domingo, 7 de abril de 2013

Hay un sólo camino al orgasmo


La Russie n'existe plus. C'était un sommeil que j'ai eu quand j'étais un enfant (Rusia no existe más. Fue un sueño que tuve cuando era un niño)
Vladimir Nabokov, autor de Lolita.
El encuentro entre los artistas y el candidato presidencial Henrique Capriles, celebrado el pasado viernes en el Teatro Municipal de Chacao, se resume –a mi entender- en un jocoso comentario de Norkis Batista, quien protagoniza a una sexóloga en el reality show Orgasmos, monólogo teatral presentado con gran éxito en varias ciudades del país.
Para quien no conozca el suceso, Batista había contratado el auditorio del Hotel Venetur en Puerto La Cruz, y se había bajado de la mula por anticipado. El hospedaje de marras fue durante muchas décadas el glamoroso Hotel Meliá, favorito del turismo receptivo que venía al Oriente desde Europa y América del Norte.
Cuando la concesión expiró, en lugar de renovársela a los hispanos, que tan buen trabajo habían llevado a cabo, se la entregaron a los compañeritos y convirtieron el inmueble en el lugar favorito de los burócratas enchufados y sus camaradas invitados; no sin antes haberlo dejado cerrado un buen tiempo para, suponemos, cobrar una boloña por su reparación.
Regresando a Norkis, cuando ella intentó hacer valer su derecho, se lo negaron, aduciendo que Venetur era un hotel y no una sala de exhibiciones. Eso fue lo que la motivó a decir ante sus compañeros y el candidato: Venetur es el único hotel donde no hay orgasmos.
El que se mete con los artistas se empava y se envaina, porque Dios los trajo al mundo para que les dulcificara un poco el amargo tránsito por la vida al resto de los mortales.
Joseph Raymond McCarthy, senador estadounidense por Wisconsin, adquirió gran notoriedad mediática durante el decenio de los cincuenta del siglo pasado. Por sus denuncias, más de 10 mil artistas y técnicos de la industria del entretenimiento perdieron sus trabajos. Algunos se exiliaron, otros se suicidaron y muchos tuvieron que dedicarse a otras actividades para ganarse la vida.
Mas, el senador McCarthy, intoxicado por el poder y el alcohol, no midió sus fuerzas y pasó de Hollywood al Ejército. En 1953, actuando como presidente del Subcomité de Investigaciones del Senado, inculpó de comunistas —un pecado mortal en su época y nación—a varios altos oficiales de las FFAA, y al secretario de Defensa le colgó el sambenito  de encubrir el espionaje de potencias extranjeras.
El presidente Dwight D. Eisenhower, Ike, el más eficiente general aliado durante la II Guerra Mundial, decidió actuar contra McCarthy. Pesó en el mandatario la conciencia de que la cacería de brujas ponía en peligro la esencia de la democracia, por lo cual alentó a sus compañeros a  presentara una moción de censura en 1954.
Según se lo comentó Ike a un amigo, influyó en su decisión la lectura de la 0bra Fahrenheit 451 – La temperatura a la cual arde el papel, en la cual Ray Bradbury disecciona crudamente al macartismo, y visualiza su país, a futuro, como una autocracia donde los bomberos no apagan fuegos, sino queman libros. Devela Bradbury en esta impresionante crítica los antivalores de una sociedad donde la gente está obligada a ser feliz sobre cualquier otra consideración  –The American way of living-, cuyo imperativo es incinerar las opiniones opuestas a su modus vivendi y la prosperidad resulta la única preocupación ética.
Al transmitirse por televisión la audiencia contra los uniformados por sus presuntas simpatías  comunistas, McCarthy perdió el poco prestigio que le quedaba; pues su demagogia y brutalidad se vieron claritas. Continuó otros dos años como senador, pero sus colegas le sacaron el cuerpo, y nunca más recuperó su prestigio. Murió a los 48 años, por cirrosis y hepatitis.
Yosif Stalin fundó, en 1932, la Unión de Escritores Soviéticos para aplicar en todos los ámbitos creativos el socialismo científico –eufemismo empleado por los dictadores de izquierda para no llamarlo comunismo-. Fue una espantosa cacería de brujas, prolongada hasta 1988 por los herederos del execrable nativo de Georgia, en la cual cayeron en desgracia numerosos actores, bailarines, músicos, pintores y escritores.
Quien inauguró el ciclo ruso fue el compositor Ígor Stravinski, que salió de la URSS en 1920 para nunca más regresar.  El último y más notable, Aleksandr Solzhenitsyn, quien, con su novela biográfica Archipiélago Gulag, la cual trata sobre su estada en un campo de concentración siberiano, publicada originalmente en manuscritos que circulaban de mano en mano entre sus compatriotas –samizdat-, fue expulsado de su gremio, desnacionalizado como ciudadano soviético, exiliado y ganó el Premio Nobel de Literatura.
A veces, el poder intenta comprar al artista y lo logra, como sucedió con Sean_Penn y Danny Glover, a quienes Chávez les llenó los bolsillos para que testimoniaran en su favor y filmaran algunas apologías sobre su personalidad.
No es nuevo. John F. Kennedy usó a Frank Sinatra para que le ayudara a conquistar la presidencia de EEUU, y convirtió a Marilyn Monroe en su amante para calmar los ardores de su pito. Al ser electo, Kennedy despreció a Sinatra; y Robert, su hermano, despidió a Marilyn como quien se deshace de una prostituta. Marilyn se suicidó, y a Kennedy lo asesinaron en la vía pública. ¿Justicia divina? De ninguna manera, Dios no se mete en estos rollos.
En Venezuela, Carlos Andrés contrató a Jacobo Borges, un pintor insigne, para que creara un monumento icónico en la Plaza Caracas que promoviera a la Gran Venezuela con fines electores. Ganó la oposición, y el mamotreto edificado por Borges terminó siendo conocido como La jaula de King-Kong –no sólo por lo feo, sino relacionado con el término mono, que en Venezuela significa deuda-.
Román Chalbaud, a quien el oprobioso régimen democrático cultor del capitalismo  salvaje consintió, asalariándolo a través del INCIBA para producir sus películas y obras de teatro, según Tulio Hernández, dirigió un largometraje rechazado por el  público:
La Villa del Cine de Caracas es un fracaso. De cuatro producciones realizadas, incluida Miranda -la más costosa película nacional-, ninguna permaneció más de un mes en cartelera. Comando X no aguantó siquiera una semana, pese a que se burla de la oposición
Luis Buñuel, el pionero del cine español, se burló de la manera más ácida y contundente de la tiranía franquista.
Como su antecesor japonés, Iharu Saikaiku, Buñuel amaba  la irreverencia. luchaba por la justicia social y estaba contra la represión sexual, la cual consideraba hipócrita y atentatoria contra el derecho humano a la felicidad.
 Su vida privada fue ordenada, sencilla y hasta pacata. Se la debo a la educación de los jesuitas, hasta que me expulsaron – confiesa en su autobiografía Mi último suspiro-.
De su extensa filmografía, destacan: The young one (1960) filmada en EEUU con la participación de Zachary Scott –uno de los actores defenestrados por McCarthy- y la fotografía del Indio Figueroa; Tristana (1970), protagonizada por la más bella diva de los setenta, Catherine Denueve; y, sobre todo, Viridiana (1961), donde lanzó al estrellato a la mexicana Silvia Pinal y a los españoles Paco Rabal y Fernando Rey. En este último film –que produjo en España por invitación del Ministerio de Información y Turismo de Franco-, ataca la naturaleza y esencia del gobierno fascista imperante. Esta obra ganó la Palma de Oro en Cannes, pero nunca pudo ser exhibida en España, hasta el advenimiento de la democracia.
En este recorrido que más bien es un paneo sobre los artistas y la política, quiero sintetizar lo dicho conforme a una petición –supongo- de Luis Betancourt. Él tiene un perro, bautizado Monsieur,  con el que habla –es preferible hacerlo con un can que con un ave, supongo-, y me mandó el siguiente pensamiento perruno: Respeto la incoherencia donde me la tropiezo. Monsieur.
Los artistas no son incoherentes, sólo que piensan con el otro lado de la cabeza. Esta habilidad los hace ser más sensibles y perceptivos. Por lo demás, poseen vaginas y penes, como todos; y pueden ser valientes, cobardes o generosos, ruines. Norkys habló de falta de orgasmos –a la libido la tumba el estrés chavista-, el plárano cuando está maduro carece de consistencia y la Ministra de Salud prohibió vender Viagra sin récipe.
Entonces, Monsieur hay un sólo camino al orgasmo.
Nota: Gracias hacker hijo de puta. Que los cabrones que te prepararon en Cuba e Irán te empleen cuando esta vaina se joda, que es pronto.
--

No hay comentarios:

Publicar un comentario