasar las más tristes navidades de sus vidas. Se comenta en los mercados públicos, en las unidades de transporte colectiva, en las colas para pagar los servicios.
No se trata únicamente de la inflación, que este año tendrá un incremento proyectado de más del 30% sobre el 2008, y que se siente en el cotidiano peregrinar del ciudadano de pie en busca de ofertas cada día más escasas para hacer rendir su jornal, lo cual representa una misión imposible. Tampoco la insoportable violencia, ensañada hoy contra los estudiantes, los agentes de seguridad y las víctimas inocentes abatidas durante los tiroteos entre las bandas delictivas que operan impunemente a lo largo y ancho del país. Una reciente nota de prensa describe cómo un par de hampones acribilló a una pareja motorizada, únicamente para demostrar la eficacia de las pistolas que estrenaban en esa oportunidad. Ni la desocupación, la inestabilidad laboral, el control de divisas, la comunización de la Educación.
Lo que realmente desepera a la gente es la falta de opciones frente a un presidente cada vez se muestra más autocrático, apegado a la palabra y obra del agonizante Fidel, dispuesto a convertir a Venezuela en una segunda edición de Angola, en esta ocasión no para expulsar colonizadores portugueses sino para derrotar a sus supuestos enemigos de clase, la oligarquía colombiana y los pocos empresarios y sectores medios que aún perduran en esta nación. Son sus mentiras, mil veces repetidas que procura convertir en verdades. Su desdén y total alejamiento por y de la masa que lo encumbró en el poder. Su irrespeto ante toda normativa legal y tradición que le aparte de un destino, oscuro, trágico y miserable: la perpetuación en Miraflores bajo una ideología insensata y obsoleta: el castrocomunismo o estalinismo.
Lo que verdaderamente saca de quicio a la mayoría es que, mientras Venezuela se desintegra a pedazos con la destrucción de su infraestructura y la ocupación y confiscación de los inmuebles y fincas privados, la oposición se frota las manos de puro gusto, imaginándose los curules que supuestamente va a obtener en las elecciones del 2010.
Cuentan los pollos antes de nacer los huevos, sin darse cuenta –por ignorancia, estupidez o incompetencia- que primero fue martes que miércoles, y que para ganar cualquier batalla, por pequeña que ésta sea, hay que poseer ejército, apoyo logístico y moral de combate, como lo afirmara Sun Tzu hace más de cuatro milenios.
El mismo Enrique Mendoza, líder de la fracasada Descordinadora Democrática, quien no niega su aspiración a ser electo como asambleísta por el Estado Miranda, reconoce que con un Consejo Nacional Electoral, secuestrado como está por Chávez, no se llega ni a la esquina. ¿Y si el CNE –dixit Mendoza- plagiado está, para qué apoyar la farsa y no optar por soluciones alternas? ¡Ah..! Porque los autodenominados políticos de oposición venezolanos y sus cómplices mediáticos seguros se encuentran que los votos derribarán a Chávez. ¿Y de dónde les sale tal confianza; no será de las encuestas, las cuales conoce el Comandante y se limpia con ellas el paltó o algo más íntimo? ¿Y si saben algo que los demás desconocemos, por qué no lo informan para aliviar esta pesadumbre que nos acongoja?
No se nos entienda mal, no propiciamos atajos que conduzcan a nuevos callejones sin salidas, ni somos aventureros de oficio, ni tenemos suficiente vigor para imponer una solución de fuerza. Pero si creemos, con fervor venezolanista, que en vez de estar hablando tantas huevonadas sobre los mecanismos para la escogencia de los aspirantes a los cargos electivos, los partiodos y otros aspirantes debían comenzar por exigir la inmediata depuración del padrón electoral, el establecimiento de la fecha para las elecciones de alcaldes y la prohibición de capta huellas en los próximos eventos comiciales. ¿Qué no saben cómo hacerlo? Sigan los ejemplos de Antonio Ledezma, Franklin Brito y los valerosos estudiantes encabezados por Julio César Rivas en la Delegación de la OEA en Caracas. Échense a sus puertas, como lo hicieron los aludidos, y llamen a la ONU, a Raimundo y a todo el mundo para que escuchen sus denuncias.
Claro, mucho más fácil y sabroso, desde el punto de vista individual –aunque a muchos de estos autoproclamados líderes y dirigentes no les vendría mal una buena hambruna-, es concurrir a los foros internacionales, y aceptar numerosas invitaciones que suelen darse a convites donde sobran las buenas comidas y las mejores copas. Resulta más sencillo viajar afuera y acusar a Chávez de todas las tropelías que ha cometido, frente a una escucha que va de la conmiseración a la incrédulidad de interlocutores dispuestos a pagar la cena o el lunch, pero no a echarle bolas, solidariamente, a los derechos humanos de los venezolanos.
¿Por qué afirmamos lo anterior? Porque nunca lo hicieron. Miren lo que le sucedió al pueblo húngaro cuando se levantó contra la dominación soviética en 1956, o el martirio de los cubanos desde 1958, o las canalladas cometidas por Pol-Pot, las cuales recién ahora se ventilan en juicios públicos. ¿Ustedes se imaginan al Canciller Desatinos más interesado en enjuiciar a Chávez o en defender los intereses financieros de las empresas españolas, en algunas de lcuyas directivas figuran miembros de su nobleza y de la más rancia burguesía ibérica?
Por eso, nos encaminamos a unas navidades muy tristes, más tristes que las del deslave y el paro cívico, aderezadas con la confiscación de los bancos boliburgueses, la condena ordenada por Chávez contra la juez que actúo conforme a derecho al liberar a Eligio Cedeño de su secuestro policial –aunque el carajo no sea santo de nuestra devoción-, la falta de iluminación en las vías públicas y centros comerciales, el racionamiento del agua, los apagones o alumbrones a los cuales nos ha sometido este desgobierno por más de una década. Y, sobre todo, a la pérdida total de identidad, pues ya no podemos llamarnos propiamente venezolanos, sino venecubanos, ya que aquí los que mandan son el hampa, la corrupción, la narcoguerrilla y los hermanos Castro, pero ningún otro individuo o entidad.

jueves, 10 de diciembre de 2009

La contaminación mediática

El 22 de octubre de 1962, con el apoyo de sus aliados, John Fitzgerald Kennedy estableció un bloqueo al régimen de Fidel Castro, apoyado por unidades navales y aviones en torno a Cuba. Si los navíos soviéticos intentaban forzar la cuarentena, la III Guerra Mundial se desataría.
Al día siguiente, en Radio Caracas TV, Víctor Saume transmitía el primer cuarto de hora de El show de las 12, desconociendo que Manuel Graterol Santander –Graterolacho-, asistente de Saume, le había preparado una broma de mal gusto: Miguel Toro –locutor de El observador Creole-, leyó por el audio de retorno del estudio una nota, que no estaba saliendo al aire pero así lo parecía, donde se aseveraba que el presidente estadounidense había solicitado al Congreso una declaración formal de guerra contra la URSS.
Al escucharla, Saume llamó al Suavecito –Edgar Jiménez-, presentador ocasional del programa, y le encargó de terminarlo. Salió, muy atribulado, de la emisora, y se dirigió a buscar su carro, estacionado al frente. Graterolacho, aterrado ante las posibles consecuencias de su gracejo, lo interceptó antes de que se fuera, y le explicó lo que realmente había sucedido.
El que Saume, un personaje actualizado e informado reaccionara de esa manera, abandonando su trabajo para reunirse con los suyos hasta el minuto final, revela lo que entonces era un pánico generalizado de desaparecer globalmente durante un cataclismo nuclear.
Esta condición se mantuvo por más de medio siglo, y sólo desapareció con la caída del Muro de Berlín, de la cual se conmemoraron este año dos decenios. Años después se sabría, gracias a declaraciones de testigos de excepción y desclasificación de papeles confidenciales, que ni los EEUU ni la URSS estaban dispuestos a llegar al día después, y que quien desequilibró el chantaje bipolar fue Kennedy. Tras demostrar que no dominaba este diabólico ajedrez, fue supuestamente eliminado por meterse a brujo sin conocer la hierba.
Para los chicos y chicas de entonces, sin embargo, el pánico resultó una bendición, pues, ante su inminencia la consigna planetaria fue: ¡A follar, a follar, que el mundo se va a acabar! También un buen tema proselitista para los evangélicos. Y mejor aún para los medios, quienes llenaron espacios e incrementaron su circulación y rating con estos contenidos convenientemente aderezados con kilotones y efectos colaterales de las explosiones anticipadas.
En su best-séller Estado de Miedo, Michael Crichton formula la hipótesis de que, con la desintegración del Imperio Soviético, también se perdió el temor a la muerte súbita por una conflagración nuclear. Tal pérdida –discurre el autor-, en vez de potenciar los niveles globales de felicidad, causó una anomia insoportable para los medios, los políticos y los juristas, pues éstos necesitan desesperadamente del temor para poder incrementar sus audiencias, controlar las masas y generar juicios de valor. Y avala su obra con una extensa bibliografía, cuyas fuentes científicas están disponibles para quien las quiera leer: www.giss.nasa.gov/data/update/gistemp/station data, http://cdiac.esd.ornl.gov/ghcn/ghcn/ghcn.htlm, http://earthobservatory.nasa.gov/Observatory/Datasets/tsurf.tovs.html
y http://datasystem.earth-kam.ucsd.edu; entre otras.
La información que ellas proveen y que data desde los albores de la meteorología ofrece un panorama diferente a lo que comúnmente se atribuye como la mayor causa del calentamiento, la contaminación ambiental, apuntando hacia milenarios ciclos de cambios climáticos del planeta, donde se alternan el calentamiento y el enfriamiento como fenómenos naturales
Como en 1989 Al Quaeda aún no se había lucido aún, había que inventar otro terror. Y así se lanzó la Teoría del Calentamiento Global, una trama cuyo supuesto final se visualizaba un idéntico al anticipado por los profetas del holocausto atómico. Así surgieron toda clase de OG y ONG, un partido trasnacional –Greenpace-, centenares de miles de metros de videos. Toneladas impresos y pancartas y decenas de miles de voluntarios y contribuyentes sobre un tema que se basa, mayoritariamente, en investigaciones tergiversadas, inexactas o incompletas. Un proceso de desinformación colectiva encabezado por fablistanes y políticos, que a veces operan como tontos útiles y otras proceden de mala fe, transformados en quinta plumistas, según define el académico de la RAE Marcelo Alonso a quienes manipulan consciente o inconscientemente la ética de la comunicación.
En éste último caso pareciera haber caído Al Gore, cuyo documental ha sido recientemente cuestionado por la falsía de los datos en los cuales se basó su guión, al punto que se le ha pedido a la Academia desposeerlo del Oscar obtenido.
El mismo deslucido papel que el ex Vicepresidente desempeñó en pro de su causa cuando le tocó mandar, atribuido entonces por los fanáticos de la conspiración a la presión de las industrias contaminantes, pudiera entenderse ahora como el reencuentro con la verdad al estudiar el asunto más profundamente, desde su privilegiado puesto de mando.
No es que nos opongamos a un mundo mejor, con una atmósfera y una biosfera libres de tóxicos hasta donde ello sea práctico y sustentable. Pero hay que concienciarse que la única polución no es que se discute ahora en Copenhagen, sino también la mediática, la cual añade un agobio innecesario a nuestra ya estresada existencia. Y el método científico es, por antonomasia, contrario al amarillismo y el fanatismo. Por eso, la exigencia al periodista tiene que ser, como figuraba en un antiguo sobrecito de fósforos: Antes de opinar, ¡infórmese!

domingo, 6 de diciembre de 2009

Del bancorrupto al banculillo

La Escuela de Negocios de Harvard emplea dos principios para que sus participantes triunfen académica y profesionalmente:
1. No deben establecerse reglas que conduzcan siempre a las mismas conclusiones;
2. Se deben sumar cambures, manzanas y limones, y obtener resultados
.
Señalamos lo anterior para especular sobre lo que ningún medio de comunicación ni vocero político ha expresado cabalmente hasta el momento, la respuesta a las preguntas: ¿Quién empuñó la guadaña que cercenara la testa de Ricardo Fernández Berruecos, hasta octubre del presente año empresario modélico y favorito del alto gobierno chavista? ¿Y las órdenes de aprehensión contra Arné Chacón Escamillo y Perucho Torres Ciliberto, el uno preso y el otro candidato firme a convertirse en breve plazo en fugitivo de la justicia ordinaria?
Ayer mismo, en El Nuevo País, Camilo Rey Luna a encabezaba su artículo con las siguientes días: Sigue siendo una incógnita la verdadera razón por la cual bancos tenidos por chavistas y crecidos al amparo de esa denominación, han sido intervenidos personalmente por el propio Chávez y encarcelados sus gestores por virtual orden del Presidente…
La Razón plantea como hipótesis la existencia de un dossier ad hoc, elaborado por el G2 cubano –que sería el soporte para el reporte del 8 de Agosto de la Disip- , y entregado a Chávez por su embajador en La Habana, Ronald Blanco La Cruz, supuestamente un archienemigo de Diosdado Cabello. Otros medios señalan una disposición administrativa del Departamento de Justicia de EEUU, que de hacerse efectiva colocaría a Venezuela al borde de su calificación como estado forajido. Finalmente, la mayoría cree que todo se origina por las denuncias del diputado Ismael García y Henry Ramos Allup, Secretario General de AD,.
Todo lo anterior es cierto y no lo es a la vez, porque parte de medias verdades, confunde fuentes con declaraciones y desestima los ingredientes del guiso financiero integrado por corrupción administrativa, narcolavado, crimen organizado, comercio ilícito, terrorismo, abuso de poder, prevaricación de funcionarios públicos.
Es verdad que García y Ramos dieron a conocer informes sorprendentes. Antes de hacerlos públicos, García presentó el suyo a la Fiscalía y la Asamblea que, por supuesto, se hicieron las locas. Es verdad que el Departamento de Justicia norteamericano lleva a cabo serias pesquisas sobre el origen de los fondos de los boliburgueses: de éstos provienen los vetos contra personajes como Tarek El Aissami y Ramón Rodríguez Chacín, impedidos desde hace más de un año de negociar con empresas y ciudadanos estadounidenses, y aún de abrir o mantener cuentas de índole alguna en esa nación. Es verdad que el G2 cubano mantiene un ecosonograma completo sobre las actividades lícitas e ilícitas de los ciudadanos prominentes de Venezuela, y es posible que le haya entregado el prontuario de Fernández Berruecos a La Cruz, quién sabe con qué fines.
Pero hay más, mucho más que eso.
El fiscal Robert Morgenthau de Nueva York, cuyo mandato le da competencia federal para el seguimiento de capitales de origen dudoso, a escala global, ha declarado en recientes y numerosas oportunidades su intención de llegar al fondo de los delitos de la robolución bolivariana. Se lo propuso para añadir el último palmarés a su exitosa carrera, pues no aspira a reelegirse para un nuevo período, y porque, asimismo, como judío, se lo debe tanto a su comunidad religiosa como a Israel, amenazado de muerte súbita por el desarrollo nuclear de Teherán. Así es que no sólo es el G2 el único que arma expedientes contra el chavismo, sino también el Mossad, la CIA, la DEA, el FBI y pare de contar.
Ahora vamos a las conjeturas, o la adición de cambures, manzanas y limones si se lo prefiere. Si el régimen ha decidido detener y enjuiciar a algunos de sus más conocidos conmilitones, la única razón plausible es la forja de un prontuario que encubra el otro, el que conduce inevitablemente hasta el gran titiritero. De manera que, si las revelaciones de ahora causan escándalo, las ocultas generarían un pánico general, cuyas consecuencias no pueden ser estimadas.
Hay dos posturas contradictorios entre quienes acceden a y participan en los medios oficiales e independientes: Chávez gobernará hasta el 2021 o ad infinitum, Chávez saldrá del poder por el voto popular. Hay una oposición minoritaria, dura, que no cree que Chávez abandone el poder sino tras un Plan B épico y necesariamente muy cruento –un mínimo de 5 mil víctimas civiles para que los señores verde oliva se dignen a actuar, se dice por estos lares-. Pero hay otras opciones dignas de tomar en cuenta, y, entre ellas, la que le aplicaron a Manuel Antonio Noriega el 20 de diciembre de 1989, después de haberle comprobado hasta el hartazgo su ligazón con el narcotráfico, el lavado de dinero y el contrabando. Que en este caso no pasa por los antiguos y liquidados carteles de la droga, sino que es patrimonio exclusivo de las FARC, el ELN y los paracos, a ambos lados de la frontera colombo-venezolana.
A nuestro juicio, es éste el mayor de los temores que motiva a Chávez a actuar como lo está haciendo, pues aunque el diga lo contrario, siempre en algún lugar de su mente está presente la huida no hacia el futuro sino hacia un país amigo, en el caso de que las cosas no le salgan como tal como las ha planificado. Y no es lo mismo llegar como líder tercermundista, derrocado por el Imperio y sus pérfidos secuaces Alan García y Álvaro Uribe, que acusado de capo mafioso. De ahí que de la antigua motivación del bancorrupto, saltamos dialécticamente la nueva del banculillo.