martes, 23 de abril de 2013

La política por otros medios

 
Miedo y bozal de arepa
Corea del Sur, Cuba e Irán emplean modelos similares para mantener a sus dinastías en el poder: sembrar el miedo entre sus posibles disidentes con la represión, la eliminación de sus bozales de arepa y su conversión en ciudadanos de segunda y tercera clases. En las escasas oportunidades en las cuales se enfrentan a sucesos que pudieran representar peligro para su continuismo, echan un pasito atrás para contentar a sus adversarios por ahora, para más adelante, a mediano y largo plazos, seguir avanzando a zancadas en la construcción de sus disparatados regímenes absolutamente asincrónicos en el espacio y el tiempo.
Se trata, exactamente, de la misma estrategia utilizada por el ilegítimo presidente de Venezuela para sortear los lodos que sobre su elección han arrojado los mismos polvos que lanzaron su difunto comandante y la banda de forajidos que le rodeaban. Además, se corresponde con el paradigma habanero propugnado por Raúl: acelerar a fondo el Proyecto Cubazuela.
Es lo que trasluce del discurso en cadena de ayer, donde Maduro no nombró a nadie nuevo en su gabinete, sino que le pasó factura a algunos. A Giordani, por ejemplo, a quien lo remitió a organizar la planificación estratégica de las comunas. A Mari Pili, que la mandó a mojarse las piernas en un cargo burocrático de su politburó en el Oriente.
Durmiendo con el enemigo
Dijo, asimismo, que dialogaría hasta con el Diablo, cuando tuviese tiempo, y que para él diálogo no implicaba sentarse a conversar con las cúpulas de la podrida burguesía, sino directamente con el pueblo que había votado en su contra para saber por qué lo había hecho.
Condenó a Televén por haberse encadenado con Globovisión en el discurso de Capriles -lo lamento, Omar, Gustavo te  echó la zancadilla igual que lo hizo con Marcel-. Para el Ilegítimo, la única opinión admisible en los medios iconográficos es la suya, y la de los teóricos maximalistas cubanos- Lo demás, lo permitido en Venezuela, serán los deportes, la salud, la moda y la gastronomía. Siempre que no se incite en ellos al consumismo.
Además, la rectora del CNE Sandra Oblitas había insistido en su declaración, horas antes, que la verificación aprobada por su organismo no era una auditoría sino un simple saludo a la bandera. A esta ciudadana sólo le faltó agregar: ¡Para que no sigan jodiendo! Aunque no sé si en Bolivia, donde Oblitas se comenta nació, o en Hungría, donde aseguran se formó, bajo las más estrictas normas del Partido Comunista, joder significa lo mismo que acá.
Mientras Elías Jaua -que es el verdadero milagro de esta revolución, pues de encapuchado terrorista saltó a Vicepresidente y Canciller, y no su compañero ilegítimo y legalizado, pues los títulos académicos ciertamente no han descollado abundado entre quienes ocuparon la primera magistratura en Venezuela- le declara la guerra económica a EEUU desde Quito, lo importante sería anticipar cual es el próximo paso que dará Henrique Capriles.
Un pasito atrás, dos zancadas adelante
Porque en la estrategia cubano-coreana-iraní que hemos descrito, cuando a la oposición le dejan dar un pasito adelante, ésta suele celebrarlo como si el mandado ya estuviese hecho. Y eso está muy lejos de haber ocurrido.
Para poder impugnar las presidenciales –si eso fuera lo que Capriles ha decidido-, no puede esperar al conteo, chimbo o completo, que le imponen Oblita y Cía. Porque si no lo hace antes de 15 días hábiles, pierde la oportunidad. Y, según la planificación del CNE, la auditoría o lo que sea está prevista para 30 días. El otro punto ¾y no estoy seguro de sí la oposición lo sabe o no¾ es que los votantes no pueden estar replegados, esto es, desmovilizados por mucho más tiempo. Enviar mensajes equívocos como lo hace Capriles sobre que él también tiene que dedicarse a sus asuntos –esto es, regresar a la gobernación de Miranda- constituye, a mi juicio, una actitud hamletiana que tiende a decepcionar a quienes le escogieron el pasado 14 de abril, especialmente a los ex chavistas.
Finalmente, está el Factor X, los verde oliva, que siempre han decidido el devenir histórico. Según me han comunicado, la mitad de ellos, de los que tienen mando, están frontalmente contra el Proyecto Cubazuela. Y esperan rescatar la sobernía nacional de la manera más incruenta posible. Juegan, por el momento, a la política, Pero, poco a poco, cada vez se acercan más a Karl von Clausewitz, quien creía que la guerra era una extensión de la política por otros medios.

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