viernes, 1 de febrero de 2013

Siempre habrá Venezuela


La conquista de Iberoamérica por el Foro Sao Paulo
El 24 de julio de 1993, en la clausura del IV Encuentro del Foro de Sao Paulo, Fidel Castro fijó los objetivos de dominio y conquista de las naciones iberoamericanas que hoy se cumplen en Venezuela y otros países vecinos.
El primero de tales objetivos fue la integración económica, mas no en el esquema de la Unión Europea o Estados Unidos. Ni siquiera dentro del sueño bolivariano, sino en el marco del estalinismo, con un tirano comunista y títeres en los cargos burocráticos de los países satelizados, por la buena o por la mala:
Ya quisiera Europa, que pasó 5 siglos guerreando entre sí, tener las cosas en común que tenemos los latinoamericanos y los caribeños; sin embargo, trabaja por la integración, trabaja por la unidad, y sabe que no podría competir con Japón si no se integra, sabe que no podría competir con Estados Unidos si no se integra, sabe que no podría desempeñar ningún papel en el mundo si no se integra.
¿Qué menos podemos hacer nosotros y qué menos puede hacer la izquierda de América Latina que crear una conciencia en favor de la unidad? Eso debiera estar inscrito en las banderas de la izquierda. Con socialismo y sin socialismo. Aquellos que piensen que el socialismo es una posibilidad y quieren luchar por el socialismo, pero aun aquellos que no conciban el socialismo, aun como países capitalistas, ningún porvenir tendríamos sin la unidad y sin la integración.
La desestimación de la ley el orden “neoliberales”
El segundo gran objetivo ordenado a sus acólitos, entre ellos el comandante golpista Hugo Chávez Frías, fue la desestimación de la ley y el orden neoliberales, comenzando por los organismos multilaterales:
No podemos permitir que las Naciones Unidas se convierta en un instrumento del hegemonismo mundial de Estados Unidos, no podemos permitir que las Naciones Unidas se convierta en un instrumento del imperialismo de Estados Unidos, y ya saben ustedes la influencia que tiene ese país, que controla el Banco Mundial, el Banco Interamericano, el Fondo Monetario Internacional, montones de instituciones de crédito. Lo sabemos por experiencia.
El final de la guerra revolucionaria
Con el eufemismo de llamar socialismo a un método económicamente improductivo, políticamente anacrónico, supresor de los derechos humanos y absolutamente represivo; Castro instruye a sus siervos sobre el qué hacer como tercer objetivo:
…. Teníamos que saber distinguir entre lo que debíamos hacer para salvar la patria, la Revolución y las conquistas del socialismo, y lo que debíamos hacer para perfeccionar el socialismo. Y nosotros sabremos cumplir esos deberes. Haremos lo que sea necesario hacer para salvar la patria, para salvar la Revolución, para salvar los principios del socialismo; pero lo que hagamos lo haremos en orden, porque lo que queremos es salvar y no destruir, y si para salvar hay que destruir, preferimos que nos destruyan junto a lo que hemos hecho, junto a lo que hemos creado.
La última parte del párrafo es una crítica directa a la guerra revolucionaria predicada, emprendida y predicada por el Che Guevara, un reconocimiento a la posibilidad de acceder al poder por la vía electoral –tal como sucedió en la truncada experiencia de Salvador Allende- y una advertencia a los militares golpistas venezolanos del 4F.
La Habana es Moscú, Castro, Stalin
En el cuarto objetivo, Castro localiza la dirección política de la Internacional Comunista –conocida ahora como Foro de Sao Paulo- en La Habana, y la centraliza en su persona:
Los tiempos son muy difíciles, pero tengo la más absoluta convicción de que con el valor y la inteligencia de nuestro pueblo y con la solidaridad de ustedes, que de forma tan espontánea y tan generosa se ha expresado en esta reunión, el pueblo cubano, en el que tendrán ustedes el más firme y leal compañero de lucha, sabrá luchar, sabrá cumplir con su deber y sabrá llevar adelante su propósito de salvar la patria, la Revolución y las conquistas del socialismo. Digo conquistas porque hoy no podemos hablar del socialismo puro, ideal, perfecto con que soñamos, porque la vida nos obliga a concesiones.
La adopción del populismo como metodología castro-comunista
 En otras intervenciones, Castro ha hablado del 80% de los pobres que conforman la población iberoamericana, de cómo costear el populismo  –no lo llama así, pero la pedigüeñería y el estado clientelar han sido las constantes del comunismo cubano- y se refiere, específicamente, a las maderas de Brasil, el petróleo de Venezuela ya un lugar desconocido entonces para muchos llamados el Cagúan, supongo refiriéndose entonces a lo que, en 1998. sería la zona de distensión, zona de despeje de San Vicente del Cagúan o, simplemente, el Cagúan, donde los funcionarios del presidente Andrés Pastrana discutirían con las Farc, como lo hacen ahora con los de Santos, el supuesto final de las actividades de una  guerrilla que controlaba el narcotráfico y parte de la narco producción de Colombia, Bolivia y Perú.
El quinto objetivo es la reiteración de la vocación colonialista de los comunistas, con prescindencia del territorio, que junto a la soberanía y el gobierno, caracterizan la soberanía de los estados nacionales. Además, señala que, para pagar el costo de su revolución, necesita del petróleo –no precisamente del subsuelo cubano, sino de cualquiera que lo tenga en las cercanías:
La revolución se paga con el petróleo de Venezuela
¿Qué es eso de tener que cuadricular el territorio nacional e invitar a las transnacionales a que exploren y perforen en nuestro suelo en busca del petróleo que necesitamos para sobrevivir? ¿Es acaso el socialismo que queríamos? Pero como sabemos que para construir el socialismo hace falta la patria, hace falta la Revolución, preservar la patria y la Revolución es preservar las mejores conquistas y preservar las esperanzas del socialismo.
Por informar sobre estos pormenores, en numerosos foros y publicaciones extranjeras y en los pocos medios nacionales que accedieron a hacerlo –entre ellos, El Diario de Caracas, que lo hizo a instancias mías se publicaron sus escritos completos, siendo yo su Subdirector-, Alejandro Peña Esclusa, presidente de la ONG Uno América, fue detenido en su casa el 12 de julio de 2010, acusado de terrorismo y, supuestamente guardar relación con otro imputado del régimen, Francisco Chávez Abarca.
Antes de su detención, Peña Esclusa había denunciado en un video  difundido a través de Internet la evidencia falsa que estaba plantando en su contra la seguridad del Estado, a petición expresa del G2 cubano.
En Marzo 29 de 2011, Indira de Peña Esclusa y otras esposas de los presos políticos logró su liberación por razones humanitarias el 20 de julio del mismo año. Empero, escarmentado, impedido judicialmente de declarar a la prensa y fuertemente afectado por las dolencias que se le desarrollaron en las mazmorras del Helicoide, Peña Esclusa perdió el impulso que le había llevado a enfrentarse a la satrapía cubana; que había sido realmente el propósito de la estación repetidora castro-comunista insertada como un sarcoma en Venezuela
Hoy, cuando EEUU ha llegado a un grado absoluto de pajudez en sus relaciones internacionales, al entregar su patio trasero o backyard, sin disparar un cartucho de salva, a la oprobiosa tiranía de los Castro; cuando los uniformados venezolanos, a quienes se les paga y deja actuar en negocios lícitos e ilícitos de cualquier cuantía para que defiendan la soberanía, callan o se  arrodillan ante los sátrapas caribeños y sus muchachos de mandados de acá; cuando Raúl se quita la careta en la reunión de la CELAC-Unión Europea, y habla y predica en nombre de Venezuela; hoy, amigo y amiga lector y lectora, es bueno recordar a Peña Esclusa y otros tantos que se han sacrificado, esperando que, como aseveraba Miguel Ángel Capriles: Siempre habrá Venezuela.

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