domingo, 31 de diciembre de 2017

Caiga quien caiga...

Rafael Ramírez Carreño, ex Ministro de Energía, ex Presidente de Pdvsa, ex Canciller de la República y hasta hace poco Embajador plenipotenciario de Venezuela ante la ONU, escribió una carta pública el 24 de los corrientes, a las cual siguieron unas declaraciones el 29 por la radioemisora digital W de Colombia, cuyo sentido y vigencia vale la pena examinar, no sólo por lo que dice sino por lo que no dice.
Deja claro en su misiva y enfatiza en su entrevista que, durante su jefatura de la estatal petrolera, se mantuvo la producción promedio del crudo en 3 MM de barriles diarios, suficiente para la demanda interna y las cuotas fijadas para la exportación; pese al lastre representado por Cuba, a la que se le regalaban también 100 mil bd. Critica a la hiena agonizante castro–comunista –así denomina a la dictadura cubana–, y recomienda se siga en Venezuela el eslogan de Angola, donde se le pedía a sus ciudadanos hacer Patria matando a los cubanos. Asevera Ramírez que allá los acabaron a todos; pero en cambio, aquí, siguen 37 mil dándose la gran vida. Parece que Ramírez no leyó la Ley contra el Odio, aprobada por la inconstitucional Constituyente. Mas algo muy interesante es que, con el general Guaicaipuro Lameda, es la segunda vez que ex presidente de PDVSA inculpa a Cuba por el caos, el hambre y la miseria de Venezuela.



“Al pueblo se le acabó el oxígeno”, dixit Rafael Ramírez

Añade Ramírez que en el 2014 PDVSA entregó, religiosamente, los US$ 45 millardos prometidos al Banco Central. Ignora qué hizo el gobierno con ellos, pero asegura que el madurismo elevó a milmillonarios a varios de sus jerarcas. Defiende a sus ex compañeros de PDVSA, y considera blasfemo que los hayan apresado cual vulgares choros, según un vídeo que el Canal 8 distribuyó globalmente. Niega que Maduro posea algún plan, y pone como ejemplo emblemático de su incompetencia el intentar controlar el precio del cartón de huevos.
Asegura que al pueblo de Venezuela se le acabó el oxígeno, que él no huyó de EEUU sino que se fue en un vuelo comercial y que no regresó a Venezuela porque sus amigos militares –quienes, por cierto y según el mismo Ramírez enfatiza, están hartos de Maduro– le dijeron que no lo hiciera, que aquí le habían preparado una emboscada. Hasta aquí, idea más idea menos, queda en sustancia de la carta navideña de Ramírez.
Presiento que dentro del chavo–madurismo hay una implosión en puertas, quizás la oportunidad dorada del país para liberarse del foropaulismo o IV Internacional Comunista y sus aliados del crimen internacional organizado. Y digo que quizás sea la única salida, porque la mea culpa publicada por los atorrantes de la MUD les hace lucir más perdidos que el hijo de Lindbergh, a menos que el texto corresponda a otra estrategia de gobierno, alimentada o no por una generosa subvención.

Lo que Ramírez calla

Vea usted lo que Ramírez no dice.
No dice qué él, personalmente, tiene dinero; ni cómo  acumuló su riqueza. Asevera que de la investigación de Andorra salió exonerado, y que la denuncia de Tarek William sobre los ingresos de la oficina de PDVSA en Viena carece de fundamento, porque allí jamás se vendió siquiera un barril de petróleo, y sólo se negociaron precios.
Tampoco Ramírez dice que está guapo y apoyado. ¿Por quién? Militare activos, chavistas, ex maduristas y hasta socialdemócratas. ¿Para qué? Supuestamente para rescatar los valores del comandante Chávez, mancillados por el régimen actual. Pero, en realidad, para retomar el poder, perdido cuando a los ramiristas les echaron de PDVSA.
Ramírez sabe que la estrategia cubana de adelantar las presidenciales para el primer trimestre del 2018 está dirigida no sólo contra la oposición tolerada e infiltrada –pues los partidos abstencionistas no podrán revalidarse a tiempo ni hacer primarias–, sino, igualmente, contra los disidentes del sistema, como María Gabriela Chávez, el general Rodríguez Torres y él mismo; todos en la mira del Quinteto de la Muerte: formada por los Tarek, Diosdado, Jorge Rodríguez y el propio Maduro


Los desencuentros de Banesco y el Banco del Orinoco


 El presidente del Banco del Orinoco NV: "No pasa nada..."

Un ejemplo de la confrontación interna del régimen es la sorprendente propuesta de Cabello para expropiar a Banesco. Como asegura El País de España, Cabello acusó al banco de querer comprar acciones del Estado a precios gallina flaca–: El Gobierno tiene el 2,34% de las acciones, y ellos lo quieren comprar, con todas las trácalas que pueden, ¿no?, ese 2,34% y quieren pagar 387 millones de bolívares. Está bien, me parece que está bien. Al cambio de ellos, del dólar que a ellos les gusta, el del mercado negro nos van a dar 3.225 dólares. Está bien, ¿verdad? Es justo, el precio justo.
Cabello se dirigió directamente a Juan Carlos Escotet, CEO de Banesco–: Te lo vamos a comprar al precio que tú querías comprar las acciones del Estado. También le llamó pillo y le acusó de organizar y alimentar el crecimiento de una corporación en el exterior con el dinero de los ahorristas venezolanos. Asimismo, le reclamó tener el descaro de hacer un aumento de capital. Y juró investigarle, por su supuesta responsabilidad en el contrabando de billetes a Colombia.
Lo que omite Diosdado es que, aparentemente, Escoté ya no es el dueño de Banesco ni vive en el país, pues vendió todas sus acciones de la operación local, quedándose sólo con Todo Ticket –especie de Cesta Ticket–. A cambio, el banquero abrió una entidad en España, y dejó a cargo de su hijo las filiales Banesco del Caribe, Centroamérica y EEUU. La pregunta sería, ¿quién compró las acciones de Escotet en Venezuela?
En materia bancaria,  la bola pica y se extiende,
Según InfoVzla (15/12/17) en el Banco del Orinoco NV de Curazao, propiedad de Víctor Vargas Yrausquín, CEO del Banco Occidental de Descuento y emparentado políticamente con los Reyes de España –como suegro del Príncipe de París, primo hermano de Felipe VI–, se convirtió en el lugar favorito para que los boliburgueses maduristas lavaran sus fondos mal habidos, por lo cual, la Corona Neerlandesa les habría congelado sus activos–: Por lo menos 11 mil venezolanos no podrán retirar su dinero del Banco del Orinoco NV. Este banco se encuentra en Curazao y está bajo la supervisión del Banco Central de Curazao y San Marteen. El banco en problemas no ha realizado ningún pago durante 10 meses.
La noticia fue posteriormente desmentida, a través de un remitido publicado en la prensa venezolana: La institución de la cual es socio el banquero venezolano, Víctor Vargas Yrausquín, sigue prestando servicios con total normalidad. El Banco del Orinoco N.V. es un banco internacional con una red global de servicios financieros. Fue fundado en Bonaire, en 1987, y cambió de domicilio a Curazao, en 1994.
Sin embargo, antes de que apareciera el desmentido, Maduro montó en cólera, y decidió prácticamente romper relaciones con las Antillas Neerlandesas, acusando a sus gobiernos de estar llevándose las bolsas CLAP del pueblo venezolano.  La pregunta aquí sería–: Si el Banco del Orinoco estaba exento de problemas, ¿a qué se debió la reacción de Maduro? ¿Coincidencia o sincretismo?



Un lenguaje cuartelario

Maduro decidió disfrazarse de militar e imitar, ante las cámaras, el lenguaje de los sargentos, inmortalizado en la película Full Metal Jacket (1987), escrita, dirigida y producida por Stanley Kubrick, la cual narra la historia de los reclutas que, en 1967 y en plena guerra de Vietnam, llegan al fuerte Parris Island para que el sargento Hartman les convierta en verdaderos infantes de marina. Hartman trata a lo soldados de señoritas, y les menta la madre a cada rato, de la manera despreciable. Al final uno de los aspirantes denominado Bufón, desarrolla su personalidad sicopática, mata al superior y se suicida-
Creyendo reemplazar a la figura carismática de Chávez, Maduro  se presenta hoy ante el mundo civilizado como un zafio, vocablo cuya significación define al individuo chabacano, grosero, inculto, maleducado, ordinario, patán, rudo, tosco y vulgar. Así habla en sus interminables cadenas por los medios masivos.
El lenguaje oral y gestual de Maduro –a diferencia del de Chávez– no le hace gracia a nadie. Refuerza su imagen como el dictador ignorante de un estado fallido, padre putativo de dos delincuentes condenados a 18 años de presidio por tráfico de coca, despreciado por sus vecinos y sin mayor apoyo que el de algunas naciones a quienes Venezuela les debe ingentes sumas de dinero, con la esperanza de que se les pague algún día. O, quizás, agarrados por los archivos del G2 cubano –como pudiera ser el caso de Rodríguez Zapatero– , para que mantengan viva la farsa del diálogo en Santo Domingo.
En medio de una espantosa estanflación, aunada a la escasez de comida, medicinas y hasta de papel moneda, a Maduro no se le ocurre otra que reforzar la paupérrima imagen que proyectan sus transmisiones bailando, al ritmo de conjuntos de tercera o cuarta categoría, pues los sinfónicos tiempos de Dudamel pasaron al olvido cuando el maestro criticó la represión del gobierno.
Lo peor de las cadenas de radio y televisión es que sus contenidos no se los creen ahora ni los mismos maduristas, quienes comenzaron a poner distancia entre ellos y el régimen, que sigue amarrado –según Jesús Petit Da Costa– por inercia. José Vicente Rangel parece uno estos casos de desvinculación. Pero con el ex vice, nunca se sabe pues es tan escurridizo como una anguila. A lo mejor cree que con eso le hizo un favor electoral a Papi-Papi, su retoño.



De la nieve de Vancouver a la tormenta de Houston

El incidente ocurrido en el aeropuerto de Vancouver con el avión que trasladaba a Maduro y a su séquito de 120 invitados de China a Nueva York, retenido 5 horas al negarse el gobierno canadiense a suministrarle combustible al avión de Cubana de Aviación, convirtió a los ramiristas de Houston en futuros chivos expiatorios.
Entre los  viajeros estaban amigos de la pareja presidencial, 12 agentes del G2, 6 médicos cubanos, un técnico en explosivos, un experto en seguridad alimentaria, un epidemiólogo, el hijo del presidente y su aparato de seguridad, un estilista y peluquero de la primera combatiente, así como un número impreciso de personal de seguridad médica. La inteligencia canadiense aprovechó  la permanencia forzada del avión y la bajada obligatoria de los pasajeros a tránsito para identificar a los cubanos, que desembarcarían en Nueva York con Maduro, quien participaría en la Asamblea General de la ONU.
Más que una delegación –describe el semanario La Razón–: Parecía una caravana enfilada, no a surcar los desiertos sino los cielos, alojada en hoteles volantes de 5 estrellas que son los aviones presidenciales del momento, y donde, desde bares y restaurantes, hasta gimnasios y salas de pingpong, hacen las delicias de viajeros tan distinguidos, como afortunados El costo solidario del avión cubano fue de US$ 250 mil dólares diarios los dos pisos reservados en el Hyatt Grand Central de Nueva York, le hubieran impuesto a la nación un gasto adicional de US$ 800 mil sólo en alojamiento, excluyendo alimentación y transporte terrestre.
Lo que no llevaban en la aeronave –o se lo habían gastado en compras nerviosas de última hora– era el cash para el combustible. Hubo que esperar a que José Ángel Pereira, presidente de Citgo, se trasladara desde Houston, maletín en mano, para poder llenar los tanques del avión de Cubana. Mientras tanto, a la delegación ni la dejaron salir de la Sala de Tránsito.
Al ponerse orden en la pea y despegar, los Castro le ordenaron a Maduro seguir rumbo a Caracas, y olvidarse de la ONU, pues la copia de los videos de los cubanos a bordo ya estaban en EEUU, y las autoridades les estarían esperando en Nueva York, no precisamente con banderitas de saludo.
Desde ese momento,  José Ángel Pereira, y el resto de los directivos de Citgo cayeron en desgracia con Maduro –Gustavo Cárdenas, Jorge Toledo, Tomás Vadell, Alirio y José Luis Zambrano–.
En diciembre llegó la ocasión de cobrárselas, y fueron convocados a una reunión de emergencia por la situación de default de la empresa, declarada en oficialmente por la Asociación Internacional de Swaps y Derivados –ISDA–, que reúne a tenedores de bonos, luego de que las agencias S&P Global Ratings y Fitch calificaron a esa empresa y al país de incumplimiento parcial.
En Caracas, por órdenes de Tarek, fueron detenidos y acusados de ser estrategas de la guerra económica que el gobierno inventó para justificar el derroche de más de US$ 300 millardos que entraron.
Ahora resulta que los de la cuerdita de Houston –según William Saab–: Fueron elementos facilitadores para la estrategia de presión internacional, tal vez, al servicio de una potencia extranjera en contra del país […] Pues, valiéndose de su investidura como representantes legales firmaron el 15 de julio de 2017 un contrato con las empresas Frontier Group Management LTD y Apollo Global Management LLC, sobre una supuesta renegociación de deudas […] Basándose para la firma de ese contrato en una presunta refinanciación de los programas de deuda del año 2014 y 2015, y solicitando créditos en condiciones leoninas […] por un monto de hasta US$ 4 mil millones de dólares sin el visto bueno del Ejecutivo.



La crisis del pernil, o “guinda del cóctel”

Según Alonso Moleiro, corresponsal de El País de España (28/12/17)–: La escasez en Venezuela no perdona ni a los más fieles al régimen de Nicolás Maduro. Las protestas llegaron a los barrios chavistas dos días después de que no pudieran celebrar la Navidad con la bolsa de comida y el pernil de cerdo que el Gobierno les ha había prometido en los últimos comicios […] Los más pudientes, quienes aún usan el avión, tampoco pudieron trasladarse a celebrar las fiestas por la reducción del servicio aéreo en más del 50% […] Y, como es habitual, la responsabilidad siempre es de otro. No hay pernil en las mesas venezolanas por culpa de dos países.Por el saboteo de Portugal, que no cumplió los convenios, y de los Estados Unidos, que nos han impuesto las sanciones que pedían sus lacayos”, dijo la noche del miércoles el presidente Nicolás Maduro en un discurso televisado.
Al comentar también el fiasco del pernil, Ludmila Vinogradoff, corresponsal del ABC de Madrid, aseguró–: Un ejemplo que parece menor, pero que es indicativo de la miseria cotidiana es el disparatado precio de las uvas para este fin de año. El precio de las uvas varía dependiendo de su procedencia. Por el kilo de uva criolla se llega a pagar entre 200 mil y 450 mil bolívares –4,5 dólares al cambio paralelo de 100.000– el Kg, mientras que el kilo de uva importada o uvas globo cuestan hasta 900 mil e incluso 1 millón 500 mil bolívares –15 dólares– el Kg. El sueldo mínimo en Venezuela es de 277 mil bolívares (2,7 dólares). En el mejor de los casos, un buen sueldo rara vez supera los 6 millones de bolívares –60 dólares mensuales­­– […] Siguiendo con la mesa de Nochevieja, el precio de las avellanas y nueces va desde los 800 mil hasta el millón de bolívares (10 dólares) el Kg, de manzanas importadas pueden costar hasta 400 mil bolívares –4 dólares– el Kg y las mandarinas a Bs. 30 mil el Kg. A Ludmila le faltó decir que el Kg. de café está a Bs. 200 mil, la carne de res a 250 mil el Kg, el pollo a 120 mil, un humilde bombillo de 45 W a 30 mil y una botella de 1 litro de licor seco a 195 mil.
Después de las abortadas tomas de calle del 2017, Maduro prometió que metería preso a los corruptos, caiga quien caiga. Hasta ahora, sólo se ven opositores y cabezas de turco a las órdenes del Fiscal. Y ni un centavo recuperado. Ya se verá quiñen serña el próximo en caer.


Nota: Feliz año a mis fieles seguidores. Espero poder en el 2018 comentar cualquier cosa positiva fuera de la política, que como está da grima, Saludos.

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