sábado, 27 de marzo de 2010

El burro y la vara

Érase un burro que se volvió ateo. ¿Sabe por qué? Porque concurrió a una lectura bíblica, y oyó decir la siguiente admonición: Con la misma varas que midas, serás medido.
Recordamos la fábula porque resulta una manera adecuada de responderle a un hijo su interrogante: ¿Con qué cara miran a sus descendientes, familiares y amigos los legisladores, fiscales, jueces y policiales después de que decidieran aprehender a Oswaldo Álvarez Paz, Guillermo Zuloaga y Wilmer Azuaje por un delito no tipificado en el Derecho Penal –nula pena sine legem-, tras el señalamiento y lineamientos públicos que el Guasón y sus parientes más cercanos hicieron de manera alevosa, pública y notoria?
Con caras de burros, ateos y comunistas por dobles razones, en los tres casos.
Burros, por lo de la vara y la mínima inteligencia que se reatribuye a esa especie equina.
Ateos porque prevén que sus comportamientos no sólo van a ser juzgados allá en el Cielo, sino aquí en la Tierra, y en mucho menor tiempo del que ellos creen.
Comunistas, pues como bien lo dijo Mao Zedong: Si de lejos ves una fruta parecida a la manzana, en un árbol similar al manzano. Si la arrancas, la muerdes, exhala un aroma que recuerda a la manzana, y derrama un líquido idéntico al jugo de manzana; lo más probable es que dicha fruta sea una manzana. Si alguien q habla y procede como un esbirro de Pol-Pot, Tito o Stalin, lo más probable es que sea comunista. Que, por cierto, es lo contrario de demócrata, ya que el humanismo y el totalitarismo son como el aceite y vinagre.
Si lo de Oswaldo fue malo y lo del Zulú peor, lo de Wilmer pasó la raya amarilla en slide. Al diputado Azuaje le han asesinado a un hermano y a un hijo, y él mismo ha sido víctima de 16 atentados en contra de su vida. ¿Y qué es lo que le cobran al diputado? Haber denunciado públicamente los tejemanejes de la familia del Guasón en Barinas, entre los más connotados, un posible fraude a favor de Adán –quien no es, ciertamente, el referido por el Génesis como coautor del pecado original-.
Lo del Oswaldo fue malo, porque las reacciones locales resultaron tardías, incoherentes y de escasa contundencia, según lo reconoce El Nacional en su editorial del viernes próximo pasado. Y lo Zulú fue peor pues, tras la salida de Alberto Federico Ravel de Globovisión, el Guasón creyó haber obtenido una patente de corso para acallar el canal de La Florida, soslayando los shock que le impusieron los cierres de RCTV.
Según afirmara ayer el diputado Juan José Molina, compañero de bancada de Azuaje, el motivo en esta ocasión fue que el régimen dispusiera de un recurso expedito para liberarse de los diputados contendores, no de la presente sino de la futura Asamblea Nacional.
Es decir, no únicamente los medios han de autocensurarse, de aquí en lo adelante, sino también los legisladores que contaban con inmunidad parlamentario, puesto que el Tribunal Supremo de Injusticia y las focas que representan los intereses del Guasón en el Congreso se limpiaron el trasero con dicha y básica garantía constitucional. Como lo han hecho con otras, especialmente en con los derechos humanos y la libertad de expresión.
Con lo que llegamos a la trágica pregunta que se ha hecho Armando Durán en cuatro artículos sucesivos publicados por El Nacional: Elecciones, ¿para qué? Lo cual no quiere decir que no se deba hacerlo, sino que es necesario ir con los sentidos muy abiertos para lo que va a suceder, antes, durante y después del proceso comicial.
Como afirma juiciosamente Tal Cual en la última página de su edición de ayer, el Guasón no está agitando toros rojos para que la gente los embista, y el pueda clavarles su famosa vara de un guamazo. Son, seguramente, estrategias cocinadas en la sala situacional, bajo la conseja –entre otros- de Charco de Sangre, como le llamara Teodoro Petkoff en un reciente ensayo.
Por lo que no vale la pena seguir apoltronados, esperando a que el parto con placenta previa de la Mesa de la Unidad de sus frutos por cesárea, sino adoptar una actitud diferente, pasar de la defensiva a la ofensiva. Como lo hiciera, también ayer, Alejandra Benítez, medalla de oro en esgrima los Suramericanos de Medellín, quien dijo estar enojada porque la obligaron a recibir la presea con la chaqueta tricolor, cuando era bien sabido que el régimen para nada había costeado su entrenamiento, y que todo se lo debía a su patrocinante –cuyo logotipo fue excluido de las fotos oficiales-.
Este el tipo de acciones que quienes rechazan al Guasón deberían emprender de una vez por todas. Alejandra demostró al declarar ante los medios internacionales que tiene más guáramo que muchos de quienes se echan de guapos. Fue muy valiente y demostró con los hechos que no se va a dejar medir con ninguna vara. Y que si el burro se la muestra, lo enfrentará con su temible espada de campeona.

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