domingo, 24 de junio de 2012

Al cura Lugo le pasó lo mismo que al gocho Pérez.


Los medios foro-paulistas
Los medios brasileños, actuando como voceros del Foro de Sao Paulo, han expresado sobre el caso del destituido ex presidente paraguayo Fernando Lugo criterios que deben ser estudiados con la lupa.
La rapidez para destituir al presidente Lugo preocupa a los que buscan preservar la democracia en la región y es también la primera gran prueba internacional para la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, según Fernando Rodrigues, columnista de la Folha de Sao Paulo, quien le recomienda a su camarada- presidenta tomar medidas internas y externas respecto a los acontecimientos en el país vecino.
En el primer caso, Rodrígues sostiene que el gobierno debió haber previsto la posibilidad del riesgo inminente de un golpe en un país contiguo"
En el segundo, promover con fuerza la acción multilateral para restablecer en el ejercicio de su cargo al depuesto mandatario: Dilma deberá liderar una acción  presión internacional para que Paraguay vuelva a adoptar las reglas democráticas. Fácil no le habrá de ser.
El editorial de Folha de Sao Paulo asegura que el rápido proceso para defenestrar a Lugo Lugo representa una sorprendente ruptura en el orden político del país. Reconociendo la inhabilidad del camarada- ex presidente paraguayo, el poderoso periódico brasileño estima, empero, que nada justifica el recurso acoplado al juicio político, el cual sólo debería proceder en casos de claro irrespeto a la ley.
 De la manera apresurada con la que fue realizado el proceso, a Lugo no se le concedió el derecho de defenderse de manera apropiada, añade.
Paraguay puede ser expulsado de Mercosur, señala O Globo, mientras O Estado de Sao Paulo califica la decisión del Congreso de Paraguay como una purga de apenas 36 horas.
El Imperio de la samba y el fútbol
Siempre he creído que la amenaza más grave que pende sobre la soberanía de Venezuela no se localiza en lo que el Guasón llama El Imperio, sino en la República Federativa de Brasil.
Brasil es una potencia global, económica, militar y políticamente hablando. Contaminada como está por los bacilos castro comunistas del Foro de Sao Paulo, la acción de su gobierno desde que Luiz Inácio Lula da Silva accedió al poder, el 1º de enero de 2003, ha sido de doble faz: Una cara frente a las Fuerzas Armadas, apoyadas por el gran capital nacional y trasnacional
A las primeras, Lula y Rousseff, las han convencido que,  mientras un atajo de corruptos populistas gobierne los demás países, sus débiles ejércitos no podrán con el de Brasil.
A los empresarios, que la debacle improductiva socialera es la gran oportunidad brasilera.
La otra cara, las relaciones internacionales, privilegia en su trato a los camaradas-presidentes de Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, y se presenta como el Hermano Mayor ante Washington, donde asegura que puede mantener en la raya a las crianzas sudamericanos, a fuerza de goles, samba y exportaciones varias.
¿Y dónde queda la no intervención?
Al caer Lugo, uno de los niños mimados de Itamaray, la Cancillería de Brasil, hablando en nombre de los países de Unasur, expresó:
Los Cancilleres reafirman que es imprescindible el pleno respeto de las clausulas democráticas del Mercosur, la Unasur y la Celac. Consideran que las acciones en curso podrían ser comprendidas en los artículos 1, 5 y 6 del Protocolo Adicional del Tratado Constitutivo de la Unasur sobre Compromiso con la Democracia, configurando una amenaza de ruptura al orden democrático, al no respetar el debido proceso.
Los Gobiernos de Unasur evaluarán en qué medida será posible continuar la cooperación en el marco de la integración suramericana.
La misión de Cancilleres reafirma su total solidaridad al pueblo paraguayo y el respaldo al Presidente constitucional Fernando Lugo.
¿Qué vaina es ésta?
¿Cómo es posible un atajo de cínicos y mentirosos inescrupulosos, actuando en el nombre de los autócratas rojos de América, intervengan en la soberanía de la nación paraguaya?
Porque en Paraguay no se ha dado, como lo sugiere la campaña mediática foro-paulista, nada parecido a un golpe de estado.
¿Dónde estuvieron presentes los militares, sus pronunciamientos o despliegues?
¿Quiénes conspiraron, abierta o solapadamente, para darle una zancadilla al magistrado sureño?
Fue el mismo Lugo que, como Yacumbele, el mismito se mató, demostrando absoluta incapacidad, inhabilidad y desinterés en el desempeño de sus funciones.
Desestimó al PLRA inmediatamente al asumir la presidencia, siendo ese el partido que le había conducido al triunfo, y, asimismo, su mayor aliado estratégico.
La masacre de 17 personas de hace apenas 15 días  le dejó como si no hubiese sido con él.
Los recientes y cada vez más frecuentes secuestros y acciones terroristas instituciones gubernamentales y la policía cometidas por Ejército del Pueblo Paraguayo, la más nueva de las franquicias de las FARC, no le dieron ni frío ni calor.
Firmó el Tratado de Ushuaia II que compromete la soberanía gravemente la soberanía paraguaya, al permitirle a los países limítrofes bloquear los puertos fluviales terrestres y aéreas, así como cortarle el suministro eléctrico generado en las represas de Itaipú y Yacyretá, en circunstancias como las que se están viviendo.
A Lugo lo sometieron a un juicio político, una figura inexistente en la legislación venezolana, pero presente en la paraguaya y en los ordenamientos de países como EEUU y el Reino Unido, en los cuales se conoce bajo la denominación de impeachment.
Los paraguayos sí que son arrechos
A diferencia de lo que señalan los fablistanes brasileños, la Constitución del Paraguay establece que, una vez iniciado el juicio, debe dársele término de manera perentoria.
Lo que parecieran estar desestimando los brasileños, y pudieran ignorar sus flamantes aliados foro-paulistas es que los paraguayos –a diferencia de los cubanos, que se han calado la tiranía castro comunista por 50 años- y los venezolanos –que cargamos con esta infamia desde hace 14-, es que los paraguayos son bien arrechos.
Todavía dicen que, en algún lugar de la frontera que separa a ambos países, hay un monumento, con una placa donde puede leerse: Aquí yacen 10 mil valientes soldados brasileños, ejecutados por un traidor paraguayo.
Sea o no lo anterior cierto, lo que sí resulta verídico es que la Guerra del Chaco (1932-1935) fue la más grande y destructiva librada en América durante el siglo pasado.
En sus batallas, Brasil y Bolivia tuvieron sobre las 55 mil bajas fatales, y Paraguay más de 40 mil.
Además hubo en todas las partes miles de otros muertos, a causa de la malaria y numerosas enfermedades tropicales.
Si para sus vecinos fue muy malo, para Paraguay resultó peor, pues se quedó en esta salvaje confrontación sin la flor y nata de sus hombre.
Fue tal la escasez de varones, que a las mujeres en edad de procrear no les quedó mas alternativa que cruzar la frontera con la Argentina, y acostarse con los vecinos, para poder repoblar a su país.
Así vino al mundo toda una generación de hijos de padres desconocidos.
Es un cuento muy triste, pero real, que recuerda lo sucedido en Venezuela después de la Independencia y la Federación, y el cual explica, en parte, los fenómenos del machismo y la marginalidad. Así como los escándalos por las demandas por reconocimiento de paternidad contra el ex sacerdote y ex presidente Lugo.
En vista de lo cual, la gente pensante debería pedirle al mundo que dejara en paz al Paraguay. Al fin y al cabo, al cura Lugo le pasó lo mismo que al gocho Pérez. Y entonces, nadie dijo ni ñé.

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