miércoles, 22 de marzo de 2017

Quincalla de reciclados

Hoy ha sido restituido mi servicio de internet. Ya no es ilimitado, sino limitado y se paga por gigas. De cómo esto ocurrió, vale la pena compartirlo con mis seguidores, para que estén alertas y a la defensiva contra los proveedores de la red.
A diferencia de la mayoría de los internautas del país, no estoy afiliado a la estatal telefónica sino a una compañía privada, que ahora se llama Inter. Pese a que ninguna de ellas funciona bien, Inter era, hasta este año, la mejor.


En diciembre de 2015, me sustituyeron este decodificador que grababa pero estaba averiado por otro que no lo hace. Espero hasta ahora me regresen uno como el que tuve. Nunca me reconocieron el mes que estuve sin el paquete de canales por el que pago.

Cuando había fallas que ameritaban atención técnica, las visitas se realizaban, a lo sumo, 48 horas después del reporte. El suscritor podía ir a pagar y  reclamar a oficinas estratégicamente ubicadas en la gran Caracas: Avenida Diego Cisneros, CCTT, Centro Terrazas del Ávila, Centro Lido.
Las oficinas fueron cerradas, me imagino, para ahorrarse los salarios y prestaciones de los trabajadores. La atención al público se circunscribe a un número telefónico el cual me aprendí de memoria: 0550 468 3700. También se liquidó a los técnicos, quienes operan como empleados a destajo y cobran por visitas, que anteriormente eran gratuitas.
Hace 17 días, tras estar desde las 8 am hasta las 8 pm intentando comunicarme, logré contactar al departamento de reclamos sobre internet, donde –después de las instrucciones correspondientes– se me informó que el problema estaba en el módem router, y que debería esperar la visita domiciliaria.
Prácticamente estuve sin poder salir de casa durante diez días, porque, a diferencia de antes, ahora no dan preaviso del día, y si uno no está presente, pierde la cita que uno no sabe cuándo la va a tener y debe reiniciar este kafkiano proceso. Todo lo cual pasa por la desvinculación entre los técnicos para trabajos de campo y los operadores del número de reclamos.
Finalmente, el jueves ppdo. los recibí y me confirmaron que el módem estaba quemado, que en Inter no había repuestos y que tenía que comprar un aparato nuevo en las tiendas de computación. También me dijeron que, si me quedaba sin wifi, podía usar el módem de la línea telefónica para usar internet sólo por cable Ethernet.
En otro proceso telefónico híper burocrático con el departamento de ventas, finalmente me informaron que tenía que dar de baja el módem router para que ellos pudieran reponerme el servicio. Cuando les llamé, al día siguiente, para saber si todo estaba listo, me notificaron que si yo aceptaba pagar más del doble por el servicio y perder internet ilimitado, me podían reconectar. Caso contrario, ¡Hasta la vista, baby! En verdad, yo vivo de esto, por lo cual no me quedó otra que aceptar la extorsión. De eso se trata, ¿o no?




Un día se me dañó el remoto. Esto fue lo que conseguí del proveedor, uno reciclado –“si a Ud. no le importa”– al que tuve que ponerle tape para que no se caiga la tapa y se salten las pilas. No hay repuestos.

Veamos la opción de la telefónica estatal. Una amiga se quedó sin internet y número telefónico. Tras ir decenas de veces a las OACI –Oficinas de Atención al Público– y llamar al número de reclamos otras más sin éxito alguno; por debajo de la mesa le pasaron un contacto que, por Bs. 40 mil, le arregló todo en un santiamén. Se llama matraqueo, ¿o no?
Los módem router nuevos y originales chinos de la telefónica estatal superan los Bs. 100 mil (cerca de US 100 a dólar flotante controlado). Lo que nadie le informa a los usuarios es que los módem quemados se pueden arreglar, ya que en la mayoría de los casos sólo se dañan los capacitores o condensadores eléctricos.
Cuando los capacitores integran un circuito, conservan y ceden la energía eléctrica en per y descargala mejor. Cuando habon los capacitores q a d. 40 mil, le arreglimitado,ente eran gratuitas.
o, la mejor. Cuando habíodos sucesivos de carga y descarga. Al abrir los aparatos y, a simple vista, se puede observar el estado de cada capacitador: si está abombado, hay que cambiarlo. Sabana Grande está llena de módem router reparados, vendidos en quincallas de electrónicos reciclados.


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