lunes, 15 de abril de 2013

El día después


Estoy pensando en exilarme,
en irme lejos de aquí
a tierra extraña donde goce
las libertades de vivir:
sobre los fueros: hombre-humano
los derechos: hombre-civil…
Balada del preso insomne, Leoncio Martínez (Leo)
Un insomne en La Campiña
Ni anoche ni antenoche pude conciliar el sueño.
De ello se encargaron los motorizados forajidos, tarifados por PDVSA, quienes –contrariando in fraganti la Ley Electoral- pusieron a todo volumen los jingles de campaña del candidato oficialista y las canciones supuestamente grabadas por el difunto Hugo Chávez. Digo supuestamente, pues, según mi maestro de canto, quien no nace con oído musical perfecto –rítmico y  melódico- le resulta muy improbable lograrlo. Y si hubo alguien desafinado en sus presentaciones públicas fue el susodicho.
Además de la polución nocturna y musical, los hijo de puta lazaron cohetones –de los llamados bin Laden-, tocaron la diana y accionaron, sin ton ni son, sus armas cortas y largas de fuego. El vecindario parecía la reposición de una mala película sobre terroristas islamistas. Para colmo de males, en medio de la borrachera y la trona colectivas, violaron a una chica en la plaza que me queda a una cuadra; quien –desasistida por los uniformados del Plan República- amaneció llorando a grito y moco tendidos, sin que nadie mitigara su humillación y dolor.
Nuevamente el fraude como protagonista de ayer
La actitud del candidato opositor de solicitar el reconteo total de los votos, avalada por el presidente encargado –así estará de sucia su conciencia y de vulnerable su régimen-, me lleva nuevamente al tema del fraude. Sí, le parecerá repetitivo y hasta ladilla, pero ahí está el quid.
Juan José Rendón, en reciente entrevista con Jaime Bayly, anticipó una diferencia numérica de 2 y medio millones de votos a favor de Capriles. Es posible que haya sido una estrategia propagandística de JJ, quien siempre ha jugado agresivamente a la política. Pero yo me inclino más por la hipótesis de los electores virtuales, entre 3 y 4 millones, que manejan a su discreción las señoras del CNE. Por haberla explicado en anteriores blog, me abstengo de hacerlo ahora y le recomiendo  al seguidor interesado examinarlos.
En vista de más de 200 denuncias elevadas por la MUD y descartadas por TV Say, así como de las cerca de 3 mil irregularidades detectadas durante el proceso, también desestimadas por el Trío Armonía, lo lógico fuera –como lo pide Julio Borges-, organizar una segunda ronda comicial, con reglas del juego claras y diferentes, amén de, simultáneamente, recontar los votos uno a uno. Ambas modalidades están de anteojito, dada la microscópica diferencia de 235 mil votos o 1,6%.
Capriles: O brinca o se encarama
La gran incógnita son los milicos institucionalistas, que odian a sus narco-generales, a los cubanos y a Maduro. Si Capriles cree que va a poder ganar tiempo contando papelitos, con quiénes únicamente funciona dicha estrategia es con sus electores, que desde ayer debieron haberse lanzado desde ayer a las calles, a defender sus votos y enfrentarse con los pranes castro-comunistas. Cayera quien cayese.
Si no se maneja la situación con afilada inteligencia y tremenda astucia, los oliváceos se verían tentados a aplicar su Plan B, que evidentemente existe pues sería una imbecilidad que no tuvieran. Y en ese hipotético Plan B tampoco cabría Capriles, pues no es santo de su devoción ni de su confianza.
Así estamos el día después.

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